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¿Pistolas taser para todos los policías? El ataque con unas tijeras en Zaragoza que reabre el debate
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¿Pistolas taser para todos los policías? El ataque con unas tijeras en Zaragoza que reabre el debate

Tres efectivos acudieron a una llamada por violencia machista en la capital aragonesa y tuvieron que reducir con una defensa a un hombre que les intentó apuñalar en repetidas ocasiones

Foto: Varios 'táser' adquiridos por la Policía Nacional, en una imagen de archivo. (Policía Nacional)
Varios 'táser' adquiridos por la Policía Nacional, en una imagen de archivo. (Policía Nacional)

Viernes de madrugada en Zaragoza. Una mujer abre temerosa la puerta de su casa a dos agentes de la Policía. "¡Ayudadme, por favor! ¡Llevároslo, me ha pegado!". Con estas dos frases en el quicio de la puerta denuncia que es víctima de malos y los agentes rápidamente entran en el domicilio.

En la habitación, sobre la cama, se encontraba el presunto agresor. Los policías, tras escuchar a la mujer y comprobar que presentaba un fuerte hematoma en el ojo izquierdo, exigen al hombre que se levante para detenerlo. Y ahí se desencadenó todo. Cogió unas tijeras enormes, con un filo de 11 centímetros, y comenzó a atacar a los policías. El suceso, por su violencia, ha despertado un debate latente en el Cuerpo: ¿deben llevar pistolas taser todos los policías?

Foto: Manifestantes el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en Sevilla. (EFE/Jose Manuel Vidal)

Desde el primer momento, el hombre se negó a la detención y opuso una fuerte resistencia. Patadas, golpes y también gritos contra la mujer se sucedieron durante minutos. "¡Diles la verdad, no le he hecho nada!", exclamó en repetidas ocasiones, justo antes de arrojar violentamente a la víctima contra la cama.

Acto seguido, cayó al suelo y, mientras los agentes le intentaban reducir, el agresor cogió las tijeras de grandes dimensiones con las que intentó apuñalar a los policías. Su objetivo era alcanzarles en la cara y en el cuello, según han especificado fuentes conocedoras del caso a El Confidencial.

"Me mato"

Los policías lograron esquivar las embestidas, que se realizaron con las tijeras abiertas, para causar más daño, y, tras el enfrentamiento inicial, el agresor salió de la habitación en dirección al rellano del edificio. Allí amenazó con autolesionarse. "¡Me mato!", llegó a exclamar con las tijeras en la mano. Los agentes, entonces, tuvieron que sacar su arma reglamentaria y, apuntándole, intentaron que depusiera su actitud y dejara el objeto punzante en el suelo. El hombre hizo caso omiso y, como respuesta, trató de escapar por las escaleras del edificio.

Allí, finalmente, fue desarmado por un tercer efectivo policial que acudió para ayudar a los otros dos agentes. Se sirvió únicamente de la defensa para arrebatarle las tijeras. Entre todos lograron reducirlo tras un fuerte forcejeo una vez que ya estaba desarmado. Tanto el detenido como los agentes que participaron en su arresto precisaron de asistencia médica.

"No se puede permitir"

Este caso, por su violencia y peligrosidad, ha provocado la reacción del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que ha denunciado la "desprotección" que sufren los agentes en circunstancias como las de este suceso. Reclaman que su profesión sea declarada "de riesgo" y proponen que se dote a la mayor urgencia posible a todos los agentes que prestan servicio en primera línea con "un chaleco y una pistola taser".

No es ni mucho menos habitual que todos los agentes porten una taser, pero como exponen desde el sindicato, esta medida podría ayudar a minimizar los riesgos en intervenciones como la de Zaragoza, donde los policías se vieron expuestos a ser apuñalados al tener que reducir al agresor en el cuerpo a cuerpo.

"No podemos seguir permitiendo esta situación sin una formación continua y sin el marco jurídico que permita proteger a los policías que se juegan el tipo en la calle", lamenta Jacobo Rodríguez, portavoz del SUP, que también reclama retomar los cursos para protección en incidentes AMOK -cualquier situación violenta en la que una persona intenta causar el mayor daño a la población sirviéndose de cualquier medio-: "Es más necesario que nunca".

Viernes de madrugada en Zaragoza. Una mujer abre temerosa la puerta de su casa a dos agentes de la Policía. "¡Ayudadme, por favor! ¡Llevároslo, me ha pegado!". Con estas dos frases en el quicio de la puerta denuncia que es víctima de malos y los agentes rápidamente entran en el domicilio.

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