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Puigdemont se reafirma en la independencia pero "no desobedecerá la ley"
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EL 'PRESIDENT' ABOGA POR EL DIÁLOGO

Puigdemont se reafirma en la independencia pero "no desobedecerá la ley"

“La desobediencia es conjugada por algunos. Pero yo no la conjugo. Ni el Gobierno que presido, tampoco. No encontrarán en mí alguna manifestación de que desobedecerá la ley”

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (i) y el presidente del Círculo de Economía, Antón Costas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (i) y el presidente del Círculo de Economía, Antón Costas. (EFE)

Cataluña no ceja. Está abocada a formar un nuevo Estado y no habrá marcha atrás. Así lo explicó el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ante un nutrido grupo de empresarios españoles en la 32ª Reunión del Círculo de Economía celebrada en la localidad barcelonesa de Sitges. “Estamos preparándonos para un Estado independiente, con nuestros aciertos y nuestros errores”, subrayó

“Cataluña tiene un deseo de más autogobierno, de una financiación justa y del reconocimiento de nuestra singularidad política, lingüística y cultural, que son elementos ampliamente aceptados por la sociedad. Pero de ninguna de estas reivindicaciones hemos recibido respuesta satisfactoria del Estado español”, manifestó Puigdemont. Y criticó que “no se ha hecho ninguna reforma, al contrario, se ha recentralizado. Han sido cuatro años de reiterado apoyo al inmovilismo frente a las demandas sensatas de Cataluña”. Pero advirtió de que “no queremos el 100% de los recursos. Estamos dispuestos a corresponsabilizarnos y favorecer a los territorios más desfavorecidos, pero con responsabilidad y eficiencia en la distribución del déficit de las comunidades”.

El ‘president’ recordó que en 2012 había “12 diputados a favor de la independencia. Hoy, se han convertido en 72 diputados. De 312.000 votos, hemos pasado a dos millones de votos el 27 de septiembre. De poco más del 10%, al 48%. Y de 2012 a 2015, millones de personas han dado apoyo al proceso para dotar a Cataluña de un Estado propio. Por tanto, el mandato democrático ya está. Entendemos que el Estado español está democrática y políticamente obligado a dar una respuesta política, abandonando su resistencia a los cambios y su apuesta por el 'laissez faire, laissez passer”.

Recordó, a este respecto, que ya en julio de 2012, el Círculo de Economía “constataba la creciente inconformidad de Cataluña, la indiscutible insatisfacción, y emplazaba a la necesaria reforma del Estado autonómico”. Hoy, la situación se ha agravado por el inmovilismo del Gobierno central en los últimos años. Y también echó mano de las reflexiones del Círculo el año pasado: “En 2015, el Círculo decía que si de forma clara los ciudadanos daban apoyo a fuerzas independentistas, el principio democrático de la Constitución debería permitir dar la voz a los ciudadanos y permitir una consulta. Además, insistía en no demonizarlo y en permitir algún mecanismo de consulta”.

Advirtió, no obstante, que el Gobierno catalán no optará por la desobediencia de las leyes o de las sentencias, como pide la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) para seguir dando apoyo en el Parlamento a Junts Pel Sí (JxS). “La desobediencia es conjugada por algunos. Pero yo no la conjugo. Ni el Gobierno que presido, tampoco. No encontrarán en mí alguna manifestación de que desobedecerá la ley, porque si de algo hablo es de certeza jurídica”. Además, aseguró que su Gobierno “ha hecho y hará del diálogo bandera y siempre nos encontrarán al otro lado de la mesa. No nos levantaremos jamás de esta mesa”.

Puigdemont criticó también que “Cataluña padece con el ahogo fiscal del Estado español, y eso que genera suficientes recursos tributarios. Pero queremos disfrutar de los ingresos que generamos. Si no hubiese habido expolio fiscal, habríamos tenido una crisis menor, mejoras en las políticas sociales, se hubiesen paliado los efectos de la crisis y hubiésemos tenido una renta más alta de los ciudadanos”.

Una mala distribución

Una de las mayores deficiencias, a su entender, es que “el Estado redistribuye entre territorios provocando un terrible déficit fiscal. Así lo demuestran los últimos datos, de 2012: recibe solo el 13,6% de la Administración central, muy inferior al peso que representa en el Estado. En cuanto a Seguridad Social, recibe el 9,1% del gasto. La diferencia de lo que aporta y recibe asciende a 14.623 millones de euros, el 7,5% del PIB catalán. En términos per cápita, son 1.931 euros por cada habitante. Por tanto, tenemos mal modelo de financiación”.

Recordó, en este sentido, que el actual modelo “está caducado desde hace dos años y sitúa a la Generalitat muy por debajo de la media”. En realidad, el modelo de financiación habría tenido que revisarse en 2013, tal y como prevé la ley, pero el Gobierno central no lo ha tocado todavía. “Pero no queremos liderar ninguna propuesta de nuevo modelo, aunque eso no quita que queramos un modelo más justo”. En términos redondos, afirmó que, con un nuevo modelo, a Cataluña le corresponderían unos 2.500 millones de euros más al año.

Reivindicó, asimismo, que se tengan en cuenta varias variables importantes a la hora de hablar de financiación: “Llevamos años reclamando el corredor mediterráneo, pero también que las inversiones se adecuen a nuestro peso en la economía estatal, que se invierta lo que dice la disposición adicional tercera y que la gestión de puerto y aeropuerto responda a intereses empresariales, como ha reclamado en diversas ocasiones el tejido industrial. En resumen, Cataluña avanza pese a tener en contra al Estado. De ahí que, en un momento determinado, el ‘president’ se echase flores (habló, por ejemplo, de que en 2015 Cataluña ha sido la primera captadora de capital extranjero y la cuarta zona de Europa en el 'ranking', de que hay un Gobierno con estabilidad parlamentaria a pesar de los vaivenes de la CUP, de que encabeza el 'ranking' de las exportaciones españolas, de que el ritmo de creación de empleo es muy superior a la media española y a la europea, de que es la mayor potencia turística de Europa) y exclamase: “¿Se imagina si tuviéramos un Estado a favor? ¡Iríamos como un cohete!”.

Presión fiscal insostenible

También se quejó de la presión fiscal que padecen los catalanes. “Tenemos los precios por encima de la media estatal y pediremos que eso se tenga en cuenta a la hora de la financiación. Y pagamos más IRPF que la media de las comunidades autónomas. Las diferencias se notan especialmente en las rentas más bajas. Muchas comunidades pudieron bajar la tributación por rentas de trabajo en 2015, pero nosotros no lo hemos podido hacer”.

Pidió, eso sí, que el modelo de tributación del IRPF y de Patrimonio se tengan en cuenta conjuntamente. “Seguro que es precisa una modificación de la tributación, pero hay que abordarla de manera integral, persiguiendo de manera más eficiente el fraude y la evasión fiscal y apostando por la normalización del Impuesto de Sucesiones. Hay que seguir la línea de los países europeos, en los que la presión fiscal comienza a bajar”.

Restó importancia a la reforma fiscal y negó que la creación de nuevos impuestos o tasas sea una medida efectiva. “El impacto de modificación del IRPF no llegaría a Cataluña hasta 2019, y trabajamos para que el presupuesto de ese año no se haga en las condiciones de 2017. En este contexto no tiene sentido compensar con otros impuestos. Nuestros ciudadanos ya pagan más impuestos que nadie y no nos dará más liquidez poner más impuestos", zanjó.

Cataluña no ceja. Está abocada a formar un nuevo Estado y no habrá marcha atrás. Así lo explicó el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ante un nutrido grupo de empresarios españoles en la 32ª Reunión del Círculo de Economía celebrada en la localidad barcelonesa de Sitges. “Estamos preparándonos para un Estado independiente, con nuestros aciertos y nuestros errores”, subrayó

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