Gallardón se reunió ‘sin publicidad’ con el 'conseller' de Mas para evitar la consulta

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, se reunió con su homólogo de la Generalitat, Germà Gordó, para analizar las alternativas políticas ante la reivindicación catalana de celebrar un referéndum sobre la independencia de Cataluña. El ministro expresó en el encuentro su oposición a la consulta.

Fuentes políticas conocedoras de la entrevista han confirmado que la misma se produjo en Madrid, el pasado mes de febrero, concretamente durante la primera semana, y que fue un encuentro largo, de más de dos horas en el que se trató el asunto del referéndum. Fuentes de Justicia han confirmado la existencia de la reunión y aseguran que esta no fue la única cuestión de la agenda y que, si bien en su día el encuentro ‘no fue publicitado’, se trata de una reunión normal con el responsable de Justicia de una comunidad autónoma.

El discreto encuentro entre los dos titulares de Justicia tenía dos objetivos: acercar posturas que permitieran una salida a las dos partes sobre la petición de hacer un referéndum en Cataluña y preparar una nueva reunión entre el presidente español, Mariano Rajoy, y el catalán, Artur Mas, que también debe celebrarse de la manera más circunspecta posible. Fuentes del Ministerio, en cambio, matizan que el abanico de temas fue más amplio que la consulta sobre la independencia.

Según todas los medios consultados, la reunión acabó mal, aunque se desarrolló en un clima correcto y cordial. En todo caso, sirvió a la Generalitat y al Gobierno para confirmar que las posiciones de ambas partes se encuentran muy alejadas. La prueba de que la reunión no sirvió para suavizar tensiones fue que tres semanas después el Gobierno recurrió ante el Tribunal Constitucional la declaración soberanista del Parlament, confirmando la oposición frontal del Ejecutivo español al proyecto de Artur Mas.

El principal escollo es técnico. Germà Gordó y la Generalitat consideran que Cataluña es un “sujeto soberano” y que, por tanto, se puede convocar un referéndum legal de ámbito estrictamente catalán para consultar sobre el futuro político de los catalanes y su vinculación con España. Para Gallardón y el Gobierno, en cambio, la Constitución sólo reconoce un sujeto político, el pueblo español, con lo que se invalidaría cualquier votación que no fuera en el ámbito del conjunto de España.

En todo caso, este encuentro, como el que está pendiente entre Rajoy y Mas, se enmarca en la que va a ser un constante este año 2013: las conversaciones entre la Generalitat y el Gobierno central para buscar una salida a la petición de un referéndum en Cataluña.

La celebración de la consulta en Cataluña es el primer punto de la agenda política de la Generalitat, por imposición de ERC, cuyos votos son necesarios para aguantar al ejecutivo de Artur Mas, que gobierna en minoría. 

Año de negociaciones

Con este panorama, el 2013 será un año de negociaciones. En la Generalitat son conscientes de que no será posible convocar un referéndum que sea legal y que, por tanto, no traicione las expectativas generadas por el programa electoral de CiU si no hay acuerdo con el Gobierno de Rajoy.

Ambas partes son conscientes de que con la actual tensión política los encuentros para negociar el referéndum han de ser lo más discretos posibles para poder acercar posturas y buscar una alternativa que pueda ser presentada como digna para todos los interesados.

ERC, atenta

Desde ERC se siguen atentamente estos movimientos, si bien también son partidarios de que no se publiciten para no dar una imagen de sumisión al Estado español. El líder republicano, Oriol Junqueras, espera que los contactos fracasen. A partir del naufragio de las conversaciones, que resultaría evidente al inicio del 2014, la Generalitat quedaría abocada a convocar una consulta simbólica sin valor legal, que incluso podría ser recurrida por el Ejecutivo español ante el Tribunal Constitucional, lo que aumentaría el clima de crispación política.

Ante esta situación, Artur Mas podría volver a convocar a los catalanes a las urnas. Esta última es la opción favorita de Junqueras, que quiere una candidatura unitaria de CiU y ERC con un solo punto en su programa electoral: convocar un referéndum y abrir un proceso constituyente en Cataluña. CiU, por ahora, se resiste. Pero está cayendo en las encuestas. Y cada vez quedan menos salidas para mantenerse en el poder.