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EN 24 HORAS RECAUDÓ 25.000 EUROS PARA MULTAS

La CUP rompe amarras con JxCAT y ERC y planea extender su 'revolución' a toda España

Ponen en marcha un plan para intentar forzar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, a que desobedezca las leyes españolas. Propugnan crear una tensión permanente con el Estado

Foto: Los diputados de la CUP, Carles Riera y Natália Sánchez. (EFE)
Los diputados de la CUP, Carles Riera y Natália Sánchez. (EFE)

La escenificación de dos diputados de la CUP en el juicio del 1-O plantando cara al tribunal no fue un acto aislado o puntual: forma parte de una estrategia de tensión que los anticapitalistas pretenden intensificar durante los próximos meses y que contempla no solo forzar al independentismo a ser más radical y a tomar las calles, sino que tiene como último objetivo dinamitar la legalidad vigente y las instituciones democráticas con una novedad importante: extender su 'revolución' a toda España.

La actitud de los exdiputados Antonio Baños y Eulàlia Reguant negándose a contestar a las preguntas de los letrados de la oposición (en concreto, a los representantes de Vox, aunque tienen la obligación de hacerlo al ser citados como testigos) fue la primera acción de lo que se reconoce como "la ruptura definitiva de la CUP con Junts per Catalunya y ERC". Los anticapitalistas irán ahora por su senda hacia la revolución permanente y ponen en marcha un plan para intentar forzar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, a que desobedezca las leyes españolas y para ello propugnan crear una tensión permanente con el Estado español.

Foto: El presidente del tribunal y ponente de la sentencia, Manuel Marchena (c). (EFE)

La hoja de ruta 'cupera' prevé que "la lucha contra la represión judicial y policial ha de ser política más que jurídica". Y subraya que "es preciso recuperar y profundizar el relato y la acción republicanos y la vía hacia la movilización y la desobediencia civil e institucional masiva no violenta para acabar de construir un potente movimiento republicano de base y desplegar y profundizar un imaginario social colectivo instituyente y constituyente dentro de la sociedad catalana".

También prevén los anticapitalistas "resistir, desobedecer, defender la democracia, construir República y luchar contra el fascismo", "son ahora tareas prioritarias que no pueden quedar reducidas a un resistencialismo resignado. Esta es la centralidad de la lucha en la actual fase: reagrupar, acumular y volver a desplegar una ofensiva política y social. Ni dilatar ni recular".

Para ello, aseguran, "es necesario retomar las movilizaciones, ejercer fuertes resistencias y desobediencias desde la 'no violencia' y emprender nuevas ofensivas que creen tensión e inestabilidad permanente y profundicen la crisis del régimen político del 78 dentro y fuera del Estado español".

El salto a España

Esta estrategia se sustentaba en dos grandes ejes: el 'procés' y el municipalismo, "dos herramientas imprescindibles para desplegarla con éxito". Pero tras la 'espantá' del juicio, se ha añadido otro factor nuevo: la CUP ha abierto un "debate táctico" entre la militancia para abordar "si se ha de convertir en un agente activo en el Estado español y en qué formato". En otras palabras: discutirá durante los próximos días si se presenta, por primera vez en su historia, a unas elecciones generales.

"En estos momentos, la formación anticapitalista considera que el ejercicio del derecho a la autodeterminación se ha convertido en el elemento fundamental de confrontación democrática, hecho que ha abocado al Estado a la inestabilidad política permanente y es por este motivo que someterá a debate si ha de intensificar su acción política directa para seguir reivindicando este derecho más allá de los Països Catalans". Este proceso deliberativo culminará con la celebración de asambleas territoriales plenarias y un consejo político extraordinario el próximo 10 de marzo, según anunció la propia CUP en un comunicado.

Según fuentes de la CUP, "ahora más que nunca se pone de manifiesto la estrategia aprobada en la última asamblea nacional de 2018", en la que también se argumentaba: "Nos hacemos un flaco favor si fomentamos en este escenario una política de bloques que nos sitúe al lado de quienes no están dispuestos a avanzar en República (sea quien sea) y no somos sinceras ante toda la ciudadanía en este sentido. Hemos de ser honestas y hacer una lectura cuidadosa de la realidad y asumirla, y no asumir relatos ni plazos impuestos, sea por parte de JxCAT o por parte de ERC". Si la CUP decide presentarse a las generales, pues, será un verso suelto en el Congreso de los Diputados, con una estrategia única basada únicamente en sus convicciones ideológicas y lejos de cualquier atisbo de frente catalán o frente independentista.

Si decide presentarse a las generales, pues, será un verso suelto en el Congreso de los Diputados, lejos de cualquier atisbo de frente catalán

Precisamente, en esa estrategia se preveía que la materialización de la República pasa por la combinación de diversos factores: "Una movilización popular de carácter masivo en todo el territorio, la determinación de utilizar y controlar todos los recursos institucionales y de la administración, la lucha antirrepresiva y el motor de acción política, la agudización de una situación de crisis en el Estado español y las alianzas internacionales". Y añadía que el futuro tendría que venir marcado "por una estrategia rupturista que dé respuesta a todos los aspectos sociales y políticos del país, interrelacionando todos los frentes".

Caja de resistencia

Para llevar a cabo esa estrategia, reclaman dinamitar los límites institucionales reforzando "los espacios autoorganizados y de contrapoder popular que funcionen fuera de las lógicas y las dinámicas del Estado y del sistema mercantil europeo", pasando por el fomento de la desobediencia "y la autotutela de derechos". En ese documento, la CUP reconoce que tanto el Parlamento catalán como el Govern exploraron "la vía de la desobediencia institucional para defender su ejercicio ante la imposibilidad de abrir una vía dialogada con el Estado y de la negativa de la UE y la 'Troica' de actuar como garantes del derecho de autodeterminación".

Por otro lado, la CUP abrió también este miércoles una caja de resistencia para hacer frente a las multas que vendrán, las primeras de ellas las de Baños y Reguant. En las primeras 24 horas de funcionamiento, recaudó 25.000 euros, según fuentes de la propia organización. De ese dinero saldrán también los fondos para las defensas y las posibles multas de los 21 encausados por la ocupación de las vías del AVE en Girona el pasado 1 de octubre, aniversario del referéndum.

La escenificación de dos diputados de la CUP en el juicio del 1-O plantando cara al tribunal no fue un acto aislado o puntual: forma parte de una estrategia de tensión que los anticapitalistas pretenden intensificar durante los próximos meses y que contempla no solo forzar al independentismo a ser más radical y a tomar las calles, sino que tiene como último objetivo dinamitar la legalidad vigente y las instituciones democráticas con una novedad importante: extender su 'revolución' a toda España.

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