El diálogo Gobierno-Generalitat sigue adelante pese a los vetos de Puigdemont

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont dio un golpe de fuerza esta semana cuando se cargó la moción del PDeCAT en el Congreso para mantener un diálogo “dentro de la ley”. Pero dicho diálogo sigue adelante en los segundos niveles de Gobierno y se continúa trabajando en la reunión de Pedro Sánchez con Quim Torra este octubre en Barcelona. Por tanto, la moción ha muerto pero los puentes siguen tendidos. Ha habido más de 20 encuentros a diverso nivel, y en Moncloa, y en general en el socialismo catalán, se consideran razonablemente satisfactorios.

Así, en el últimos dos meses se han reunido el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, con la vicepresidenta, Carmen Calvo (14 de julio); la ministra de Administraciones Públicas, Meritxell Batet, y Elsa Artadi, en Madrid el 26 de julio; la propia Batet con Ernest Maragall para reactivar la comisión bilateral (2 de agosto); Calvo y Artadi en Madrid, en principio una reunión secreta, para preparar el segundo encuentro Sánchez-Torra (29 de agosto), y la Junta de Seguridad (6 de septiembre), por solo nombrar las reuniones más conocidas. De modo que Puigdemont desde Bruselas va imponiendo sus vetos, pero el día a día de las administraciones también va marcando sus ritmos.

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A. Fernández. Barcelona

Además, se han conseguido avances. Así, el pasado 7 de septiembre se vieron en Madrid el secretario de Estado de Política Territorial, José Ignacio Sánchez Amor, y Elsa Artadi, para abordar la retirada de recursos del Tribunal Constitucional (TC) a cambio de una reformulación de las leyes afectadas pactada por ambas partes. El primer resultado del encuentro se vio en el Consejo de Ministros del pasado viernes, en que el Gobierno aprobó retirar un recurso contra una ley de la Generalitat, en este caso para favorecer volver a aplicar un sistema de cobertura de sanidad universal.

Fuentes cercanas al Gobierno explican que no será la única. Que en breve se aplicará el mismo nivel de acuerdo a la Ley de Pobreza Energética, que por ahora sigue recurrida en el alto tribunal. Se trata de leyes que podrían encajar en el espíritu social del actual socio del PSOE en el Congreso, Podemos, y que habían acabado en el TC fruto del clima de enconamiento político que se había alcanzado en la última etapa del Gobierno Rajoy. Pedro Sánchez quiere rebajar así el nivel de tensión judicial entre ambas administraciones.

Esperando más logros

En el ámbito económico, la Generalitat espera más logros, si bien evita publicitarlos durante lo que ellos mismos han denominado “otoño caliente”. Hay que hacer equilibrios entre las manifestaciones en la calle, que se fomentan y esperan, y la gestión del día a día, que muchas veces requiere de lealtad institucional por ambas partes.

En el día a día, ambas partes trabajan en rebajar la tensión, si bien a la Generalitat se le hace más cuesta arriba aceptar una vuelta a la normalidad

Lo mismo está pasando con la financiación autonómica. Se esperan 1.200 millones correspondientes a la liquidación de 2017 para la Generalitat, fruto de un leve ajuste de mejora para la comunidad dentro del actual sistema. La Generalitat también ha solicitado que pueda pasar 3.200 millones de deuda a corto a largo. En caso de que se concretasen ambas medidas, la Conselleria de Economía incluso podría volver a participar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, según apuntan fuentes de la propia Generalitat. Pero esto, por ahora, desde Cataluña solo se ve como una promesa de Madrid.

Bajada de tensión

La estrategia de Pedro Sánchez desde Moncloa es clara: bajar la tensión con el día a día, junto con gestos como sus reuniones con Torra. No va a dar al independentismo un referéndum de autodeterminación y se dejará a la Justicia seguir su marcha en el juicio por los hechos de octubre. Pero sí se busca y se trabaja en un nuevo clima con Cataluña, más basado en acuerdos prácticos que en declaraciones grandilocuentes.

Además, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, trabaja en un plan de inversiones en Cataluña, como por ejemplo soterramientos de vías en el Baix Llobregat, la apuesta por el corredor mediterráneo o mejoras en Cercanías.