El número dos de Rubiales compromete a González Cueto ante la jueza: "Supervisaba los contratos"

El que fuera la mano derecha de Luis Rubiales durante sus cinco años de mandato al frente del fútbol español, Andreu Camps, compareció hace solo unas semanas ante la jueza del caso Supercopa Files, que ha ordenado detener al expresidente de la RFEF. El Confidencial ha tenido acceso en exclusiva a su declaración como testigo, que duró casi tres horas. La mayoría de las preguntas giraron en torno a la venta de la Supercopa de España a Arabia Saudí y responsabilizó de aquel contrato a Tomás González Cueto, otro de los hombres de confianza de Rubiales, arrestado este miércoles. Pese a todo, Camps defendió aquel acuerdo porque, según dice, fue “una puerta de apertura y transformación social”.

González Cueto era el comisionado externo de la RFEF, uno de los órganos que tenían la obligación de supervisar proyectos como el que unió a la Federación, Arabia Saudí y al entonces futbolista del Barça Gerard Piqué. El jugador culé desempeñó el papel de intermediario a cambio de una comisión millonaria, y la jueza investiga desde 2022 si realmente era necesaria su participación y a dónde fue a parar el dinero. En sus respuestas, Camps negó conocer siquiera a Piqué, se desvinculó de la negociación de aquel acuerdo y de la redacción del contrato, que le atribuyó a González Cueto.

El señalado se encuentra ahora entre los detenidos por los contratos irregulares de la era Rubiales. El propio expresidente habría sido arrestado de no encontrarse en República Dominicana, pero los agentes registraron su casa en Granada y la sede de la RFEF.

Según ha avanzado este periódico, la jueza investiga a Rubiales y su entorno por el presunto desvío de fondos de la Federación mediante operaciones con criptomonedas y la adjudicación irregular de contratos a una constructora amiga, Gruconsa SA. Esta es una derivada del caso abierto en el juzgado tras la serie de exclusivas Supercopa Files que tiene su epicentro en el contrato con Arabia, entre otras presuntas irregularidades. Precisamente, Camps habló de la multitud de acuerdos que se firmaban: “Se han hecho multitud de contratos. Lo habitual es que yo firmase uno o dos o tres contratos al día. En cinco años, imagine la de contratos que debía de firmar”.

"Lo habitual es que yo firmase uno o dos o tres contratos al día"

Hizo esta declaración al recordar que, cuando impulsaron el acuerdo con Arabia Saudí, fueron muchos los organismos que quisieron emitir su opinión al respecto, si bien solo eran obligatorios los del departamento jurídico, el financiero y el comisario externo que dependía de Cueto: “En este caso, el señor González Cueto es el que participó en la redacción de ese contrato, de manera que el informe estaba hecho desde el momento en el que él participa en la redacción”. En otro momento de la declaración, Camps dijo que su compañero cobraba por sus funciones en la RFEF en torno a 200.000 euros anuales.

Cuando compareció ante el Juzgado Número de 4 de Majadahonda, el 23 de febrero, todavía quedaban semanas para que la magistrada ordenara la operación de esta semana, pero con sus palabras terminó de definir el papel de González Cueto: “Era el comisionado externo, eso significa que era la persona que supervisa determinados tipos de contratos en función de la cantidad. Tenía la función de la supervisión de esos contratos y la adecuación jurídica de los contratos al marco legal”.

Otra de las personas a la que Camps comprometió con sus respuestas es Elvira Andrés, la actual vicepresidenta de la Federación encabezada en funciones por Pedro Rocha. Cuando se negoció el contrato con Arabia Saudí, ella era la responsable del departamento de Compliance. Según Camps, a Elvira Andrés sí que le consultaron acerca de su parecer sobre el acuerdo, y consideró que no era necesario informar a los órganos de la RFEF. Lo hizo tras descartar que existiera un “conflicto de intereses”.

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La empresa de Piqué, Kosmos, era la intermediaria entre la Federación y la empresa pública saudí llamada Sela. Al mismo tiempo, Piqué debía disputar como jugador la competición por la que había negociado. “Nos dijeron que no era necesario informar porque el acuerdo era de Sela con una empresa y nosotros no éramos parte y no teníamos que informar”.

Elvira Andrés pasó después a ocupar el puesto responsable de Integridad. Sustituyó en el puesto a Ana Muñoz, quien dimitió por desavenencias con Rubiales y era contraria al negocio con Arabia Saudí. Tras la salida de Rubiales, Rocha la nombró jefa de gabinete.

Camps está considerado el arquitecto de buena parte de las decisiones que adoptó Rubiales durante su mandato, algo como una cabeza pensante en la sombra. Rubiales quería desde hace meses que prestase declaración como testigo, pero la jueza retrasó la citación hasta inicios de este año, una vez ampliado hasta junio el plazo de investigación. En sus respuestas, elogió la gestión de su exjefe y no escatimó en reivindicar la venta de la Supercopa de España a la dictadura de Arabia Saudí.

“Los beneficios —dijo— han servido para pagar a los participantes una serie de premios, por otro lado, para poder financiar o ayudar al fútbol base y a los clubes que no eran profesionales. Esto es la parte económica, después hay una parte desde el punto de vista de contribución al desarrollo del fútbol en todos los aspectos; social, deportivo, de género, en un país que pedía ayuda a la RFEF para contribuir a su mejora desde el punto de vista social y deportiva (…) Más allá de lo económico fue una transformación social. Fuimos una puerta de apertura y transformación social”.

Uno de los abogados de la acusación le recordó que, en los puntos esenciales que pactaron con Arabia Saudí, había una serie de compromisos de los que solo se ha cumplido la parte económica. El letrado le preguntó, por ejemplo, por qué no se ha llevado nunca el fútbol femenino español a ese país, tal y como se reflejó en el acuerdo previo. “No lo sé”, contestó Camps.