"Este año volvemos a tener motivos para brindar en la Feria"
Los empleados de la multinacional sevillana reciben la adjudicación a Cox Energy como una buena noticia que garantiza la sede en la ciudad y el futuro tras dos años de incertidumbre
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“No nos dejan hablar con los medios, pero solo tienes que ver nuestra cara”. Lo dice mostrando su enorme sonrisa una empleada rodeada de compañeros cuando acaba el turno de la mañana en el Campus Palmas Altas, la sede central de Abengoa, apenas un par de horas después de que el juez Jesús Gabaldón haya hecho público el auto en el que adjudica las 30 sociedades del grupo sevillano en liquidación a la firma española Cox Energy del empresario Enrique Riquelme.
A esas horas no se habla ya de otra cosa en este complejo de edificios que acoge unos 2.000 empleados de los 9.500 que tiene la multinacional en todo el mundo (unos 4.000 en España). “La empresa no nos ha dicho nada todavía oficialmente, pero estamos viendo la noticia en todos los medios”. Los wasaps vuelan, los correos también, y hasta se forman corrillos en estas oficinas que han vivido dos años de infierno e incertidumbre.
En este tiempo, son muchos los que han abandonado el barco con interesantes ofertas de la competencia. Abengoa ha sido una gran cantera de ingenieros, economistas, juristas, etc., que ahora ocupan cargos directivos en otras compañías o que directamente han fundado sus propias empresas (Ec2ce, Rpow, Build 2 Zero, Midway Tech…) en un momento de gran movimiento en el sector de las energías renovables. “Se nos han ido compañeros muy buenos, pero aquí sigue un equipo que es la leche”, asegura un joven ingeniero que lleva más de 10 años en Abengoa.
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Ninguno quiere dar su nombre ni que les fotografíen a pesar de la felicidad que transmiten. Tampoco se quieren parar demasiado en la puerta por los 30 grados que caen bajo un sol de justicia y para que nos les vean hablar con un periodista. Defienden el trabajo de los profesionales de una empresa nacida hace 82 años (1941) y que en este siglo emprendió una carrera por la internacionalización que le llevó a su cima y a su sima. En el año 2015, Abengoa era una multinacional respetada en el mundo (el presidente norteamericano Barack Obama la llegó a poner como ejemplo de empresa de futuro), con 25.000 empleados y presencia en 80 países.
De lo ocurrido desde entonces prefieren no hablar —“ya habrá tiempo de buscar culpables”—, pero sí hay varios que subrayan que se sienten abandonados por las administraciones públicas. “Ni el Gobierno ni la Junta han hecho nada, excepto salir en la foto con cara de preocupación”, señala un economista con muchos trienios a las espaldas en Abengoa.
Casi todos los empleados consultados por El Confidencial también se muestran satisfechos con la adjudicación a Cox Energy, una de las cinco ofertas presentadas por la totalidad del grupo. La empresa de Enrique Riquelme ya se había ganado el corazón de los empleados al adelantar el pasado mes de febrero 2,5 millones para el pago de las nóminas, que la plantilla ha seguido recibiendo puntualmente en todo este tiempo —“menos la mitad de un extra que aún nos deben”, apunta otro empleado—.
Todos insisten en que Riquelme ha dicho siempre en los medios que garantiza el mantenimiento de la plantilla y también en que la sede seguirá en Sevilla, aunque no será en este complejo de Palmas Altas. Esta sede fue inaugurada en 2009 por los Reyes de España tras una inversión de 250 millones de euros y consta de siete edificios, de los que Abengoa ocupó cuatro y cedió otros tres para la instalación provisional de la Universidad Loyola Andalucía.
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En el proceso de liquidación de la compañía, la Junta de Andalucía formalizó en diciembre de 2021 la compra de este complejo y dos solares anexos por 71 millones de euros para instalar aquí la Ciudad de la Justicia de Sevilla, una promesa que lleva años esperando que unificara las sedes judiciales dispersas por la ciudad.
De hecho, y curiosamente, las primeras dependencias que van a trasladarse a este complejo el próximo mes de junio serán los Juzgados de lo Mercantil, incluido el magistrado que ha tenido que decidir sobre el futuro de Abengoa.
“A nosotros todavía no nos han dicho nada de dónde vamos ni cuándo”, se queja otra empleada que sale hablando con otra de su traje de flamenca para este año. No en vano, este próximo sábado comienza la Feria de Abril de Sevilla. “Este año volvemos a tener motivos para brindar en la Feria. Si viene Riquelme, será bienvenido y le invitamos a nuestra caseta”, bromea la compañera.
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Los representantes sindicales también se muestran satisfechos de la adjudicación. El secretario general de Industria de UGT-Sevilla, Manuel Ponce, asegura a El Confidencial que “aún no nos ha dado tiempo de leer detenidamente el auto del juez, pero lo que conocemos de Cox Energy nos da confianza en que Abengoa tiene futuro”.
Mientras, en la planta noble de Abengoa, sus responsables se reunían en un comité de dirección presidido por Pablo Infante en el que analizaban la sentencia del juez y decidían los próximos pasos para facilitar el proceso de transición y garantizar que la multinacional sevillana tiene una segunda vida.
“No nos dejan hablar con los medios, pero solo tienes que ver nuestra cara”. Lo dice mostrando su enorme sonrisa una empleada rodeada de compañeros cuando acaba el turno de la mañana en el Campus Palmas Altas, la sede central de Abengoa, apenas un par de horas después de que el juez Jesús Gabaldón haya hecho público el auto en el que adjudica las 30 sociedades del grupo sevillano en liquidación a la firma española Cox Energy del empresario Enrique Riquelme.