"No saben quién se queda": 8.000 sanitarios andaluces no serán renovados
El 40% de los contratos firmados para hacer frente a la pandemia se extinguirán. Los sindicatos ya se movilizan contra la decisión del Gobierno de Juanma Moreno
“Todo su discurso se viene abajo con esta decisión. Hace una semana, el presidente, Juanma Moreno, aseguró que no se iban a despedir a los 20.000 sanitarios que han reforzado el servicio durante la pandemia. Decía la verdad, finalmente serán 8.000 los que se van a la calle”. La gestión de la sanidad puede convertirse en un dolor de cabeza para la Junta de Andalucía. Un día después de que la encuesta del Centro de Estudios Andaluces (Centra) mejorara notablemente las opciones electorales del PP en la comunidad, y reflejase que la sanidad -tras el paro- es la segunda preocupación de los ciudadanos de la comunidad, los sindicatos mayoritarios -CCOO, UGT y CSIF- han anunciado movilizaciones contra la no renovación de miles de contratos. Situación que está generando “gran ansiedad” entre los profesionales afectados porque “no saben quién se queda y quién se va”.
El responsable de Secretario de Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia de la Federación de Empleados y Empleadas de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT Andalucía, Antonio Macías, explicó a El Confidencial que “no ha habido negociación” y “lo único que nos pidieron -en la reunión del lunes en la que les transmitieron la decisión- es que no hiciéramos ruido”.
Macías lamentó que 8.000 trabajadores “se irán a la calle” y señaló que el recorte se concentra en el ámbito hospitalario porque se mantiene la totalidad de los contratos de refuerzo en atención primaria -aproximadamente 5.000-. “Pero que no piensen estos empleados que tienen asegurada su plaza, porque las 12.000 que se mantienen van a la bolsa” y eso provocará la movilidad de muchos sanitarios para los que será una “puñalada” económica.
Este responsable sindical criticó con dureza que, cuando faltan menos de dos semanas para que se extingan los contratos -su fecha de caducidad es el 31 de octubre-, los profesionales “no saben quién se queda y quién se va”, lo que está generando una gran “ansiedad” entre los posibles afectados. “A algunos compañeros se les ha recetado ansiolíticos porque lo están pasando muy mal”.
El día 31 caducan los contratos y los trabajadores no saben cuál será su futuro
“Además, hay que hacer hincapié en que los nuevos contratos que van a hacer tienen una duración de seis meses. ¿Quién se va a querer quedar aquí cuando en Castilla y León les están ofreciendo tres años?”, se preguntó, para seguidamente censurar que los dirigentes autonómicos “después hagan manifestaciones mostrando su pesar por la fuga de profesionales”.
El portavoz del Ejecutivo de PP y Ciudadanos, Elías Bendodo, compareció este martes para tratar de minimizar las consecuencias de una decisión que rearma electoral e ideológicamente a una oposición que sin mucho eco había tratado de impulsar en la agenda política la inminente caducidad de estos contratos.
Bendodo se apoyó en porcentajes y cifras para justificar una medida que para el secretario general de la FSS-CCOO Andalucía, José-Pelayo Galindo, “pone en riesgo todo el esfuerzo realizado de forma conjunta por trabajadores, ciudadanía y gestores al hacer primar los objetivos económicos sobre los sanitarios”. El también consejero de Presidencia defendió que el Gobierno autonómico mantendrá el 60% de los 20.000 sanitarios contratados para atender la crisis covid a pesar de la supresión de los “fondos extraordinarios” y desgranó que continuará el 100% del personal médico y el 60% de enfermería. “La sanidad pública contará a partir del 1 de noviembre con 1.019 facultativos más”, defendió, para después asegurar que aumentará un 20% el personal en la atención primaria.
Respecto a la plantilla de enfermería, dijo que se renovarán dos de cada tres contratos de refuerzo, el 66%, lo que permitirá que -según manifestó- la sanidad regional tenga un incremento previo a la pandemia de 5.414 enfermeros. Más de la mitad (2.784) estarán en el ámbito de primaria, lo que permitirá aumentar este personal un 20%.
“En total a partir del 1 de noviembre habrá 6.433 médicos y enfermeros más que antes del covid”, afirmó Bendodo frente a las críticas sindicales. El resto son auxiliares o celadores. Y “esto es posible porque el Gobierno andaluz destina a sanidad más dinero que nunca, 11.000 millones, que serán mil más en 2022”, según expuso el portavoz en rueda de prensa.
Al margen de estos números, la Junta se ha comprometido a lanzar una oferta de 10.073 altas de interinidad a los que podrán optar profesionales de la bolsa del Servicio Andaluz de Salud (SAS) o de otras comunidades.
Movilizaciones en marcha
Pero estos datos y promesas no convencen a los representantes de los trabajadores, que consideran que la decisión adoptada “desmonta” el discurso sobre la gestión sanitaria del Ejecutivo de Moreno Bonilla. “Ha sido nefasta y horrorosa” y ahora que las distintas administraciones repliegan los estímulos económicos “se ven las costuras”, señalaron antes de que el portavoz autonómico reiterase que Andalucía “será la comunidad que conserve a más profesionales contratados por la pandemia”.
"Andalucía será la comunidad que conserve a más profesionales contratados por la pandemia"
“No se entiende que un sistema sanitario infradotado de personal puede permitirse el lujo de no renovar a 8.000 profesionales”, censuró CCOO, que advirtió que no aceptará que se suplan con conciertos con empresas privadas. “Se trata de otro error histórico de la Administración andaluza”, remarcó esta organización.
Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) recordó que esta medida contradice “lo anunciado por el presidente andaluz durante la sesión de control del pasado 14 de octubre”. “En vez de estabilizar y consolidar las 20.000 plazas para que la plantilla experimente un aumento real y efectivo y la calidad del servicio a la ciudadanía mejore, el SAS apuesta por mermar ambas”, denunció su vicepresidenta del Sector de Sanidad en la región, Carmen Jiménez, quien sentenció: “No sobraba nadie. Faltaban puestos”.
Antonio Macías afirmó que la única motivación que se les ha dado es “presupuestaria” -“no hay dinero”- y reconoció que sólo les queda “el derecho al pataleo”, por eso van a comenzar a movilizarse para intentar que el Gobierno andaluz revierta sus planes. Hay que recordar que la ‘marea blanca’ fue uno de los grandes quebraderos del último Ejecutivo socialista de Susana Díaz y amenaza con complicar la situación al actual.
Se consuma la integración en el SAS de las cinco agencias sanitarias
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó este martes la integración del personal de las agencias públicas tras decidirse los planes para su liquidación y extinción.
Esta iniciativa afecta a la Agencia Pública Empresarial Sanitaria Costa del Sol, la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), la Agencia Pública Empresarial Sanitaria Poniente de Almería, la Agencia Pública Empresarial Sanitaria Alto Guadalquivir y la Agencia Pública Empresarial Sanitaria Bajo Guadalquivir.
El objetivo último de esta medida, explicó la Administración regional, es “unificar todos los recursos sanitarios asistenciales de entidades públicas en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), buscando siempre la máxima eficiencia posible en el empleo de lo público”.
“Todo su discurso se viene abajo con esta decisión. Hace una semana, el presidente, Juanma Moreno, aseguró que no se iban a despedir a los 20.000 sanitarios que han reforzado el servicio durante la pandemia. Decía la verdad, finalmente serán 8.000 los que se van a la calle”. La gestión de la sanidad puede convertirse en un dolor de cabeza para la Junta de Andalucía. Un día después de que la encuesta del Centro de Estudios Andaluces (Centra) mejorara notablemente las opciones electorales del PP en la comunidad, y reflejase que la sanidad -tras el paro- es la segunda preocupación de los ciudadanos de la comunidad, los sindicatos mayoritarios -CCOO, UGT y CSIF- han anunciado movilizaciones contra la no renovación de miles de contratos. Situación que está generando “gran ansiedad” entre los profesionales afectados porque “no saben quién se queda y quién se va”.
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