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Pamplona, capital de la polarización: 'txarangas' de Bildu y gritos de "traición"
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Jornada de alta tensión

Pamplona, capital de la polarización: 'txarangas' de Bildu y gritos de "traición"

No es una inocentada. Bildu asume el mando de Pamplona con el apoyo del PSOE entre el jolgorio de los 'abertzales', que corearon a los ediles socialistas al llegar al pleno (y el 17 de junio fueron tachados de traidores)

Foto: Cientos de personas frente al Ayuntamiento de Pamplona. (A. Farnós)
Cientos de personas frente al Ayuntamiento de Pamplona. (A. Farnós)

Varios jóvenes de Tafalla, a 30 kilómetros de Pamplona, se acercaron en torno a las 11 de la mañana a las puertas del ayuntamiento de la capital navarra cargados de instrumentos. Para ellos es día de fiesta, de jolgorio y de alegría. La txaranga Malatxe lo está dando todo. “¡Música de San Fermines!”, señala una mujer de avanzada edad cuando empiezan a sonar las primeras canciones. El ambiente en torno a los músicos es de felicidad cargada de aplausos y algún que otro calimocho. ¿Qué hacen estos chavales con oído musical tocando a pleno pulmón a media mañana? Celebrar el "pacto histórico" que se estaba desarrollando dentro del pleno del consistorio. El PSOE, después de todo, ha dado sus votos a Bildu para que gobierne la ciudad. Los concejales socialistas accedieron al consistorio entre aplausos y loas de los simpatizantes abertzales.

Hace apenas seis meses, estos mismos ediles fueron abucheados por Bildu. La actual ministra del Gobierno de Sánchez y excandidata del PSN, Elma Saiz, tuvo que salir del ayuntamiento con ayuda de los agentes de seguridad por los insultos recibidos. “Lo que más me duele es que hoy [el PSOE] vaya a dar la alcaldía a quienes el 17 de junio, cuando se constituyeron los ayuntamientos, provocaron que tuvieran que salir escoltados por la policía”, señala Julen Sesma, concejal de UPN en Huarte, que trata de desmontar la imagen amable que Bildu se ha construido con la ayuda del PSOE.

La misma plaza que anoche acogía a centenas de familias para ver un espectáculo navideño, hoy es el punto en común entre quienes se alegran del cambio de trono, que asumirá Joseba Asiron (EH Bildu) en detrimento de Cristina Ibarrola (UPN), y también de quienes se sienten traicionados. La primera convocatoria fue solicitada por un particular afín a la izquierda abertzale y aprobada por la Delegación del Gobierno. En vista de esta ocupación del espacio público, UPN movió ficha y envió un mensaje a su militancia animándolos a acercarse a la misma hora en el mismo sitio, aunque sin el visto bueno de la Delegación. La cifra oficial de asistentes ronda las 2.500 personas.

Foto: Sánchez junto a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua y el senador Gorka Elejabarrieta. (EuropaPress/Eduardo Parra)

Es 28 de diciembre y es el día de los inocentes, pero a los militantes de UPN lo de la moción de censura a su alcaldesa no les hace ninguna gracia. Cristina Ibarrola sale del consistorio apenas seis meses después de su toma de posesión. "Sánchez, como Judas Iscariote, nos vende por seis votos", denuncia dentro del pleno mientras se celebra la sesión para destronarla.

placeholder 'Txaranga' en la plaza. (A. Farnós)
'Txaranga' en la plaza. (A. Farnós)

Los socialistas argumentan su apoyo a la izquierda abertzale en la “parálisis” del ayuntamiento. Lo cierto es que la moción de censura a la alcaldesa conservadora se produce un mes después de la toma de posesión de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Para ello, necesitó los indispensables apoyos de EH Bildu.

Raúl Julio Bator, exalcalde de Berrioplano, tiene claro que este movimiento del PSOE entra dentro del pacto. “En un pasado no muy lejano, el PSOE llevaba los ataúdes de sus compañeros muertos por ETA”, sentencia firme. Siente rabia. “Esto el PSOE lo va a pagar. Si hubieran reconocido que iban a darle la alcaldía a Bildu, la gente no les habría votado en mayo”.

Foto: Andueza y Otegi, en una reunión celebrada en 2022 en la sede de Bildu. (EFE)

“¡UPN, Kampora!” (¡UPN, fuera!), continúan gritando desde la calle. Y, entonces, una bandera de España se coló entre el gentío. “Me dan sarpullidos de verlo”, afirma rotunda una mujer de avanzada edad. “¡Iros (sic) a Madrid!”, dice su compañero de al lado.

Pamplona es hoy el kilómetro cero de la palabra del año del 2023: polarización. El camino hacia este fenómeno se ha ido alicatando con los meses, y ahora la capital de Navarra es el culmen de las discrepancias, enfrentamientos y, a la vez, celebración. Los gritos del gentío son la última gota de la tensión acumulada a lo largo de la semana. Este martes, la renuncia de dos ediles socialistas 48 horas antes de la moción puso en alerta a los pamplonicas. ¿Por qué Tomás Rodríguez (número seis) y María José Blanco (número siete) renunciaban a tomar posesión como concejales? Esa pregunta sigue sin ser aclarada por los protagonistas.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Alberto Ortega)

Según el PSOE, el primero lo hizo por “presiones” de UPN y la segunda por “motivos laborales”. La idea inicial era que Rodríguez sustituyese a Elma Saiz, exportavoz socialista en el ayuntamiento y recién nombrada ministra. Ibarrola negó tajantemente las acusaciones de los socialistas. UPN defiende que han renunciado por "vergüenza" y como último gesto de dignidad en su partido.

Sea como fuere, ahora será el número ocho de la lista quien ocupe el cargo: Miguel Matallanes, un joven estudiante de 23 años al que la noticia le pilló tan de sorpresa que ni siquiera se encontraba en la ciudad.

El movimiento socialista para desbancar a los conservadores navarros trajo consecuencias. UPN, que califica la cita de este jueves como una “moción indigna”, rompió todas sus relaciones con el PSOE el pasado 13 de diciembre. Un tira y afloja en mitad de un contexto de bandos divididos donde se pueden desdibujar algunas conclusiones: que el PSOE reconoce a EH Bildu como un aliado de la izquierda más, que si bien antaño los socialistas y UPN alcanzaban acuerdos, hoy la relación está completamente rota; y que la plaza del Ayuntamiento de Pamplona es una olla a presión al borde del colapso.

Varios jóvenes de Tafalla, a 30 kilómetros de Pamplona, se acercaron en torno a las 11 de la mañana a las puertas del ayuntamiento de la capital navarra cargados de instrumentos. Para ellos es día de fiesta, de jolgorio y de alegría. La txaranga Malatxe lo está dando todo. “¡Música de San Fermines!”, señala una mujer de avanzada edad cuando empiezan a sonar las primeras canciones. El ambiente en torno a los músicos es de felicidad cargada de aplausos y algún que otro calimocho. ¿Qué hacen estos chavales con oído musical tocando a pleno pulmón a media mañana? Celebrar el "pacto histórico" que se estaba desarrollando dentro del pleno del consistorio. El PSOE, después de todo, ha dado sus votos a Bildu para que gobierne la ciudad. Los concejales socialistas accedieron al consistorio entre aplausos y loas de los simpatizantes abertzales.

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