Gil, la apuesta andaluza de Yolanda Díaz: del Carnaval ilegal a vicepresidenta del Congreso

Cuando Sumar era solo un proyecto en construcción, hace apenas tres meses, la hoy diputada Esther Gil de Reboleño era una auténtica desconocida. Había dirigentes de la izquierda en la provincia donde obtuvo el escaño, Cádiz, que ni siquiera habían escuchado el nombre de quien hoy ocupa uno de los puestos más jugosos del Congreso de los Diputados: una de las cuatro vicepresidencias de la Mesa. Un nombramiento que sitúa a la gaditana como una de las grandes apuestas del proyecto de Yolanda Díaz en su estreno en el poder institucional, situando a esta novata como una de las dos representantes de Sumar en el órgano rector de la Cámara Baja.

Será el primer cargo público de Esther Gil, que a sus 50 años nunca había estado vinculada a ningún partido político. Una condición que reforzó su candidatura en Cádiz, donde el partido buscaba una independiente sin pasado en IU, Podemos o alguna de las formaciones integradas en el frente amplio. Hasta ahora siempre había estado en un segundo plano en asambleas feministas, plataformas ciudadanas y el Carnaval ilegal —entendido en Cádiz como otra forma de activismo— y ha trabajado desde la Administración con partidos a izquierda y derecha. Desde Sumar destacan su "talante dialogante" para hablar con todos, en la línea de la elección de Armengol (PSOE) como presidenta, aunque la decisión ha sorprendido a algunos integrantes de la coalición.

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Esther Gil se prepara en estos días para un ascenso político que ha llegado "de un día para otro". Socióloga de formación, reconoce estar "estudiando al máximo" el reglamento de la Cámara Baja o la Constitución. Especializada en género, montó una consultora para implantar estrategias de Igualdad en distintas empresas y administraciones públicas, en una labor empresarial que compatibilizaba con su puesto en la Universidad de Cádiz. En apenas unas semanas de carrera política ha alcanzado la Vicepresidencia del Congreso, donde tendrá que fajarse con veteranos de PP y PSOE en un puesto clave para su grupo parlamentario. "Me tengo que poner las pilas", admite.

Apuesta por Cádiz

El nombre de Esther Gil, sin recorrido en la política gaditana, sí era conocido en el mundo del Carnaval de Cádiz. En 2008 formó parte del primer cuarteto formado íntegramente por mujeres, sentando precedente en una modalidad con gran carga humorística. Su pase es recordado por los improperios que recibieron de un público poco acostumbrado a ver mujeres haciendo humor en verso. "Lo más bonito que me dijeron fue vete a tu casa a fregar", recuerda.

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Además, pasó 17 años en el Carnaval ilegal o callejero, el más transgresor de la fiesta. Su chirigota, Las Cadiwoman, son la agrupación feminista más conocida de la fiesta, seguida por miles de aficionados en las calles de la ciudad. "Mi válvula de escape para poder hacer activismo era el Carnaval feminista", recuerda Gil, quien define "el carnaval de la calle" como "la voz del pueblo sin ataduras". "Ahora paso del activismo carnavalero al político", añade.

Con su elección, Yolanda Díaz apostó por una excarnavalera que entraba en política, un perfil que recuerda al del exalcalde de la ciudad, José María González Kichi, que gobernó en la ciudad durante los últimos ocho años. La vicepresidenta del Gobierno en funciones tenía en Cádiz una papeleta complicada, ya que había recibido el rechazo de los trabajadores de astilleros, descontentos por la gestión del Gobierno central de la huelga del Metal de 2021; en campaña electoral, un grupo de empleados llegó a reventar su mitin en la capital gaditana. Además, el partido de Teresa Rodríguez, Adelante Andalucía, se presentaba por esta circunscripción y amenazaba con dividir el voto de la izquierda.

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Fuentes de la coalición explican que el nombre de Esther Gil fue designado directamente por Sumar y no partió de un debate entre partidos, sino que entró en la cuota de la formación de Yolanda Díaz, que cuenta con 10 de los 31 diputados. El resto proviene de otras formaciones como IU y Podemos. La candidatura de la gaditana fue ratificada por todas las partes y, según exponen desde Sumar en Andalucía, Cádiz logró orquestar una campaña "muy satisfactoria" y con apoyo de los alcaldes de izquierdas de la provincia.

Sin embargo, más allá de la elección como diputada, otras fuentes muestran su sorpresa por el nombramiento como vicepresidenta, por su falta de experiencia política y su formación, alejada del mundo del Derecho. "Para los detalles están los asesores jurídicos. Yo no soy jurista, pero conozco la administración. La presidenta Armengol es farmacéutica", defiende Gil, quien cree que en la política deben ganar peso "las personas dialogantes", como ella misma se define. "El objetivo era llevar la voz de Andalucía y de Cádiz a Madrid y eso vamos a hacer", afirma la gaditana, una de las dos andaluzas que formarán parte de la Mesa, junto al socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.