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Vox triunfa en los 10 pueblos más pobres gracias a los jóvenes: "Es la moda, es guay"
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Vox triunfa en los 10 pueblos más pobres gracias a los jóvenes: "Es la moda, es guay"

Nueve de los diez pueblos de menos de 20.000 habitantes con menor renta están en Andalucía y, en todos ellos, Vox es primera o segunda fuerza. Los Palacios desmonta mitos

Foto: Grupo de jóvenes en Los Palacios frente a un cartel de Vox.
Grupo de jóvenes en Los Palacios frente a un cartel de Vox.

“He votado a Los Verdes y ahora a Vox”. Enrique Maestre Crespo tiene 20 años y el pasado domingo fue uno de los que depositó la papeleta de la formación de Santiago Abascal. En su pueblo, Los Palacios y Villafranca (Sevilla), donde gobierna con mayoría absoluta un alcalde de Adelante Andalucía (la suma de Podemos e Izquierda Unida) y que fue durante un cuarto de siglo un fortín del PSOE, la mañana de resaca del 10-N en los grupos de WhatsApp circularon como la pólvora los datos electorales. “¿De verdad?”, se preguntaron muchos en el pueblo.

No es para menos, Vox quedó en segunda posición, 5.288 votos, muy cerca del PSOE, 5.801, y muy por delante de PP, Podemos y Cs. Enrique ha votado cuatro veces en su vida. En las municipales al alcalde, Juan Manuel Valle, de Podemos-IU, en las andaluzas a Los Verdes, el pasado abril a Cs y ahora a Vox. ¿Por qué? “Porque no me gustaba ninguno. Cs me ha defraudado, en plan veleta, cuando voté a Los Verdes no salieron después ni en la televisión y sentí que había tirado mi voto y ahora a Vox porque, aunque hay cosas que no me gustan, son lo único que había distinto”, sostiene con claridad. No le gusta por ejemplo que Santiago Abascal en una entrevista dijera que “las parejas gays podían adoptar pero siempre que no hubiera antes padres heterosexuales dispuestos”, señala. Admite que Vox propone recortes al colectivo LGTBi que no comparte pero insiste: “Ninguno me gusta al cien por cien”.

Radiografía sociológica

Lo ocurrido con Vox, convertida en segunda fuerza política en pueblos jornaleros y tradicionalmente de la izquierda, no es exclusivo de Los Palacios. Según los datos oficiales del Ministerio del Interior, nueve de los 10 pueblos de más de 20.000 habitantes con la renta per cápita más baja (menos de 7.000 euros anuales) son andaluces. Vox ha conseguido quedar en primera posición en Níjar, Vícar y Adra (Almería), Alhaurín el Grande (Málaga) e Isla Cristina (Huelva). Ha quedado en segunda posición en Los Palacios y Villafranca (Sevilla), Barbate, Sanlúcar de Barrameda y Arcos de la Frontera (Cádiz). El décimo por índice de pobreza es Mazarrón, Murcia, y también Vox ha quedado primero. Todos los municipios andaluces comparten elevados datos de paro.

Es el cruce de datos que permite afirmar con más claridad que el voto de Vox no es el que tradicionalmente se vincularía a la extrema derecha, gente rica, señoritos o de apellidos ilustres. Cuando Abascal empezó hace tres años a presentarse como el partido de “la España que madruga” o a reivindicarse “no como un partido de extrema derecha sino de extrema necesidad”, sabía bien lo que hacía. El partido de Santiago Abascal ha arrasado en pueblos con menos renta según los indicadores socioeconómicos.

El votante mayor, fiel al PSOE

Paseamos por Los Palacios cuando son las doce del mediodía. En los bancos de una plaza próxima al ayuntamiento solo hay señores mayores. Cuando se les dice que Vox está pisándole los talones al PSOE según el resultado del 10-N no se lo creen. “En mi pueblo no”, dice un señor aferrado a su bastón. “Eso será en otro sitio. Aquí somos jornaleros y no queremos a los de Falange”, afirma airado para dar por concluida la conversación. Es lo normal. Los mayores, en su mayoría votantes fieles del PSOE, no dan crédito a una diferencia de apenas 500 votos entre el PSOE y Vox.

La cosa cambia cuando se tantea a gente más joven. Cerca está la biblioteca y algunas chicas fuman un cigarro a las puertas en un descanso de los estudios. Con ellos la conversación es más fluida. Admiten que votar a Vox entre los de su generación es habitual. Luis Manuel tiene 18 años, votó el domingo por primera vez, él no apoyó a Vox pero “muchos de los de mi clase, sí”, asegura. “Solo dos del grupo cogimos otra opción”, explica. “Es la moda”, añade. “Es guay”, dice otra mientras exhala el humo y admite que todo lo ven por las redes sociales. No leen periódicos, no consumen radio, como mucho, dicen, televisión. La política les interesa lo justo.

placeholder Puesto de información de Vox en Los Palacios.
Puesto de información de Vox en Los Palacios.

En esa línea habla Soraya, apoderada del PSOE en una mesa electoral, que veía cómo las papeletas de Vox se iban acabando el domingo y no daba crédito. Hay zonas donde el voto es especialmente llamativo. En la pedanía de El Trobal, una de las tres que tiene Los Palacios, ganó Vox por 194 votos frente a 155 del PSOE, según el acta oficial. El Trobal formó parte de los poblados que en los años 60 impulsó Franco para poblar las marismas. Eran jornaleros, familias numerosas, que recibían vivienda y un trozo de tierra para agricultura y ganadería. Ahora son votantes de Vox.

500 votos en mayo, 5.000 el 10-N

No hay nadie relevante del pueblo que represente a Vox. No hay estructura territorial. Ni sede. En Los Palacios este partido concurrió a las municipales tras un buen resultado en las generales de abril. Vieron el filón y presentaron a un candidato de Sevilla, sin vinculación con el pueblo. Obtuvo 539 votos. Fue sexta fuerza. El alcalde de Adelante Andalucía logró mayoría absoluta, 8.496 votos y 11 ediles. Seis meses más tarde, Vox logra 5.288. Es evidente que no es posible un vuelco ideológico de ese calibre en ese espacio de tiempo.

placeholder Escrutinio en Los Palacios.
Escrutinio en Los Palacios.

Seguimos preguntando. Una farmacia, un supermercado, una sucursal bancaria, un afamado restaurante o una cooperativa con tomates de fama mundial... Todos coinciden en Los Palacios en que las redes sociales y los jóvenes han sido una gran aliado de Vox en la localidad el 10-N pero también se repiten palabras como “hartazgo, descrédito, cansancio”, se entona el “todos los políticos son iguales” o “todos nos roban igual”.

Castigo al PSOE

Al frente del PSOE en esta localidad sevillana, eminentemente agrícola y que forma parte de la comarca del Bajo Guadalquivir, está Juan Diego Valverde. A él le ha tocado gestionar las cenizas de un PSOE que tuvo aquí su fortín, encadenando mayorías absolutas durante 24 años y que después ha enfrentado en los tribunales varios casos de corrupción muy sonados de sus anteriores alcaldes. Todo eso influye también en el hartazgo. El portavoz municipal socialista admite sin paños calientes que en el pueblo se lleva mucho tiempo haciendo una política de tierra quemada, de desprestigio del adversario y que eso es caldo de cultivo de lo que ha pasado con Vox. Se lo veía venir. “Por lo que oyes en la calle, en los bares, en los grupos de WhatsApp”, cuenta el líder socialista. “Aquí hay niños que hoy tienen 19 años y que llevan desde los 12 o los 13 escuchando que todos los políticos son unos mangantes”, dice con pesar.

Él llegó hace solo cuatro años y sabe bien lo que es esa “política de fango”. “Mira, aquí lo único que hubo, fue hace años un señor falangista, de esos de toda la vida, que concurría siempre con España 2000 y ese tipo de plataformas y que en 2015 obtuvo 79 votos”, repasa el edil socialista. “Hay mucho más que voto ideológico en esos miles de apoyos a Vox”.

Foto: Vista de Monda, en la Sierra de las Nieves (Málaga). (David Brunat)

En Los Palacios hay una gran afición a los caballos, hay un local de una sociedad deportiva de caza, hay afición a la tauromaquia, como en cualquier otro pueblo andaluz, pero los votos de Vox no vienen por ahí, señalan en sus calles. “Hay mucho votante que quiere algo nuevo, cambiar, que está cansado y que votó a Podemos en 2015 por las mismas razones que ahora hemos votado a Vox”, dice una señora de no más de 40 años tras el mostrador de una tienda de ropa. “No doy mi nombre, que no quiero señalar mi negocio”, asegura.

“Lo de izquierda y derecha ya no lo miramos. Hay otras cosas”, dice una joven de 24 años votante de Vox. Enseña fotos de su grupo y de Instagram. “Vox está de moda”, apostilla su madre, que empuja un carro con un nieto. Pasean por la avenida Dolores Ibárruri. La Pasionaria da nombre a una de las calles principales del pueblo. Los fortines tradicionales del PSOE, con mucho voto comunista, ahora votan “sin complejos” al partido de ultraderecha. “Y no pasa nada”, dice un camarero de un bar cercano al ayuntamiento.

“He votado a Los Verdes y ahora a Vox”. Enrique Maestre Crespo tiene 20 años y el pasado domingo fue uno de los que depositó la papeleta de la formación de Santiago Abascal. En su pueblo, Los Palacios y Villafranca (Sevilla), donde gobierna con mayoría absoluta un alcalde de Adelante Andalucía (la suma de Podemos e Izquierda Unida) y que fue durante un cuarto de siglo un fortín del PSOE, la mañana de resaca del 10-N en los grupos de WhatsApp circularon como la pólvora los datos electorales. “¿De verdad?”, se preguntaron muchos en el pueblo.

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