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El 'monstruo' de A Coruña que se hacía llamar 'Sagrario'
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Delincuentes sexuales

El 'monstruo' de A Coruña que se hacía llamar 'Sagrario'

Fidel, un depredador condenado a 118 años, embaucaba a menores para que agrediesen sexualmente a sus familiares. Disponía de 850 horas de videos de pornografía infantil

Foto: La Guardia Civil. (Guardia Civil)
La Guardia Civil. (Guardia Civil)

El acusado reconoció todos los hechos durante la primera fase del juicio, pero en su último turno de palabra trató de generar una duda razonable. No le sirvió de nada. Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que habían desfilado por el tribunal fueron contundentes. Fidel, ese tipo que en el último minuto quiso jugar la carta de la confusión, no era más que un depredador. Un peligro para los niños que en el ciberespacio se travestía en 'Sagrario'. Un 'monstruo' que a través de una pantalla era capaz de obligarlos a que agredieran sexualmente a familiares, que engañaba a chicos discapacitados para que se exhibieran frente a una cámara y que 'traficaba' con las más de 850 horas de imágenes que los investigadores hallaron en sus dispositivos de almacenamiento.

Este peligroso delincuente fue recientemente condenado a 118 años de cárcel por un delito de difusión de pornografía infantil, 12 —dos de ellos continuados— de elaboración de pornografía infantil, una agresión sexual y nueve de abusos, de los que dos se produjeron con "acceso carnal". Únicamente cumplirá un tope de 20 años, ya que el artículo 76.1 del Código Penal recoge que "el máximo de cumplimiento efectivo de la condena del culpable no podrá exceder del triple del tiempo por el que se le imponga la más grave de las penas en que haya incurrido".

Foto: Un agente de la Policía Nacional revisa material intervenido en una operación contra la pedofilia.

La sentencia emitida por la Sección 6 de la Audiencia Provincial de A Coruña, no obstante, traza un relato que a veces raya lo nauseabundo y que construyen la personalidad de un cazador que se conectaba a la red con el objetivo de embaucar a presas indefensas y conseguir fotografías y videos con aberrantes prácticas sexuales.

El fallo recoge que este individuo, "con ánimo libidinoso y de atentar contra la indemnidad sexual de los menores de edad, elaboró diverso material pornográfico en el que intervenían" niños que en muchas ocasiones tenían 12 años. Este depredador se abría paso hacia ellos utilizando perfiles falsos, aunque su favorito era el construido en torno a 'Sagrario', su 'alter ego' en las redes.

Fidel se apoyaba en 'Sagrario', su 'alter ego' en las redes para engañar a los niños

Un personaje inventado con el que aproximarse a los chicos para que accediesen a sus pretensiones y después chantajearlos con el objetivo de conseguir más imágenes comprometedoras. Porque cuando las víctimas querían huir de él, las amenazaba con "revelarles a sus progenitores las actitudes mantenidas" y que había grabado sin su consentimiento mientras se contactaban por videollamada.

De esta forma se ganó la confianza de —no menos— 13 menores con los que contactó a través de distintas plataformas como Omegle, Facebook y Skype y acumuló en varios dispositivos de almacenamiento 3.500 archivos en los que se veía a pequeños y adolescentes "siendo víctimas de violencia sexual". Material que "compartió y facilitó a terceros".

"En las imágenes aparecían menores maniatados con cuerdas y correas, amordazados, siendo en ocasiones penetrados oral, anal y vaginalmente y sufriendo prácticas zoofílicas", recoge la sentencia, que añade que, "con tales conductas, se puso en peligro su integridad física".

La joven 'Rosario'

El momento en el que Fidel desplegaba todas sus técnicas de caza era cuando conseguía entablar contacto con un menor vulnerable y comenzaba a rondarlo, atosigarlo, engañarlo para que finalmente se rindiera y accediese a todas sus pretensiones. Era el instante en el que 'Rosario' entraba en escena. Haciéndose pasar por una joven, se ganaba la confianza de los menores y conseguía que se desnudasen, que realizaran todas las prácticas aberrantes que les exigía, que estuvieran tan atemorizados que no viesen un final. "Está bien, yo no quería, pero si es así me voy a vengar", amenazó a un chico al que pedía que tuviese contactos sexuales con su hermano delante de la cámara.

Foto: Ciberacoso y odio en internet. (EFE)

Le daba igual el perfil de la víctima, que fuese más o menos vulnerable, solo pensaba en lograr nuevas imágenes en las que quedara patente su poder sobre las víctimas. Poco le importó que una de ellas sufriese "parálisis cerebral cuadripléjica y retraso mental ligero", y menos remordimientos tuvo para obligar a un chico a que agrediese sexualmente a una hermana.

Fidel ingresó en prisión preventiva el 4 de mayo de 2016, horas después de que los agentes del Grupo de Delitos Telemáticos de la UCO realizasen un segundo registro domiciliario en el que se incautaron de un teléfono móvil que se unió a los otros dispositivos cuyo contenido habían estado investigando durante semanas.

El depredador permaneció entre rejas hasta el 17 de abril del año pasado, día que la Sección 6 de la Audiencia Provincial de A Coruña emitió un auto que decretaba su libertad provisional al cumplirse el periodo máximo de prisión preventiva.

El delincuente obligó a un chico a que agrediese sexualmente a una hermana casi bebé

Durante el proceso judicial que se celebró semanas atrás, la abogada del acusado "se mostró conforme en buena parte con el relato de la acusación", pero el tribunal entendió que la asunción de culpa realizada por el investigado no fue "total e incondicionada". "En un principio, al ser preguntado por el Ministerio Fiscal, reconoció uno a uno todos los hechos que se le atribuyen por las acusaciones. Después, a preguntas de la defensa, introdujo matizaciones respecto de cuestiones como el conocimiento de la edad de los menores, la configuración del programa de descargas de archivos compartidos o la existencia de penetraciones anales o vaginales en el caso de algunas víctimas. En el ejercicio del derecho a la última palabra se atuvo a las conclusiones expuestas por su defensa y a los términos del informe, que negaba la realidad de los hechos referidos a varios de los testigos protegidos", recordó el ponente del fallo.

Fidel "admitió que los equipos intervenidos eran suyos y que almacenaban esos archivos digitales de vídeo", a lo que se unió que los investigadores recuperasen los historiales de búsqueda en internet y se constatase que sus horas de navegación tenían el fin de "conseguir archivos de contenido sexual en los que los protagonistas fuesen menores de corta edad".

placeholder Un agente descargando archivos durante la operación en la que cayó Fidel. (Guardia Civil)
Un agente descargando archivos durante la operación en la que cayó Fidel. (Guardia Civil)

El tribunal sostiene que "el conocimiento y voluntad de difundir los vídeos no ofrece dudas" y se adhirió a la tesis de la Fiscalía de que "existen abusos cuando el acusado insta a los menores a la realización de actos de naturaleza sexual", indiferentemente de que "la acción se produzca en un espacio físico o virtual". Y considera que se le deben imputar al acusado a pesar de que los cometiesen las víctimas, en clara referencia al caso el chico que agredió a su hermana.

A pesar de que los responsables del caso pudieron demostrar un periodo de acción del acusado entre enero de 2013 y abril de 2016, la letrada defensora negó la existencia de prueba del delito en los casos de archivos grabados con anterioridad al año 2015 porque no constaban conversaciones de chat, ni contacto con el acusado o la utilización del perfil de 'Sagrario' como medio para embaucar a las víctimas. Pero el tribunal resolvió que "el hecho se considera probado por la incautación del vídeo en poder del acusado, la declaración del menor afectado y las explicaciones de los agentes de la UCO sobre la discordancia entre las fechas de creación del archivo y la de grabación y la pérdida de los chats o conversaciones".

El tribunal no distingue que "la acción se produzca en un espacio físico o virtual"

La sentencia, por último, refleja que la situación de acoso sufrida por los menores ha dejado huella y muchos de ellos presentan sintomatología ansioso-depresiva, elementos de peligro para su desarrollo o sentimientos de malestar, culpa e indefensión. "Existe riesgo de que alguno sufra trastornos de personalidad e inadaptación en el futuro".

Operación Sin Fronteras

Este delincuente sexual cayó en el seno de una operación que la Guardia Civil denominó Sin Fronteras y que se saldó con la detención de 18 personas y la realización de 27 registros en 14 provincias, en los que se intervinieron cientos de miles de archivos con temática de pornografía infantil.

Foto: Imagen de archivo de una operación de la Guardia Civil contra la pedofilia. (Guardia Civil)

La investigación se enmarcó en un operativo internacional en el que participaron otros 16 países iberoamericanos y Estados Unidos, con la detención de otras 60 personas.

Las pesquisas en España se iniciaron a raíz de la información distribuida en el seno del Grupo de trabajo Americano sobre Delitos Tecnológicos de Interpol, que alertó a los investigadores del Instituto Armado sobre varios usuarios que, a través de conocidas redes de intercambio de archivos P2P, se encontrarían compartiendo en España ficheros de imagen y vídeo con abusos a menores.

La operación se extendió por 47 ciudades de Iberoamérica y Estados Unidos

Tras la información obtenida y diversas investigaciones fueron identificados varios usuarios españoles que compartían de forma voluntaria archivos de contenido pedófilo, por lo que fueron sometidos a una estrecha vigilancia por agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil para determinar su grado de implicación en los hechos.

Paralelamente a la actuación en España, Cuerpos de Policía de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela detuvieron a más de medio centenar de personas y realizaron más de 200 registros en 47 ciudades.

El caso en España fue impulsado por el citado Grupo de Delitos Telemáticos, con el apoyo de agentes de los Equipos Mujer-Menor (Emume) y especialistas de Delincuencia Tecnológica (Edite) de las provincias afectadas.

El acusado reconoció todos los hechos durante la primera fase del juicio, pero en su último turno de palabra trató de generar una duda razonable. No le sirvió de nada. Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que habían desfilado por el tribunal fueron contundentes. Fidel, ese tipo que en el último minuto quiso jugar la carta de la confusión, no era más que un depredador. Un peligro para los niños que en el ciberespacio se travestía en 'Sagrario'. Un 'monstruo' que a través de una pantalla era capaz de obligarlos a que agredieran sexualmente a familiares, que engañaba a chicos discapacitados para que se exhibieran frente a una cámara y que 'traficaba' con las más de 850 horas de imágenes que los investigadores hallaron en sus dispositivos de almacenamiento.

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