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Sánchez recupera la vivienda como activo electoral para frenar la desmovilización
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Sánchez recupera la vivienda como activo electoral para frenar la desmovilización

El desgaste de la amnistía y la corrupción enseña sus fauces en las encuestas y el presidente se centra en reconectar con las preocupaciones sociales para estimular la participación en las elecciones

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Rocío Ruz)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Rocío Ruz)
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Pedro Sánchez resucita las propuestas sobre vivienda en la larga campaña de este trimestre electoral, después de que el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo haya identificado de nuevo como unas de las principales preocupaciones sociales. El Ejecutivo trata de reconectar y transmitir que, en medio de la parálisis actual, con la gobernabilidad patas arriba por la confrontación entre el PNV y Bildu y entre Junts y ERC, es capaz de gobernar.

El presidente aprovechó su visita a Dos Hermanas (Sevilla) para anunciar que el Consejo de Ministros estudiará este martes un informe de la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, para terminar con la ley que, desde 2013, permite obtener el permiso de residencia español, simplemente, por invertir 500.000 euros en la compra de un inmueble en nuestro país.

Una medida, conocida como golden visa, que ha contribuido al encarecimiento de los precios en ciudades como Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, Palma y Valencia, con una demanda inmobiliaria interna ya muy alta.

El Gobierno intenta así recuperar la iniciativa y se vuelca en proponer soluciones a un problema que afecta a un gran número de españoles, de izquierdas o de derechas. Y, de paso, huye del desgaste por la amnistía y el escándalo del caso Koldo, que asoma ya con mucha claridad en las encuestas a nivel nacional.

El Gobierno intenta así recuperar la iniciativa y se vuelca en proponer soluciones a un problema que afecta a un gran número de españoles

PSE y PSC se creen blindados ante las vascas del 21 de abril y las catalanas del 12 de mayo por la fuerte idiosincrasia de las dos autonomías, con un debate político propio, a pesar de la tensión que se vive en Madrid. Pero la erosión acumulada por los socialistas, en apenas cuatro meses de legislatura, amenaza con enseñar sus fauces en las europeas. El PSOE necesita movilizar al electorado progresista en un momento complicado, con el votante pata negra muy motivado en la guerra abierta contra el PP, pero con los menos ideologizados, espantados con la trama de comisiones del asesor de José Luis Ábalos y con el ruido político general.

El jefe del Ejecutivo ha empezado a ofrecer pedacitos de razones para estimular la participación. La semana pasada fue el miedo a Vox por las modificaciones en las leyes de memoria histórica. Ahora es la vivienda. "La prioridad del Gobierno en esta legislatura es garantizar el acceso a una vivienda asequible", aseguró Sánchez. "Es un derecho constitucional y no un mero negocio especulativo. Esta será la legislatura que convierta la vivienda en el quinto pilar del Estado del bienestar", añadió.

Fuentes socialistas confirman el cariz electoral de esta apuesta. "Frente a la política del PP, este partido y el Gobierno", defienden, "llevan años apostando por una de sus principales promesas: hacer que la vivienda no sea un bien de lujo". En Moncloa están convencidos de que estas propuestas les distinguen de los populares y pueden ayudar a la participación. Y ellos, gobiernan con un ojo en el programa electoral y otro en los datos del CIS. En marzo, la identificación de la vivienda como uno de los grandes problemas de España, ha vuelto a escalar. En las semanas previas a las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023, este asunto se coló entre las diez principales preocupaciones de los españoles.

La legislatura estaba a punto de culminar sin que este tema, salvo por el empuje puntual de Unidas Podemos, hubiera sido nuclear. Pero el presidente encadenó entonces tres propuestas en menos de una semana en vísperas del 28-M: el desbloqueo de la ley de Vivienda, la movilización de 50.000 pisos para alquiler asequible procedentes de la Sareb y 43.000 más de nueva construcción o de rehabilitación. En ese momento no tuvo repercusión porque el PSOE y la izquierda en su conjunto cedió ante la suma del PP y Vox. El propio Sánchez interpretó el resultado —los socialistas perdieron la Comunidad Valenciana, Baleares, Extremadura, Canarias, La Rioja y Aragón— como una enmienda a su gestión.

A pesar de ese resultado, la vivienda se mantiene en la lista de problemas. El PSOE perseveró sobre ello en las generales con promesas como el aval del ICO para financiar la entrada. Y ha promovido un ministerio específico, algo que Sánchez nunca concedió a Pablo Iglesias. Si la legislatura dura, si en algún momento se apaga el debate de la amnistía o amaina la tormenta de las corruptelas, si el Ejecutivo puede, tratará de que se hable de vivienda.

Pedro Sánchez resucita las propuestas sobre vivienda en la larga campaña de este trimestre electoral, después de que el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo haya identificado de nuevo como unas de las principales preocupaciones sociales. El Ejecutivo trata de reconectar y transmitir que, en medio de la parálisis actual, con la gobernabilidad patas arriba por la confrontación entre el PNV y Bildu y entre Junts y ERC, es capaz de gobernar.

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