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Los aberrantes delitos sexuales que salpican a la hermandad intervenida por fraude
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Los aberrantes delitos sexuales que salpican a la hermandad intervenida por fraude

Un juez de Vigo investiga supuestos abusos a dos septuagenarios con trastornos por parte del director durante 40 años de una conocida residencia de desfavorecidos

Foto: Hermano Donaire en el atril.
Hermano Donaire en el atril.

Ya lo advirtió el comisionado del arzobispado de Barcelona, Ramón Batlle, cuando visitó hace unos meses la mansión en Vigo de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, una congregación intervenida por sucesivos escándalos económicos. “Se han detectado otras irregularidades que pueden ser constitutivas de delito”, informó el pasado 1 de marzo. No dio más pistas, pero transcurridos más de dos meses ya se conoce la naturaleza de esos delitos: se trata de supuestos abusos sexuales cometidos contra septuagenarios con trastornos mentales severos, que llegaron al asilo vigués en busca de cobijo. También el nombre de su presunto autor, el religioso José Donaire, director durante cuatro décadas del centro y honrado en su día con el título de Vigués Distinguido, el más importante que concede la ciudad.

Los supuestos abusos se destaparon después de que Batlle trasladara a la fiscalía todo lo que fue conociendo tras tomar las riendas de la entidad, cuando investigaba sus irregularidades económicas. Su denuncia derivó en una querella fiscal presentada hace seis meses por la presunta comisión de dos delitos de abusos sexuales continuados especialmente horribles, con prevalimiento de la situación de superioridad y del trastorno mental de las supuestas víctimas. El caso lo instruye desde octubre de 2016 el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, que ha declarado la complejidad para continuar sus investigaciones.

De acuerdo con la querella formulada por la fiscalía, el hermano Donaire, de 79 años, abusó presuntamente a principios de la pasada década de una persona declarada incapaz en 2009, y años más tarde hizo lo mismo con otra con una minusvalía del 67% y problemas de alcoholismo. Los hechos que se investigan habrían ocurrido en la mansión viguesa de la hermandad, la Casa de Acogida Nuestra Señora de la Salud. El primero de ellos, después del ingreso en 2003 de una de las presuntas víctimas, que ya no reside en el centro. Según la fiscalía, los abusos no tardaron en comenzar y se prolongaron “durante cinco o seis años”. A Donaire se le atribuye haberse aprovechado de la “vulnerabilidad” del anciano “derivada de su enfermedad mental y de su situación de prevalimiento”.

Según la querella, el hermano Donaire abusó presuntamente de una persona declarada incapaz en 2009 y de otra con una minusvalía del 67%

El otro caso afecta a uno de los internos que más tiempo llevan en la casa de acogida, un hombre que ingresó en los años noventa, del que el investigado habría abusado “desde 2010 hasta 2014”. O lo que es lo mismo, hasta que Donaire abandonó la dirección del centro con 77 años. La fiscalía le atribuye haber abusado del también septuagenario aprovechándose del trastorno mental de este y de su "situación de dominio y poder derivada de su cargo de director de la residencia y superior de la orden”.

José Donaire fue hasta muy recientemente un personaje reconocido en la sociedad viguesa, que siempre admiró la labor desarrollada desde hace 50 años por una hermandad que ofrece asistencia a más de 200 personas en riesgo de exclusión social, la mitad de ellas en régimen de internado. En 2014 abandonó la dirección del centro, una decisión que en aquel momento se atribuyó a las secuelas que le provocaba el párkinson y a sus serios problemas de movilidad.

Dos años más tarde, toda la buena fama conseguida por la congregación comenzó a tambalearse, después de que los Mossos d’Esquadra detuvieran en Cataluña al tesorero de la orden, Vicente Samán, y se conociera el procesamiento de Donaire por supuestas irregularidades económicas. Fue entonces cuando el arzobispado de Barcelona, del que dependía, intervino la hermandad, conocida en Cataluña como los Hermanos Camilos, y expulsó al vigués distinguido. Samán y Donaire habían coincidido durante unos años en Vigo.

José Donaire fue hasta muy recientemente un personaje reconocido en la sociedad viguesa

Durante su presencia en Vigo para tomar el control de la casa, el comisionado del arzobispo pudo hablar con los dos residentes, que relataron “espontáneamente” que habían sufrido abusos por parte de Donaire. Ramón Batlle trasladó los hechos a la fiscalía, que tras varios meses de indagaciones, concluyó que podían ser constitutivos de sendos delitos de abuso sexual continuado. La fiscalía relata que, como consecuencia de ello, ambos padecen “estrés postraumático en su grado máximo” .

El investigado negó la autoría de los supuestos abusos en su declaración judicial en calidad de investigado el pasado mes de enero, según publicó Faro de Vigo. El religioso aseguró ante el juez que nunca tuvo problemas de enemistad ni una mala relación con esos internos que diese pie a que realizasen estas acusaciones. El juzgado aún no ha tomado declaración de las presuntas víctimas, que están pendientes de los informes que determinen si sus padecimientos mentales les permiten comparecer ante el juez. Los tutores legales de al menos una de ellas ya rechazaron la posibilidad de declarar, después de expresar a la Fiscalía sus dudas sobre la veracidad de lo afirmado ante Ramón Batlle sobre los supuestos abusos.

No solo el comisionado venía deslizando la existencia de otro tipo de delitos. Cuando la orden de los Hermanos Camilos fue intervenida, en abril del año pasado, el propio arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, afirmó que existían indicios de otras irregularidades “de carácter más moral que económico”. Donaire fue rápidamente expulsado, aunque inicialmente la medida se relacionó con la apropiación presuntamente ilegal de la herencia de una discapacitada que residió en la mansión viguesa de la congregación. La Fiscalía pidió para él una pena de prisión de dos años y seis meses y una multa.

Ya lo advirtió el comisionado del arzobispado de Barcelona, Ramón Batlle, cuando visitó hace unos meses la mansión en Vigo de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, una congregación intervenida por sucesivos escándalos económicos. “Se han detectado otras irregularidades que pueden ser constitutivas de delito”, informó el pasado 1 de marzo. No dio más pistas, pero transcurridos más de dos meses ya se conoce la naturaleza de esos delitos: se trata de supuestos abusos sexuales cometidos contra septuagenarios con trastornos mentales severos, que llegaron al asilo vigués en busca de cobijo. También el nombre de su presunto autor, el religioso José Donaire, director durante cuatro décadas del centro y honrado en su día con el título de Vigués Distinguido, el más importante que concede la ciudad.

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