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El "martirio" de Griñán, el tecnócrata
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El "martirio" de Griñán, el tecnócrata

El expresidente andaluz volvió a la Junta en 2004. Cinco años más tarde sucedió a su amigo Chaves al frente del Gobierno y del partido para acabar asfixiado por los ERE

Foto:  Ilustración: El Herrero.
Ilustración: El Herrero.

La mayoría de las reflexiones más reveladoras del expresidente andaluz José Antonio Griñán (Madrid, 1946) por el caso de los ERE se han producido por escrito. “No sabes el dolor que siento de verme en este trance, 45 años de servicio presididos por la honestidad pública y el servicio al interés general. Me siento mal pero no lo suficiente para saber que mi ego no puede estar por encima de la necesidad colectiva. Así que solo me queda desearte mucha suerte y de vez en cuando tomar un cafetito. Cuídate. Besos”.

Así se despidió en un mail de Susana Díaz cuando en abril de 2015, días después de declarar en el Tribunal Supremo por un caso que examina el reparto de 741 millones en ayudas para prejubilaciones y a empresas en crisis durante una década (2000-2009), entregó su acta de senador y tramitó su baja en el PSOE.

placeholder Susana Díaz abraza a José Antonio Griñán durante el congreso extraordinario del PSOE-A, que la eligió como presidenta. (EFE)
Susana Díaz abraza a José Antonio Griñán durante el congreso extraordinario del PSOE-A, que la eligió como presidenta. (EFE)

Por escrito se produjo también la reflexión de uno de sus hijos, que escribió en sus redes sociales un mensaje donde lamentaba “el martirio” por el que estaba pasando su padre y relataba la “honestidad” y la “austeridad” como marcas de la forma de hacer política del expresidente andaluz. En eso insiste su círculo de amigos. En lo duro que es una pena de malversación para una persona que vive con una modesta pensión y sin ahorros, “no ha existido enriquecimiento personal”, insisten los suyos.

Foto:  El expresidente andaluz Manuel Chaves en una imagen de 2015 en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Griñán ya estaba de retirada cuando Manuel Chaves le ofreció sucederle al frente de la Junta de Andalucía. Fue en 2009. Hacía una legislatura (2004) que lo había rescatado y devuelto a la primera línea política para formar parte del Gobierno andaluz como consejero de Hacienda. Posiblemente estaba tomando una de las decisiones de las que más se arrepentiría en su vida.

El amigo de Chaves llegó asegurando que estaba próximo a la jubilación, que deseaba disfrutar tranquilo de sus nietos, asegurando que creía en “la meritocracia” y que le horrorizaban las formas de escalada de los políticos criados en las Juventudes Socialistas. Después, designaría sucesora a Susana Díaz.

"Los tecnócratas"

El que también fue ministro de Trabajo era distinto al equipo político habitual. Se rodeó de un grupo de técnicos y profesionales altamente cualificados, muchos sin carné socialista. Los ‘pata negra’ del partido los llamaron "los tecnócratas". Pocos por aquel entonces podrían imaginar el vuelco en el guion que estaba por venir.

Se negó, lo rechazó, pero finalmente aceptó ser presidente de la Junta de Andalucía sucediendo a Chaves. La que iba a ser una sucesión perfectamente planeada por el núcleo duro del PSOE-A, sin un milímetro para la improvisación, saltó por los aires cuando Griñán dejó claro que no iba a convertirse en marioneta de los anteriores y reclamó la secretaría general del partido. Nunca a los socialistas las bicefalias le han dado buen resultado.

placeholder Los expresidentes de la Junta: Chaves (d) y Griñán (i), en la Audiencia de Sevilla. (EFE)
Los expresidentes de la Junta: Chaves (d) y Griñán (i), en la Audiencia de Sevilla. (EFE)

Le tocó lidiar lo peor de la crisis económica y repitió como candidato en 2012. Fue una campaña terrible. Griñán la hizo en total soledad. Susana Díaz, que entonces era su escudera junto a Mario Jiménez, hizo campaña solo en Sevilla. Ferraz dio de lado al presidente andaluz. Tanto que al acudir al mitin de cierre de campaña en Sevilla, Alfredo Pérez Rubalcaba y Felipe González se permitieron compartir con Mariano Rajoy, a quien se encontraron en el AVE, su sensación de que Griñán iba a perder la Junta y el líder del PP lo hizo público.

Contra todo pronóstico, tampoco en 2012, pese a los 50 diputados de Javier Arenas, se produjo el cambio político en Andalucía. Griñán selló una alianza con Izquierda Unida, hizo vicepresidente a Diego Valderas y meses después se despidió acosado por la instrucción que del caso ERE estaba haciendo la juez Mercedes Alaya.

Chaves y Griñán, antes íntimos amigos, dejaron de hablarse y culparon al entonces presidente de no hacer una defensa firme de su gestión del caso ERE

Para entonces ya las relaciones dentro del PSOE andaluz estaba rotas. Chaves y Griñán, que habían sido íntimos amigos, dejaron de hablarse y los exdirigentes del PSOE andaluz culparon al entonces presidente de no haber hecho una defensa firme y clara de la gestión de los socialistas en el caso de los ERE.

El "gran fraude"

Tras dimitir como presidente, Griñán se convirtió en senador por la comunidad autónoma, lo que le permitió resguardarse en el Supremo. Entonces realizó otra de sus afirmaciones más célebres sobre el caso: “No hubo un gran plan sino un gran fraude”.

Su imputación en el caso se remonta a su etapa como consejero de Hacienda. Durante esos años el exinterventor general, Manuel Gómez, emitió 15 informes de reparos sobre el sistema de los ERE. Alertó de irregularidades pero nunca de desvío de fondos públicos. No pulsó el botón rojo. Griñán siempre ha defendido que no leyó ninguno de esos informes, que quedaban supuestamente en manos de su entonces viceconsejera Carmen Martínez Aguayo, que le relevaría en el cargo como consejera y que también ha sufrido el calvario judicial.

Foto: El expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán. (EFE)

En su defensa ante el juez, aseguró que el fuego estaba en Empleo. Que "el crédito no delinque" y que él desconocía cómo se repartían las ayudas. Pese a sus argumentos, el auto de apertura de juicio elevó su imputación y sumó al delito de prevaricación el de malversación.

Licenciado en Derecho e inspector de Trabajo, Griñán tiene un extenso currículum político. Fue ministro de Trabajo con Felipe González, ministro de Sanidad y consejero de Salud y de Hacienda de la Junta de Andalucía.

La mayoría de las reflexiones más reveladoras del expresidente andaluz José Antonio Griñán (Madrid, 1946) por el caso de los ERE se han producido por escrito. “No sabes el dolor que siento de verme en este trance, 45 años de servicio presididos por la honestidad pública y el servicio al interés general. Me siento mal pero no lo suficiente para saber que mi ego no puede estar por encima de la necesidad colectiva. Así que solo me queda desearte mucha suerte y de vez en cuando tomar un cafetito. Cuídate. Besos”.

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