Sánchez acusa a la derecha de convertir el caso Koldo en un “bulo” igual que el 11-M

Pedro Sánchez ve trazas de similitud en la estrategia del PP con el caso Koldo y la actitud del Gobierno de José María Aznar después de los atentados del 11 de marzo. En ambos casos, el jefe del Ejecutivo habla de "un bulo", una táctica de "intoxicación". Cuando se van a cumplir dos décadas del ataque yihadista en la capital, en la Moncloa cargan las tintas contra los populares y su respuesta a la trama de presunta corrupción que salpica a su partido después de la detención de Koldo García Izaguirre. "Una campaña de desinformación, intoxicación, bulos e insidias como forma de hacer política", ha dicho Sánchez sobre los últimos movimientos de Génova en una conversación informal con los periodistas invitados a cubrir su viaje oficial a Brasil y Chile.

Y, en esta campaña, Sánchez incluye el foco puesto en su esposa, Begoña Gómez, que se reunió en los momentos iniciales de la pandemia de covid con el CEO de Globalia, Javier Hidalgo. La compañía es la dueña de Air Europa, la aerolínea rescatada por el Ejecutivo con préstamos por un valor que ronda los 615 millones de euros en 2020. Para el jefe del Ejecutivo, el "bulo" llega hasta ese foco puesto sobre su mujer, que dirige un organismo del Instituto de Empresa (IE), el África Center, apoyado por la citada empresa. En la Moncloa defienden que se trata de una "actividad privada" de Gómez y niegan que estén preocupados por las informaciones avanzadas por El Confidencial. "Lo importante es cómo toma decisiones este Gobierno", deslizan desde el entorno del presidente, donde descartan cualquier incompatibilidad.

No obstante, Sánchez no se plantea acciones legales ante dichas acusaciones, sino que lo enmarca en la contienda política y señala que responderán con contundencia a una oposición que "no pueden dar ninguna lección en materia de lucha contra la corrupción". "La corrupción cero no existe, lo que existe es la tolerancia cero con la corrupción", ha incidido el jefe del Ejecutivo, que alimenta así la estrategia del PSOE de diferenciarse de los populares en este tipo de asuntos. En este sentido, Sánchez ha defendido su decisión de pedir el escaño a José Luis Ábalos a pesar de que no hay ninguna imputación y ha rechazado que su salida del Gobierno en 2021 esté relacionada con el caso Koldo.

El presidente del Gobierno ha llegado a decir que se sentía "ofendido" por las insinuaciones que apuntan a que tenía conocimiento de la trama, ya que, asegura, en ese caso lo habría comunicado a la Justicia. Y descarta que su inclusión en las listas del 23-J buscase darle protección judicial por medio del aforamiento. Según Sánchez, no ha tenido ninguna comunicación con quien fue su principal colaborador en el retorno a Ferraz en las primarias de 2017 y ha lamentado que no haya dejado el escaño.

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También Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en una entrevista este lunes en TVE, aseguró que la oposición "no está a la altura del país" y que se centraban en "hacer ruido" y "extender bulos", refiriéndose a la acusación de los populares hacia Francina Armengol por la gestión del Gobierno de Baleares con la trama de corrupción de las mascarillas, y por la que piden su dimisión como presidenta del Congreso de los Diputados.

El Gobierno ha salido en tromba para desviar la presión y ponerla sobre el PP. Así, la defensa de Armengol está centrada en la "estrategia del ventilador" y contraatacan contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a quien plantean llamar a declarar en la comisión de investigación abierta en el Congreso de los Diputados para que explique su papel en la trama de los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño en el ayuntamiento de la capital. Fue su primo quien facilitó el mail de contacto para que pudiesen presentar su oferta ante el consistorio, si bien el juez determinó que no había responsabilidad del familiar del alcalde.

Los socialistas han redirigido el foco, igualmente, sobre el hermano de Isabel Díaz Ayuso y el primo de José Luis Martínez Almeida, a pesar de que la primera causa se ha archivado en todas las instancias.