La avenida de Zaragoza que se ha cobrado tres víctimas en solo dos meses

"Noventa metros. Mayoritariamente plana". Así describe Google Maps la ruta de la avenida de Goya de Zaragoza en el tramo que va desde su número uno, en la esquina con el Paseo de Sagasta, hasta el número 9. En este punto está la parroquia del Perpetuo Socorro, que hace esquina con la calle del mismo nombre y donde el miércoles fallecía atropellada por un camión una mujer de 82 años, M.D.D.M.

Eran las 13:20 horas cuando al parecer la víctima se tropezó con su propio carro de la compra con la mala fortuna de caer al suelo cuando pasaba un camión y ser arrollada por las ruedas traseras.

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Esta es la tercera persona que fallece en un siniestro en ese tramo de la avenida, una calle muy transitada en Zaragoza. Está en el centro de la ciudad y conecta el Paseo de Sagasta con la antigua estación del tren del Portillo, hoy en desuso, y tiene en su trayecto, en el cruce con el Paseo de la Gran Vía de Ramón y Cajal, la estación de Cercanías.

Este mismo domingo se celebraba en esa parroquia del Perpetuo Socorro el funeral por una vecina de la zona, I.T., de 74 años, que fue atropellada por una moto el 2 de octubre. Como consecuencia del accidente, sufrió varias fracturas en el tórax, espalda y extremidades. Aunque en principio parecía recuperarse de las heridas, falleció el pasado viernes.

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Y pocas semanas antes, el 29 de agosto, moría también un trabajador de las obras de renovación de las tuberías de la confluencia de la avenida de Goya con Paseo de Sagasta, a la altura del número 1. En este caso, el trabajador había resultado herido cinco días antes mientras trabajaba en el interior de una zanja de 2,5 metros de profundidad, al golpearse contra la tubería por el desprendimiento de parte de la tierra de una de las paredes. El herido fue trasladado al Hospital Miguel Servet, donde ya ingresó en cuidados intensivos; si eso sucedía un viernes, el martes siguiente perdía la vida.

Siniestros diferentes, misma fatalidad

Fuentes municipales distinguen un siniestro de otro, atribuyendo el atropello de hoy a la mala suerte; respecto al desprendimiento, lo refieren como un asunto de seguridad laboral. Y ante el producido por la moto, no computa en sus estadísticas, al haber fallecido la víctima semanas después, aunque sí esté en el ánimo del vecindario, de media de edad elevada y mayormente con hábitos de peatón.

Expertos en la materia explican que la avenida de Goya es la única del centro donde se permite circular de este a oeste a 50 kilómetros por hora, con tres carriles en cada dirección. Hasta la llegada del carril bici, había una mediana que los dividía, pero ahora el equivalente a ese espacio lo ocupa precisamente el carril bici, en la acera de dos de los siniestros, la de los números impares de la avenida.

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Ahora, esa separación solo está marcada con pintura y el debate que abre es si se reduce o no la velocidad dentro de la ciudad a 30 kilómetros/hora y se deja la superior a 50 kilómetros/hora para las rondas, un asunto en el que hay disparidad de criterios entre las fuerzas políticas del Consistorio.

Con lo que sí hay inquietud es con los carriles bici. Este de Goya es escenario de atropellos por patinetes y bicis, que circulan en ambas direcciones, un asunto que en general va a más como reflejan los balances anuales. El año pasado, en todo Zaragoza, superaron los 200 accidentes, cuando en 2018 eran apenas 24; y este febrero, un anciano falleció arrollado por uno de estos vehículos en otro barrio, el Actur.

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Aunque sea de manera indirecta, en Goya podría estar influyendo la obra de sustitución de la tubería, que se está acometiendo muy encajonadamente, con pasos muy angostos e irregulares para los peatones y con semáforos de espera larga. La acera es muy transitada porque, más allá de la parroquia, hacia Sagasta, lleva en unos pocos metros al Centro de Salud, uno de los mayores de la ciudad. Y en el número 3 de Goya están una de las panaderías-pastelerías más acreditadas de Zaragoza, Tolosana, fabricante de la famosa trenza de Almudévar, y un supermercado de horario amplio.

30 fallecidos en accidente de trabajo en Aragón

Respecto al siniestro laboral, la inspección de trabajo cree que influyeron las vibraciones que producen los trenes de alta velocidad al cruzar la ciudad por el túnel ferroviario que discurre por debajo de la avenida de Goya. Esos temblores forman parte de la vida de los vecinos, pero una deficiente contención de los laterales de la zanja durante la obra habría traído esa fatal consecuencia.

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Ese era el fallecido número 21 en accidente de trabajo en Aragón, cifra que, en estos momentos, está ya en 30, un número insoportable que ha hecho que, en el acuerdo por el diálogo social firmado este lunes entre el Gobierno de Aragón, empresarios y trabajadores, haya un compromiso para erradicación la siniestralidad laboral. Esta se ha concentrado especialmente en los últimos tres meses, con 20 muertos en el puesto de trabajo.

Día negro en Zaragoza

Al atropello de Goya se sumaban el miércoles otros dos hechos luctuosos, que están siendo investigados por la policía. Por un lado, la muerte de un hombre en su domicilio, en el barrio de Las Fuentes, por arma blanca, en lo que todos los indicios apuntan a que se trata de un homicidio.

Por otro, una mujer era recogida de madrugada por la policía nacional, tras llamar ella misma pidiendo socorro y denunciar que había sido violada. La policía la encontró maniatada y con signos de violencia en los Pinares de Venecia, uno de los pulmones de la ciudad, y la trasladó al Hospital Miguel Servet.