La Policía Nacional desmantela en Sevilla un 'supermercado' de droga con 22 detenidos

La Policía Nacional ha desmantelado un activo punto de venta de droga en Sevilla que funcionaba como un supermercado con la detención de veintidós personas, entre ellas el líder de la organización, que ha ingresado en prisión, según ha informado en un comunicado.

Un operativo policial formado por distintas unidades de la Policía Nacional realizó nueve entradas y registros de manera simultánea en distintos puntos de la capital hispalense y en la localidad de Carmona y comprobaron que el punto de venta funcionaba como un auténtico supermercado de la droga, con carteles anunciando distintos productos y ofertas a sus clientes, incluso provistos de máquinas recreativas.

Se han intervenido más de 100.000 euros procedentes del narcotráfico, la mayoría de esta cantidad se encontraba envasada al vacío, además de hachís, MDMA, ketamina, marihuana, viagra, popper y óxido nitroso y joyas.

La vivienda en la que se vendía y consumía la droga contaba con vitrinas donde se ofertaba la sustancia estupefaciente y estaba provista de un sistema de seguridad de videograbación interno y externo y habían construido un espacio completamente estanco en la vivienda, con un sistema de ventilación propio, dado que las ventanas se encontraban totalmente tapiadas y la puerta de acceso contaba con ocho cerraduras.

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Este punto de venta llevó a los agentes hasta el otro punto, el neurálgico, una vivienda de lujo, infranqueable, provista de fuertes medidas de seguridad para evitar ser descubiertos, totalmente amurallada y vigilada las 24 horas.

La organización tenía una estructura piramidal, liderada por un matrimonio y bajo su mando todo un entramado de personas, ocupando cada una de ellas una función diferente.

En su círculo más cercano se encontraban los “lugartenientes”, encargados de la gestión del dinero y la organización de los cuadrantes de trabajo del resto de miembros.

En el punto de venta se distribuían en el exterior los “aguadores”, confiados de alertar la presencia policial; en la puerta de la vivienda había otras personas para decidir si permitían la entrada o no de los consumidores finales o compradores, “puertas”, y finalmente en el interior se encontraban “los vendedores” que suministraban el estupefaciente.