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Teresa Ribera aviva un nuevo fuego territorial con el trasvase del Ebro: Aragón vs. Cataluña
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Teresa Ribera aviva un nuevo fuego territorial con el trasvase del Ebro: Aragón vs. Cataluña

La ministra deja la puerta abierta a un trasvase a pesar de la oposición que levanta en Aragón, incluso en el PSOE. La Generalitat pidió agua del Ebro para los agricultores del Priorat

Foto: Vista del Ebro a su paso por Zaragoza el año pasado. (EFE/Javier Cebollada)
Vista del Ebro a su paso por Zaragoza el año pasado. (EFE/Javier Cebollada)
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El listado de comunidades que en uno u otro momento han tenido un choque con el Ministerio de Transición Ecológica es largo. La ortodoxia de Teresa Ribera le ha costado múltiples polémicas y enfrentamientos broncos con propios (Ximo Puig y el trasvase Tajo-Segura, por ejemplo) y ajenos (Junta de Andalucía, gobernada por el PP, y los regadíos de la corona norte de Doñana, por citar otro) y ahora en el horizonte despunta un nuevo frente: Aragón. Ribera dejó la puerta abierta este miércoles a un hipotético trasvase del Ebro para paliar la sequía que azota Cataluña a pesar de que la oposición en la comunidad a una medida así es casi unánime, y va del PP a su propio partido, el PSOE.

No es descartable que, en situaciones de emergencia, haya que tomar medidas extraordinarias de emergencia”, defendió Ribera en un acto en Murcia, preguntada por la posibilidad de recurrir a un trasvase después de que la Generalitat haya pedido agua procedente del Ebro para el sector agrícola del Priorat (Tarragona). El fantasma del trasvase lleva tiempo rondando en Aragón ante la evidencia de que en Cataluña sigue sin llover y el nivel de los embalses baja mes a mes. Y los pactos con los independentistas no han hecho más que acrecentar las sospechas y disparar el malestar. Un trasvase no es ejemplo precisamente de ortodoxia ambiental, pero el contexto político podría decantar la balanza.

Ya sucedió en 2008, con la otra gran sequía que vivió Cataluña y que no impidió, a pesar de la férrea postura en contra que entonces mantuvo la ministra de Medio Ambiente de José Luis Rodríguez Zapatero, Cristina Narbona, que finalmente el Ejecutivo central concediese un minitrasvase a Cataluña, gobernada entonces por el tripartito. No obstante nunca se llegó a ejecutar por la recuperación del nivel de los embalses.

La diferencia es que ahora ha sido la ministra de Transición Ecológica la que ha dejado la puerta abierta. Ribera, aunque defendió la importancia de anticipar escenarios para poder contar con “agua adicional” procedente de otros recursos como la desalación, avivó un nuevo incendio. Sus palabras, en primer lugar, dejan en una posición muy complicada al PSOE. La postura de los socialistas, recordó este martes el expresidente de Aragón y secretario general del partido en la comunidad, Javier Lambán, es contraria se pacte o no con su formación. La respuesta del PSOE aragonés es no, remarcó en una rueda de prensa en la que reapareció tras meses apartado de la primera línea política por cuestiones de salud.

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Y en el PP, la postura es la misma. La oposición es frontal en el Ejecutivo regional, presidido por Jorge Azcón. “En la cuenca del Ebro no sobra agua. Tenemos muchas necesidades presentes y futuras”, recuerdan fuentes del Gobierno regional a El Confidencial. Las mismas voces puntualizan que la autonomía también tiene sus propios problemas con la sequía y que Cataluña lo que debe hacer es buscar otras soluciones. Los populares no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad que se puede abrir en Aragón para fortalecer aún más el partido en detrimento de un PSOE que no atraviesa por su mejor momento. De ahí que Azcón señalase este miércoles directamente a la ministra Pilar Alegría, la opción de Pedro Sánchez para hacerse con las riendas de la federación aragonesa.

“Tendrá que ser la señora Alegría la que opine sobre el trasvase. Ahora es la portavoz del Gobierno de España y sería muy importante saber qué es lo que opina una representante tan destacada del Partido Socialista sobre un trasvase que puede ser muy perjudicial para los intereses de su tierra”, le emplazó Azcón. No solo el PP y el PSOE, tampoco Teruel Existe respalda un hipotético trasvase, lo mismo sucede con el PAR y la Chunta, integrada ahora en el Congreso de los Diputados en Sumar. El conjunto del arco político en Aragón, a excepción de Vox, rechaza un escenario que tras las palabras de Ribera parece cada vez más cerca.

No es el primer choque

Paradójicamente, Ribera dejó la puerta abierta al trasvase del Ebro en un acto celebrado en Murcia para la creación de una nueva comisión para la protección y recuperación del Mar Menor. La ministra pronunció sus palabras ante Fernando López-Miras, presidente de la región y uno de los principales dirigentes del PP defensores del trasvase Tajo-Segura para el campo de Alicante y el de su región. Las posturas enfrentadas entre Transición Ecológica, la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía a cuenta de este trasvase ha sido uno de los frentes del ministerio con los territorios. Ahora, todos están gobernados por los populares, pero Ribera tampoco cambió su postura cuando el socialista Ximo Puig estaba al frente de la Generalitat valenciana.

Foto: Momento de la manifestación en defensa del Mar Menor. (Reuters)

Con Murcia la ministra además tuvo un agrio enfrentamiento a cuenta de los episodios de mortandad de peces en el Mar Menor por la contaminación de nitratos. Los postulados del ministerio y los del Gobierno regional sobre cómo debería protegerse la laguna salada más grande de Europa, un ecosistema con un altísimo valor ambiental, difieren en muchos aspectos, pero en cierta forma ambas partes han reconducido el choque. Otra de las grandes polémicas que Ribera libró con una de las comunidades gobernadas por el PP fue con la Junta de Andalucía y la contestada ley para la regularización de regadíos en el entorno de Doñana.

El enfrentamiento con la Junta fue total, e incluso el Ministerio de Transición Ecológica recurrió a Europa para frenar una norma que entendía atentaba contra los intereses del parque. Finalmente, ambas administraciones recondujeron la situación y acordaron repartirse los gastos de compensación para indemnizar a aquellos agricultores que cierren invernaderos. Fue la principal medida del pacto alcanzado para aliviar la presión del principal acuífero que nutre de agua a Doñana.

Pero con quien Ribera no ha dado su brazo a torcer ha sido con las comunidades que le reclaman rebajar la protección del lobo y entre ellas figura Asturias, gobernada por el PSOE. A este respecto, el presidente Adrián Barbón comparte frente con Galicia, Cantabria y Castilla y León.

El listado de comunidades que en uno u otro momento han tenido un choque con el Ministerio de Transición Ecológica es largo. La ortodoxia de Teresa Ribera le ha costado múltiples polémicas y enfrentamientos broncos con propios (Ximo Puig y el trasvase Tajo-Segura, por ejemplo) y ajenos (Junta de Andalucía, gobernada por el PP, y los regadíos de la corona norte de Doñana, por citar otro) y ahora en el horizonte despunta un nuevo frente: Aragón. Ribera dejó la puerta abierta este miércoles a un hipotético trasvase del Ebro para paliar la sequía que azota Cataluña a pesar de que la oposición en la comunidad a una medida así es casi unánime, y va del PP a su propio partido, el PSOE.

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