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El mar como terapia para el cáncer de mama: la experiencia de 30 remeras sobre un 'dragón'
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CINCO AÑOS DE VIDA

El mar como terapia para el cáncer de mama: la experiencia de 30 remeras sobre un 'dragón'

Supervivientes a la enfermedad crearon una asociación en Málaga tras comprobar los beneficios en la recuperación física y emocional que tiene este deporte. Ocho de ellas participan en una competición internacional

Foto: Algunas de las integrantes del Málaga Dragón Boat BCS entrenando en la bahía de Málaga. (P.D.A.)
Algunas de las integrantes del Málaga Dragón Boat BCS entrenando en la bahía de Málaga. (P.D.A.)

Mara escucha el sonido del teléfono desde la habitación anexa a su despacho. Alguien pregunta por ella, pero no corre hasta el teléfono. Su compañero, Javier, la disculpa. "No puede ponerse en este momento", explica antes de despedirse. Mara agradece el respiro para apurar un tupper. Es martes y toca salir corriendo para entrenar con "un equipo, una familia" que desde hace cuatro años se ha convertido en su "apoyo físico y emocional". Una treintena de supervivientes del cáncer de mama que han encontrado en el remo una terapia complementaria para superar las secuelas de una enfermedad que se estima que este año será diagnosticada a 35.000 nuevas mujeres.

Son casi las 16:30 y las últimas rezagadas enfilan las escaleras del Real Club Mediterráneo (RCM) de Málaga. La semana es muy emotiva porque acoge el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, pero en el ambiente se percibe una gran vitalidad y optimismo. Nadie habla de ese diagnóstico que un día sacudió sus vidas como una descarga fría y las risas acompañan a los comentarios. "Aquí no venimos a sentir pena. No solemos hablar si hoy nos duele la cicatriz o te has levantado más apagada", comenta, porque ahí están para pasárselo bien.

Foto: ¿Por qué se utiliza un lazo rosa como símbolo para visibilizar el cáncer de mama cada 19 de octubre? (EFE/Pedro Puente)

El grupo escucha las instrucciones de las dos entrenadoras, María y Rita, y se distribuyen en los dos llaut —un tipo concreto de barco— con los que saldrán a remar por la bahía malagueña. Tienen que estar en forma porque ocho de ellas desembarcan este fin de semana en Malasia para participar en una competición de dragón —una modalidad de origen asiático— a la que acuden mujeres de distintos países que se han enfrentado al cáncer de mama.

Mabi es una de ellas. Relata que aún no ha superado la enfermedad y que sigue peleando con el apoyo de su marido. "Tengo la mastectomía hecha, con vaciamiento de los ganglios axilares, y venir a remar es casi más importante que la terapia. La práctica de este deporte ha sido clave en mi recuperación. De casi estar sumida en una depresión, encerrada, saliendo de casa solo para ir al hospital, a tener la ilusión de que lleguen los días en que tengo que entrenar con mis compañeras".

La remada, la palada, mejora el drenaje del líquido linfático que se acumula cuando son extirpados los ganglios de las axilas

Confiesa que desde que se unió a la asociación Málaga Dragón Boat BCS (acrónimo en inglés de supervivientes del cáncer de mama), allá por octubre de 2019, su estado de salud y calidad de vida han mejorado notablemente. Esto tiene una explicación científica, más allá de que toda actividad física es beneficiosa. Mara detalla que "el movimiento del torso superior que se produce con la remada, con la palada, mejora el drenaje del líquido linfático que se acumula cuando en el tratamiento resultan afectados los ganglios de las axilas". Ayuda a contrarrestar el linfedema o hinchazón que pueden sufrir los brazos.

La persona que desde EEUU importó a Málaga la práctica del remo como complemento en la recuperación fue la oncóloga Julia Ruiz Vozmediano. Y desde que en 2018 se creó la asociación deportiva, cada año son más las mujeres que se acercan a ella. Julia ha sido una de las últimas. Madre de tres hijos, cuenta que "las sesiones de radio quitan las ganas de hacer cualquier cosa" y acabas entregándote a hábitos sedentarios. "Pero me lo tomé como una obligación" y "el cambio físico y mental que he experimentado ha sido muy positivo".

placeholder Las remeras sacando del agua uno de los 'llaut'. (P.D.A.)
Las remeras sacando del agua uno de los 'llaut'. (P.D.A.)

Los vómitos o la neuropatía que provocaban las sesiones de quimioterapia tampoco se olvidan, como los dolorosos efectos que provoca "la pastilla de los cinco años". Un fármaco que denominan así porque es el tiempo medio durante el que deben tomarlo cuando concluyen el tratamiento más agresivo. "Provoca la deformación de las articulaciones", describe Lola, una doctora, ya jubilada, que con la ciudad en el horizonte recuerda los días que debía quedarse en casa porque no podía abrir los dedos de las manos y casi no podía andar. Como si adquiriesen la forma de una garra. "No los podía extender, los tenía agarrotados", describe, antes de añadir que "era muy duro" y que la práctica del deporte le ha ayudado a contrarrestar las consecuencias negativas de esta medicación.

María, la entrenadora, explica que no hay actividad deportiva "tan completa" como el remo. Proporciona "resistencia y fuerza" y genera un beneficio emocional que se desprende del encuentro, la comprensión y empatía de estar con otras personas que han recorrido el mismo camino tú. "Ellas vienen a divertirse y son una familia", afirma, que no oculta la admiración por cómo se apoyan cuando llegan los días malos.

"El miedo te persigue"

Las revisiones son unos de esos momentos complejos. En los que la "angustia" embarga cada segundo del día hasta que te sientas delante del médico a escuchar un diagnóstico que parece un veredicto. "Porque siempre existe el miedo de que te digan que has recaído". Un miedo pegajoso como la brea, que no logras sacudirte por mucho que los que están a tu lado te dicen que no va a pasar nada. Una sensación por la que este año pasarán 35.000 mujeres en el país, según los datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), que estiman que una de cada ocho españolas padecerá esta dolencia.

En la actualidad, según los expertos, hay cerca de medio millón de mujeres en España con un cáncer de mama metastásico

Mabi recuerda que fue en octubre de 2019 cuando le comunicaron que padecía un tumor de mama. "En las consultas previas, más o menos, te van haciendo el cuerpo. No son rotundos, porque hay que hacer pruebas, pero te lo dan a entender". Aun así, a pesar de esta preparación, "cuando escuchas el diagnóstico, se te cae el mundo encima", comenta esta acérrima aficionada del Club Baloncesto Unicaja, que está pendiente de una reconstrucción de pecho y que confiesa que "el miedo perseguirá a un enfermo de cáncer mientras dure su vida".

La medicina intenta reducir las estadísticas con nuevos enfoques para afrontar las distintas variables en las que se presenta la enfermedad. "No hay duda de que estamos viviendo unos años de grandes avances en el tratamiento del cáncer de mama, logrando que cada vez nuestras pacientes vivan más y mejor", valoran en la SEOM, donde, sin embargo, alertan de que "todavía fallecen unas 6.000 mujeres al año por esta enfermedad, lo que deja constancia de todo lo que nos queda por hacer".

placeholder Carmen y Julia, dos de las nuevas integrantes de la asociación. (P.D.A.)
Carmen y Julia, dos de las nuevas integrantes de la asociación. (P.D.A.)

La prevención y un diagnóstico precoz son fundamentales. Eva Ciruelos, coordinadora de la Unidad de Mama del Servicio de Oncología del hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, destaca que el 60% de los casos que se diagnostican en estadios 1 o 2 son tumores curables y tienen una tasa de recaídas a largo plazo muy baja. "Hay cerca de 500.000 mujeres viviendo en España con un cáncer de mama metastásico. Esto es mucho, y es mucho porque, afortunadamente, la letalidad del tumor va disminuyendo. La tasa de supervivencia mejora y cada vez se convierte más en una enfermedad cronificada", añade.

Para ello es importante la condición física y la salud mental. Dos ámbitos en los que el deporte es de gran ayuda. Por eso en el número de integrantes de la Málaga Dragón Boat BCS no ha dejado de crecer. Ya cuentan con dos de estas singulares embarcaciones cuyas proas van decoradas con la cabeza de un dragón y que en la popa lucen una cola. Gracias a la ayuda de la Fundación La Caixa, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Málaga.

Foto: Anne Boyer

Carmen es otra de "las últimas adquisiciones" de este grupo de supervivientes. "Es la tercera vez que vengo", señala desde la zodiac que sigue a las dos llaut. Poco a poco va tratando de quedarse con la jerga. "Sombra", que es la forma de colocar el remo para que entre con ángulo en el agua, o "tolete". "Aquí no hay cuerdas, hay estrobo", bromea una de las remeras, mientras Rita, otra de las entrenadoras, corrige a las remadoras.

"En el barco hay que ir como señoritas, con la espalda recta", ironiza Mara, que es una de las ocho socias que este viernes partieron camino a Malasia. "A la isla de Borneo", concretamente, donde participarán junto a otras supervivientes del cáncer de mama de diversos países en una carrera que supondrá su primera competición internacional.

placeholder Las componentes del club, y sus entrenadoras, junto al dragón. (P.D.A.)
Las componentes del club, y sus entrenadoras, junto al dragón. (P.D.A.)

La tripulación de este tipo de embarcación, además de los ocho remeros, la componen un timonel y una décima persona que toca un tambor y marca el ritmo. Por lo que suponen que contarán con ayuda para ocupar estas dos plazas. Las pruebas pueden ser de 200, 500 y 2.000 metros y se caracterizan porque la remada se parece a la del piragüismo olímpico. "No es tanto el movimiento de los brazos, como el giro del torso", precisan sobre una disciplina que requiere una gran coordinación entre las componentes del equipo.

Este viaje es una experiencia inolvidable para ellas y, aunque tienen claro que lo principal es divertirse, no renuncian a dar guerra. Y quién sabe, puede que se traigan la victoria para Málaga. Si lo consiguen, la celebración de vida será épica.

Mara escucha el sonido del teléfono desde la habitación anexa a su despacho. Alguien pregunta por ella, pero no corre hasta el teléfono. Su compañero, Javier, la disculpa. "No puede ponerse en este momento", explica antes de despedirse. Mara agradece el respiro para apurar un tupper. Es martes y toca salir corriendo para entrenar con "un equipo, una familia" que desde hace cuatro años se ha convertido en su "apoyo físico y emocional". Una treintena de supervivientes del cáncer de mama que han encontrado en el remo una terapia complementaria para superar las secuelas de una enfermedad que se estima que este año será diagnosticada a 35.000 nuevas mujeres.

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