Tregua para la puesta de largo europea de Barcelona como candidata a la EMA
Las tensiones políticas se han dado una tregua durante dos horas para mostrar una frágil unidad en torno a una causa común: lograr que la Agencia Europea de Medicamentos vaya a Barcelona
Bruselas es estos días escenario de rifirrafes, de reproches y de advertencias cruzadas. En menos de 245 horas en la ciudad han defendido sus posturas Raül Romeva y Pedro Sánchez. Mañana se espera a Mariano Rajoy. Pero las tensiones políticas se han dado una tregua durante dos horas para mostrar una frágil unidad en torno a una causa común: lograr que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) vaya a Barcelona.
“Barcelona está preparada, sigue estando preparada. Empezamos este viaje juntos, hemos sufrido juntos y estamos hoy aquí juntos”, el segundo teniente alcalde de la ciudad, Jaume Collboni. Sobre unidad ha hablado también el embajador español ante la UE, Juan Pablo García-Berdoy, quien ha querido resucitar el “espíritu” que hizo posible el “sueño olímpico” de Barcelona 92.
Hasta el último momento se pensó que la Generalitat no iba a mandar más que a un cargo técnico al evento -pese a la presencia de Romeva en la capital europea-, pero finalmente ha participado Toni Comín. El 'conseller' de Salut no ha dudado en deslizar un recado al Gobierno español: toda relación tiene que sostenerse sobre el diálogo y la cooperación.
La ministra de Sanidad española, Dolors Montserrat, ha recogido el guante. “La EMA es un proyecto de unidad, que une a las tres administraciones y creemos que es una buena manera de movernos del actual debate político en Cataluña”, ha dicho. Montserrat ha querido transmitir un "mensaje de tranquilidad" a los socios europeos. Montserrat también ha considerado que la fuga de empresas y la inestabilidad no resta puntos a la candidatura barcelonesa, ya que ha recalcado que el Gobierno está trabajando por restablecer la "normalidad democrática".
Criterios técnicos y no políticos
La falta de certidumbre juega en contra de la Ciudad Condal. “¿Cómo van a llevarse una agencia que tiene que mudarse por la salida de Reino Unido de la UE a una región que amenaza con independizarse de España?”, reflexiona un funcionario comunitario.
España quiere que la decisión que se tome no sea política, sino basada en criterios técnicos. Esto quiere decir que en lugar de atender a los llamados de Estados miembros pequeños que no tienen ninguna agencia europea, se dé prioridad a las ciudades que mejor puntúan. Pero también supone dejar de lado el lastre que pone en riesgo la candidatura barcelonesa: la política.
“Solo considerando los criterios técnicos se podrá asegurar que la decision se protege los intereses de los ciudadanos. Pido responsabilidad, todos tenemos que ser responsables para elegir la mejor candidata y no poner en peligro la salud de los ciudadanos europeos”, ha dicho la ministra.
Barcelona se enfrenta a otras 18 candidatas, pero no todas cumplen con los requisitos exigidos. En estos, la capital catalana saca buenas notas: tiene el edificio de la sede ya construido, plazas hoteleras, colegios internacionales, las muy buenas conexiones aéreas con las capitales europeas.
Más allá de la cuestión política, la capital catalana cojea en un aspecto también importante, el económico. Los términos financieros que ha planteado por el uso de las instalaciones se mantienen confidenciales, pero su candidatura no incluye ningún beneficio para tentar al comité seleccionador.
Malestar entre algunas candidatas
No a todas las candidatas están conformes con el sistema de examinación. Alguna de las rivales, como Viena, Copenhague y Estocolmo, considera que la evaluación primera de la Comisión Europea no ponía en suficiente valor sus encantos. Tampoco ha gustado el documento -de una imprenta muy técnica- a algunos de los pequeños países que aspiran a la agencia pero que tienen menos bazas para conseguirla, y esperan lograrlo por la vía política.
Bruselas es estos días escenario de rifirrafes, de reproches y de advertencias cruzadas. En menos de 245 horas en la ciudad han defendido sus posturas Raül Romeva y Pedro Sánchez. Mañana se espera a Mariano Rajoy. Pero las tensiones políticas se han dado una tregua durante dos horas para mostrar una frágil unidad en torno a una causa común: lograr que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) vaya a Barcelona.
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