El arzobispo Omella: de combatir los abusos sexuales a posible mediador en el 'procés'

"Servir a la comunidad cristiana, servir al Pueblo de Dios, y servir a la sociedad a la que hemos sido enviados". Así resumió sus objetivos el arzobispo de Barcelona Juan José Omella (Teruel, 1946) el pasado junio, cuando el papa Francisco le nombró cardenal. Tres meses después de pronunciar estas palabras, todo apunta a que Omella tendrá que centrarse más que nunca en "servir a la sociedad" a la que ha sido enviado, y es que el Govern quiere que ejerza un rol de mediación ante la escalada de tensión en Cataluña.

Según avanzó este miércoles el canal 3/24 y confirmó poco después la agencia EFE, en los últimos días el gobierno de la Generalitat se ha puesto en contacto tanto con Omella como con el padre abad de Montserrat, Josep Maria Soler, para trasladarles esta oferta. Además, este miércoles se le vio al vicepresidente Oriol Junqueras entrar en la sede del Arzobispado de Barcelona, lo que encajaría con esta idea de pedir ayuda a la Iglesia mientras se intenta conseguir la "mediación internacional" que solicita Puigdemont.

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Por otra parte, el propio Mariano Rajoy se reunió con Omella este miércoles, cita a la que también acudió el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. De todos modos, al tratarse de un "encuentro privado" no han trascendido los temas que se abordaron, por lo que todavía está en el aire si desde Moncloa ven con buenos ojos la intermediación del arzobispo de Barcelona. En este sentido, desde el Arzobispado de Madrid han negado este jueves que Osoro se haya comprometido a ejercer de mediador, pero no han dicho nada sobre Omella.

Un hombre cercano al papa Francisco

Entre 1999 y 2015, Omella ejerció como obispo consiliario de Manos Unidos, una ONG católica que se centra, entre otras cosas, en erradicar el hambre en el mundo. Además, antes de ocupar este puesto fue misionero en Mozambique durante un año, una trayectoria que le ha hecho ganarse la etiqueta de "obispo social" dentro del organigrama eclesiástico. Más allá de las labores sociales en las que ha participado a lo largo de su vida, el arzobispo de Barcelona es considerado un hombre cercano al papa Francisco, y es que fue el sumo pontífice quien le nombró arzobispo de Barcelona en noviembre de 2015.

Hasta ese momento, Omella ejercía como obispo en la diócesis de Calahorra, la Calzada-Logroño. De todos modos, al haber nacido en Cretas (Teruel), hablab catalán con soltura, lo que sumado a sus labores sociales le permitió convertirse en el elegido por el papa. Cabe señalar además que para entonces Omella ya era miembro de la Congregación de los Obispos, y ha sido en varias ocasiones uno de los hombres con los que Francisco ha gestionado las denuncias por abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia.

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En este sentido, Omella se ha mostrado especialmente duro en los últimos años con los abusos sexuales, dando lugar a declaraciones que han acaparado titulares en varias ocasiones. En febrero de 2016, el arzobispo pidió a las víctimas que denunciasen los abusos para que la Justicia "haga su trabajo" y un mes después, en marzo de 2016, calificó estos casos de "cáncer social" en una entrevista concedida a TV3. En aquella ocasión, Omella llegó a decir que Francisco "sufre mucho" por los abusos, y criticó que algunas veces desde la Iglesia se hayan intentado ocultar.

Ahora, poco después de cumplirse 48 años desde que fue ordenado sacerdote, todo apunta a que Omella ejercerá como mediador entre Barcelona y Madrid, siempre y cuando desde Moncloa den luz verde a este cometido.