Griñán se ‘blinda’ con los ‘chaconistas’ y arrincona al ‘socio’ Valderas

Se estrena en el Palacio de San Telmo la mujer que más poder político atesora en Andalucía. Susana Díaz, consejera de Presidencia e Igualdad, será la consellera in cap de Griñán en  la Junta, la vicepresidenta apócrifa del Gobierno andaluz, una versión posmoderna de Gaspar Zarrías, el todopoderoso número 2 del Ejecutivo socialista en la etapa de Manuel Chaves.

Díaz, la secretaria de organización del PSOE andaluz, fue un destacada chaconista en las elecciones primarias del pasado mes de febrero. Para ello, se enfrentó a José Antonio Viera, exsecretario general del PSOE de Sevilla, que dimitió tras comprobar cómo perdía el control de las listas sevillanas al Parlamento andaluz. La primera demostración de poderío llegó ayer al mediodía, en el transcurso de su primera comparecencia informativa, en forma de encargo directo al vicepresidente Diego Valderas.

“Le hemos pedido al vicepresidente Valderas que el próximo martes traiga el análisis de las cuatro líneas de acuerdo y consenso que José Antonio Griñán anunció en su discurso de investidura”. Díaz se refirió directamente a la solicitud formulada al consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales; de esta forma, daba a entender que Valderas tiene que reportar a Presidencia, y no al revés como en principio podría sugerir el nuevo organigrama de la Junta.

La consejera de Presidencia niega que Valderas tengas menos funciones que ella, sino que son diferentes. El hecho es que el coordinador regional de Izquierda Unida en Andalucía aún deberá clarificar cuál su cometido en concreto al margen de actuar como jefe de los consejeros propuestos por la coalición de izquierdas y no por Griñán: Rafael Rodríguez, titular de Turismo y Comercio y Elena Cortés, la responsable de la cartera de Fomento.

Griñán no sólo ha situado en la primera línea a la responsable del aparato socialista andaluz. También acaba de fichar a Máximo Díaz-Cano, quien fuera portavoz y coordinador de campaña de Carmen Chacón para las elecciones primarias, como secretario general de Presidencia, sustituyendo a Rosa Castillejo, que regresa a la empresa privada.

Díaz-Cano, amigo personal del presidente de la Junta de Andalucía, asume un puesto que tendrá más calado político que en la legislatura anterior. Su experiencia así lo avala: este chaconista convencido, fue delegado del Gobierno de Castilla-La Mancha y portavoz del Gobierno durante el mandato de José Bono.

Uno de los encargos de Griñán a Díaz-Cano pasará por engrasar la maquinaria de Presidencia entre Miguel Ángel Vázquez, que ejercerá la portavocía del Gobierno y dará la cara a los medios de comunicación tras los Consejos de Gobierno de los martes, Susana Díaz y Diego Valderas. El líder de izquierdas deberá luchar para no quedar arrinconado, en una Consejería de mucho nombre y escasa proyección pública, como ya sufrió el Partido Andalucista en los años que gobernó en coalición con el PSOE de Chaves.