El alegato final de Ana Julia Quezada: "Solo espero que Dios me perdone"

El juicio a Ana Julia Quezada por la muerte del niño Gabriel Cruz ya solo está pendiente de veredicto. La acusada ha pedido perdón, al final de la última sesión, a los padres de Gabriel, a todos los familiares y a todos aquellos a quienes haya podido hacer daño".

Quezada también se ha disculpado ante su hija "y toda mi familia, a todos que se hayan podido sentir mal por lo que hice. En general, a toda España. Solo espero que Dios me perdone".

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La defensa de Quezada tiene claro que si la acusada planeó matar al niño Gabriel Cruz, "lo hizo de la manera más chapucera posible". "Había métodos más rápidos que los que manifiestan las acusaciones. Un interrogante que se me plantea es si la intención fuera matarle, lo de dejar todas esas herramientas, enterrarle en la propia casa de la familia. Hay 1.000 formas más de hacerlo si estuviera todo tan planificado".

"Presa de la ira"

"Ana Julia, presa de la ira y sin medir las consecuencias de su acción, continuó tapándole boca y nariz presionándole contra la pared, a pesar de la fuerte resistencia del menor, hasta percatarse de que Gabriel había dejado de respirar", explica la defensa. "En el momento de estos hechos, Ana Julia se encontraba en un estado pasional que disminuía su capacidad de comprender y de controlar las consecuencias de sus actos, sin llegar a anularlas".

La acusación particular está convencida que Ana Julia es una "auténtica asesina". La Fiscalía mantiene la acusación por asesinato y pide prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada, acusada de matar al menor en 2018. Así lo ha hecho constar el Ministerio Fiscal en la séptima sesión del juicio que se desarrolla en la Audiencia Provincial de Almería. Este miércoles, se conocerá el veredicto.

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También ha pedido la fiscal que se considere como agravante el parentesco, al ser el hijo de su pareja. El niño estaba "totalmente desprevenido, por ser alguien de su entorno", ha indicado.

Hay otro agravante: el delito de daño psicológico al progenitor, Ángel Cruz, que declaró la semana pasada junto a Patricia Ramírez, madre del niño. “Existe una inquina y una aversión intensa a este niño, que la lleva a una intencionalidad perversa y consolidada en el tiempo”, ha subrayado la fiscal en el juicio.

Sin arrepentimiento

La fiscal ha desmontado en su intervención la versión de los forenses de la familia. Los agentes que han declarado ya han dejado muy claro que se trata de "una persona mentirosa, fría, calculadora, que no mostró el mínimo arrepentimiento en ningún momento".

Quezada ha estado cabizbaja mientras ha durado su intervención en el juicio. No ha hablado tampoco con su abogada de oficio. Los dos primeros días habló de modo continuado con sus letrados mientras declaraban testigos.

La sesión de este miércoles será más breve que las habituales durante el juicio. Consistirá en las explicaciones e instrucciones que la magistrada-presidenta del jurado ofrecerá una vez entregado el objeto del veredicto.