Mas, primer primer 'president’ que acude al santuario del independentismo radical

El Gobierno catalán toca hoy a rebato para celebrar una Diada especial. Tan especial que incluso les ha robado el escenario a los independentistas radicales. Lo cierto es que la Diada como tal es mañana, pero para el día de hoy se reserva el principal acto del presidente catalán, Artur Mas: una ofrenda floral en el Fossar de les Moreres, en el barrio gótico de Barcelona. Es la primera vez que un presidente de la Generalitat realiza la ofrenda floral en este recinto, reservado tradicionalmente para el independentismo radical y extraparlamentario.

En este lugar es donde se citaban las formaciones extraparlamentarias, donde se invitaba a intervenir a las organizaciones abertzales y donde se acababan quemando banderas españolas o retratos del Rey. Todo ello, siempre, la noche antes de la Diada.

Pero las cosas han cambiado. Algunas de esas organizaciones radicales se han convertido incluso en parlamentarias y algunos de sus postulados han sido asumidos sin complejos por los partidos conservadores del nacionalismo tradicional. El propio Gobierno de la Generalitat mantiene una hoja de ruta que coincide con la de la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) y el partido que gobierna, CiU, ha tejido alianzas con los radicales independentistas para reivindicar el referéndum. Ver para creer.

Ahora, CiU le roba incluso su santuario a los radicales: el Fossar de les Moreres. Y ello también por otro motivo: el nacionalismo catalán busca superarse y ha salido al rastreo de nuevos mitos, toda vez que los tradicionales se van cayendo de su pedestal. El acto central del principal día de Cataluña siempre había sido la ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova. Pero se ha evidenciado que ni este fue un héroe independentista ni se inmoló en la defensa de Barcelona, sino que entregó la ciudad a las tropas de Felipe V con un bando más españolista que la bandera rojigualda (la española, por supuesto). Por si fuera poco, luego vivió tres décadas como sumiso funcionario del Borbón.

El verdadero héroe

Ya lo dice Rafael Sánchez Piñol en su obra Victus, de triste actualidad porque su presentación en Utrech fue cancelada de buenas a primeras por el Instituto Cervantes: el verdadero patriota era Antonio de Villarroel, el jefe militar de la defensa de Barcelona (se ha de hacer notar, no obstante, que los bandos emitidos por Villarroel, así como por Casanova, no se hacían en catalán, sino en castellano). Pero todavía se le debe crear tradición patriótica.

Ante esta carencia, el Gobierno catalán decidió echar mano de los héroes anónimos del Fossar de les Moreres, zona donde se enterraban los defensores de la ciudad durante el sitio de 1714. Es el lugar, en palabras del portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, “donde no hay ningún traidor enterrado”. O, al menos, que se sepa.

Ante esta purista tradición, Artur Mas ha tocado a llamado a filas y ha citado para esta noche en el lugar no sólo a todos sus consejeros, sino a la presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, y al alcalde de Barcelona, Xavier Trias. Lo que pretende hacer el Gobierno es “un homenaje a los héroes del 11 de septiembre de 1714”. Y en su convocatoria detalla que “el Fossar es un rincón de fuerte carga simbólica, ubicado al lado de la basílica de Santa Maria del Mar, en el barrio del Born, que se convirtió en una fosa común donde fueron enterrados los defensores muertos durante el sitio de Barcelona. Hoy es una plaza de la ciudad en la que hay instalado un pebetero donde siempre quema una llama, símbolo del eterno homenaje”.

Inmediatamente después, Mas y De Gispert presidirán en un edificio cercano el acto institucional de conmemoración de los 300 años de los hechos de 1714 (donde también han de estar presentes todos los consejeros) y por último realizará un mensaje institucional a través de la radio y la televisión públicas con motivo de la Diada.