El parche a la falta de médicos está fuera de la UE: "Todavía hay quien prefiere un doctor local"

Un médico pakistaní que estudió en Cuba y ahora pasa consulta en Almería, y un matrimonio de facultativos dominicanos que llevan casi un año en Almonte son parte de la solución a uno de los grandes problemas de la sanidad pública. Irfan Ali y Rafael Benigno Segura no van a tapar el gran agujero que dejará la jubilación de miles de facultativos en los próximos años, pero son uno de los parches que ha puesto el Gobierno andaluz para intentar paliar este problema, que ya empieza a provocar escasez en zonas del interior de la comunidad más poblada de España y en especialidades concretas. Solo hay que recordar que gran parte de los centros de salud cierran por la tarde durante la época estival, denuncian los sindicatos.

No es casualidad que Ali esté destinado a la comarca del Bajo Andarax, en Almería. Allí trabaja con otro compatriota y otros médicos sudamericanos rotando por cinco localidades de esta comarca. No es la primera vez que trabaja en España, ya que antes estuvo en Madrid. A la capital llegó desde Cuba, donde estudió medicina, pero acabó en el sur de la península y lleva desde 2016 como parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que lleva años captando profesionales sanitarios extracomunitarios para cubrir las vacantes que los locales dejan libres.

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En 2022, según la Junta, fueron 846 los médicos de fuera de la Unión Europea que comenzaron a trabajar en el SAS. Es cierto que los requisitos se redujeron en plena pandemia, cuando la falta de facultativos era más acuciante por las bajas del personal sanitario. Pero esta puerta abierta a los extracomunitarios queda ahora blindada tras la entrada en vigor de la disposición adicional trigésima de la nueva Ley de Función Pública de Andalucía, que se aprobó hace unas semanas y vino a reformar una norma que databa de 1985.

Esta flexibilización tiene varios beneficiarios, como los propios médicos extranjeros y los usuarios. Pero también tiene detractores. "La mayor parte de los pacientes se muestra agradecidos, no hay ningún problema, pero todavía algunos hacen comentarios sobre que prefieren a médicos locales", explica Segura, que pasa consulta en el centro de salud de Almonte, donde también trabaja su mujer como médica. Ambos llegaron directamente desde República Dominicana, donde eran médicos de urgencia, y solo tienen buenas palabras para su desembarco andaluz. "La experiencia es buena, nos ha hecho crecer como profesionales y como personas", zanja el facultativo americano, que llegó a Almonte en octubre de 2022 tras ser contratado en origen.

CCOO defiende que es un "parche" que no soluciona la falta de profesionales, y el Sindicato Médico Andaluz cree que fomenta la precariedad

Su oportunidad llegó por el boca a boca, a través de un amigo que ya trabajaba en Andalucía. Y Segura no cree que haya un efecto llamada más allá de esos contactos entre amigos que se avisan unos a otros. La principal dificultad al llegar a la localidad onubense fue adaptarse al Diraya, el sistema que utiliza la sanidad andaluza para registrar la historia de los pacientes. "En la República Dominicana, todavía se hace en papel, y hay que mirar página por página, aquí es mucho más fácil hacer el diagnóstico", recuerda el médico. El pakistaní Irfan Alí también tuvo sus choques con Diraya y por eso cree que sería necesario un plan de formación para estos profesionales extranjeros.

La homologación

Hay que tener en cuenta estos profesionales todavía deben reunir varios requisitos tras la entrada en vigor de la nueva ley. El principal es la homologación de sus estudios, un trámite que se hace en el Ministerio de Educación. El siguiente paso es colegiarse en la zona donde quieran ejercer. Y todavía quedan obstáculos, explica Ali, que cuenta que los médicos especialistas deben verificar esta especialización en el Ministerio de Sanidad, y esto no siempre ocurre, por lo que acaban trabajando como médicos generales. El médico pakistaní, además, apunta a que es necesario que las contrataciones de extracomunitarios sean de larga duración, lo que requiere "acuerdos" en materia de inmigración.

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"Es vergonzoso que, en lugar de hacer atractivas las plazas de médicos en Andalucía y retener a nuestros profesionales, que se están marchando, traigan médicos de fuera". Así de duro se mostró hace unos días el portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira. Vox se opuso a la citada Ley de Función Pública porque el PP incluyó la enmienda que eximía el requisito de nacionalidad a los médicos y enfermeros extracomunitarios que se incorporan al SAS. Y esto, según dijo Gavira, no tiene nada que ver con un rechazo de los extranjeros —"no tenemos nada en su contra"—, sino con la falta de atractivos que la Junta ofrece a los médicos que se forman aquí.

En el Sindicato Médico Andaluz (SMA) también son críticos con la medida, ya que ven un intento de la Junta por "captar a profesionales que acepten peores condiciones de trabajo que los nacionales". La organización sindical, que lleva meses enfrentada con la Consejería de Salud por la situación de la atención primaria, defendió la exclusión del requisito de nacionalidad, puesto que su vigencia generaba problemas al contingente de profesionales extranjeros ya incorporados al sistema y que tenían peores retribuciones.

"Es vergonzoso que traigan médicos de fuera en vez de mejorar la situación de los de aquí", critica Manuel Gavira, de Vox

"El SAS renuncia a poner fin a la precariedad de la medicina de primaria, y, en lugar de hacerlo, recurre a médicos extracomunitarios de los que espera una sumisión que no encuentra en los nacionales", sentencian desde el SMA. En CCOO Andalucía, por su parte, ven un "parche" en este anuncio, según el secretario general de la federación de Sanidad y Sectores Sanitarios de la organización, José Pelayo Galindo. "Esta medida no resolverá el problema porque supondrá la contratación en precario de estos profesionales", explican desde CCOO, que reclama un aumento de plazas MIR y en las facultades de Medicina.