Rubalcaba arranca un pacto de no agresión entre Griñán y Chaves

Pérez Rubalcaba ha conseguido, de forma provisional, lo que no lograron en las últimas cuarenta y ocho horas ni Marcelino Iglesias, secretario de Organización, ni José Blanco, vicesecretario general: que Griñán y Chaves velen armas hasta después de las elecciones municipales, “porque, de lo contrario, aquí nos hundimos todos”.

La guerra fratricida en el PSOE andaluz se mantendrá congelada a duras penas hasta el día después de las elecciones municipales, momento a partir del cual “todas las posibilidades estarán abiertas”, según aseguran fuentes del partido en la provincia de Cádiz. El milagro temporal lo ha conseguido Rubalcaba, que es en realidad quien más se juega en el embate, si finalmente es proclamado sucesor de Zapatero.

En base a la amistad que le une sobre todo con Chaves, pero también con Griñán, Rubalcaba ha conseguido que ambos frenen a sus huestes. Chaves le trasmitió a Luis Pizarro el ‘pacto’ alcanzado con Rubalcaba, y Pizarro hizo lo propio con González Cabaña, presidente de la Diputación de Cádiz, y motor del levantamiento contra Griñán, que ha optado finalmente por congelar la estrategia de su agrupación provincial.

En cualquier caso, lo que está claro en el entorno de Cabaña es que, después de las municipales del 22 de mayo, nadie evitará que sea proclamado candidato a la presidencia de la Diputación de Cádiz, sea cual sea la línea de negociación –regional o provincial- que se establezca con partidos complementarios, el Foro de Pacheco o IU. Griñán, como se sabe, quiere evitar que Cabaña siga presidiendo la institución para eliminar así el bastión político y económico del clan Chaves en Cádiz.

El PSOE abrirá un debate federal tras el 22-M

Sin embargo, lo que más expectativas ha creado en el clan de Chaves es la idea de que, después de las municipales, “todas las posibilidades estarán abiertas”, según fuentes de este sector en liza. Todo apunta, en este sentido, a que después del 22-M y a propuesta de algunas federaciones regionales, el PSOE va a abrir un debate interno para ver si lo que procede es convocar primarias o congreso federal.

En  este último caso se llegaría a elegir no sólo al candidato o candidata a las próximas elecciones generales sino al secretario general del partido, y en este escenario se abrirían negociaciones a varios flancos, como la que ya auspicia el propio Chaves para colocar de número dos, el puesto que ahora tiene Blanco, a Gaspar Zarrías.

En el sector chavista hay quien cree que el mismo debate se podría abrir en Andalucía. De hecho, la ejecutiva provincial del PSOE en Cádiz va a analizar mañana, viernes, la situación del partido a raíz de los últimos acontecimientos que han derivado en la dimisión de Pizarro, aunque en el encuentro se procurará no romper el pacto al que han llegado los dos sectores en pugna con la mediación de Rubalcaba.

La escenificación del pacto

La escenificación del pacto entre las dos facciones se ha traducido en elogios mutuos, con los que tanto Chaves como Griñán han querido transmitir el mensaje de que las hostilidades se han congelado. Así, mientras Griñán ha mostrado su convencimiento sobre la honestidad de Chaves, ante el escándalo que ha supuesto la publicación en El Confidencial de la actividades de su hijo Iván como presunto mediador entre empresas y la Junta, el padre del comisionista ha advertido de que nadie va a conseguir que se enfrente a su sucesor en la presidencia de la Junta, afirmación más que pintoresca dadas las circunstancias.

Este juego de mensajes lo ha rubricado el propio Rubalcaba con una afirmación que, no  obstante, deja matices inquietantes. En relación con las posibilidades que tiene Griñán para ser candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía en 2012, Rubalcaba, que para entonces podría ser candidato a la Moncloa y secretario general del PSOE, ha dicho que cree que lo será, "es mi opinión, mi impresión y mi deseo personal"…

Con esta sentencia nadie se arriesgaría a tirarse de un avión en pleno vuelo, pero hasta ahí ha podido llegar Rubalcaba para sellar su mediación ante dos sectores que en sólo unos días han conseguido anular el efecto del anuncio de Zapatero y situar al partido en caída libre en el granero andaluz.