La Crida de Puigdemont nace como alternativa electoral cercana a la ANC
Pero no llegará a las municipales, aunque en sus ponencias y en el acto de este sábado se ha puesto mucho énfasis en las listas unitarias para las elecciones locales
La Crida Nacional per la República, el movimiento político impulsado por Carles Puigdemont echó a andar ayer. En su convención fundacional la 'consellera' de la Presidència, Elsa Artadi, ha asegurado que la desobediencia y la resistencia cívica serán "posibles aceleradores de una solución democrática al conflicto". La Crida, además, apunta a que se convertirá en partido político, en contra de lo que esperaba el PDeCAT, partido que ha tenido una presencia muy escasa en el acto de ayer. Por los planteamientos sería una formación política más cercana a lo que defiende ahora la ANC que otra cosa.
"Con este objetivo surge la Crida Nacional, como movimiento por la república mediante métodos exclusivamente democráticos y pacíficos. Nos definimos como movimiento político soberanista de amplio espectro y transversal, con voluntad de ser una herramienta de acción política que pueda también participar en las citas electorales", señala la ponencia política que será debatida durante los próximos días.
"Con este objetivo surge la Crida Nacional, como movimiento por la república mediante métodos exclusivamente democráticos y pacíficos"
En la ponencia organizativa se apuesta porque los órganos del movimiento podrán "decidir, a propuesta del Gobierno de la Crida, las circunscripciones electorales en las que la Crida pueda participar". Y en otro punto se estable que la dirección podrá "instar y establecer grandes acuerdos de país a nivel nacional y local, tanto de tipo sectorial como electoral, para empoderar a la ciudadanía de Cataluña".
Los organizadores han cifrado los fundadores, los asociados con derecho a voto, en más de 10.000. Los que han acudido esta tarde al Pabellón del Nou Congost en Manresa han sido más de 6.000 asistentes.
La Crida, por tanto, nace como alternativa electoral. Pero no llegará a las municipales, aunque en sus ponencias y en el acto de este sábado se ha puesto mucho énfasis en las listas unitarias para las elecciones locales. De hecho, se ha retrasado el Congreso Constituyente. En principio iba a ser el 6 de diciembre. Ahora, en cambio, se ha anunciado que hasta el 19 de enero no se constituirá de manera formal el partido. Intenta coincidir así con la apertura del juico oral por el intento independentista de octubre del 2017.
Sin embargo, las elecciones y la ocupación de las instituciones, no son la clave, sino la desobediencia. Una desobediencia peculiar, porque el nuevo movimiento piensa quedarse al margen de ello lo máximo posible. Artadi ha llamado a la movilización y a intensificarla, como señala la ponencia política.
Visión de la desobediencia
Así, la ponencia política asegura que "como ya ha ocurrido en los últimos años, esto abre la puerta al debate sobre posibles colisiones entre obediencias incompatibles. Debemos asumir que estas circunstancias se producirán en un futuro próximo y que pueden derivar en situaciones consideradas por algún tribunal como de desobediencia al Estado y por lo tanto judicialmente perseguibles. En todo caso, la desobediencia debe entenderse como una decisión personal e intransferible de quien la protagoniza donde ninguna imposición colectiva la puede determinar ni debería condicionar, precisamente debido a que las consecuencias judiciales se deben asumir individualmente". O dicho, de otra manera, que cada palo aguante su vela si vienen mal dadas.
"La desobediencia de los representantes políticos, en cualquier caso, puede terminar siendo una acción necesaria ante la injusticia de la acción de los poderes del Estado en su negativa a aceptar una solución democrática a la demanda de autodeterminación". Es decir, los líderes de la Crida serían los últimos en desobedecer.
Fragmentación del espacio
Entre los asistentes, nadie relevante del PDeCAT. Los políticos más destacados han sido Quim Torra, Elsa Artadi; Miquel Buch: el economista, Xavier Sala i Martin; el empresario David Madí, el historiador Agustí Colomines, los diputados de JxCAT Gemma Geiss y Antoni Morral y Eduard Pujol; la 'exconsellera' de Salut socialista Marina Geli, el politólogo Ramón Cotarelo. Los asistentes se han llenado la boca pidiendo "Unidad", pero parece más bien que enviaban mensajes a ERC para que se rindiese. Durante el acto se han esforzado en equiparar el sacrificio de presos y huidos en los mismos términos morales y se ha resaltado la presencia de Pep Andreu alcalde de Montblanc (ERC). Andreu ejerce de presidente de la AMI, que agrupa los municipios independentistas. También tomó la palabra Maria Àngels Cabasés, exdiputada republicana.
La Crida Nacional per la República, el movimiento político impulsado por Carles Puigdemont echó a andar ayer. En su convención fundacional la 'consellera' de la Presidència, Elsa Artadi, ha asegurado que la desobediencia y la resistencia cívica serán "posibles aceleradores de una solución democrática al conflicto". La Crida, además, apunta a que se convertirá en partido político, en contra de lo que esperaba el PDeCAT, partido que ha tenido una presencia muy escasa en el acto de ayer. Por los planteamientos sería una formación política más cercana a lo que defiende ahora la ANC que otra cosa.
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