El rapero Valtònyc pide perdón a la Guardia Civil: "Fue de mal gusto"

El rapero José Miguel Arenas Beltrán, más conocido como Valtònyc, ha pedido disculpas a la Guardia Civil tras pasar cinco años fugado en Bruselas, donde huyó para evitar su ingreso en prisión tras ser condenado por la Audiencia Nacional por el contenido de sus canciones, que incluían expresiones de apoyo y alabanza a las organizaciones terroristas GRAPO, ETA, y a algunos de sus miembros.

Tras regresar a España hace unas semanas, el rapero catalán ha acudido a un nuevo juicio en la Audiencia Provincial de Sevilla. En esta ocasión, era juzgado por llamar a “matar a un guardia civil” en un concierto celebrado en el pueblo de Marinaleda, bastión de la izquierda durante décadas. Finalmente, ha sido condenado a dos años de cárcel en una sentencia de conformidad acordada entre las partes, con lo que espera evitar el ingreso en prisión.

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Valtònyc ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) para evitar una nueva condena. El inculpado ha reconocido los hechos y la Fiscalía y la asociación de la Benemérita han rebajado sus exigencias. “Las palabras que dije son de mal gusto y desagradables, entiendo que en ese momento pudieran hacer sentir mal a alguien y molestaran, así que pido disculpas por lo que dije en ese concierto", expresó el rapero durante el juicio.

Durante el concierto, celebrado días antes de su fuga a Bruselas en 2018, expresó su disconformidad por la sentencia que le obligaba a entrar en prisión. Además de incitar a "matar a un guardia civil", trasladó que “el juez que me ha condenado compara la homosexualidad con la zoofilia, quiere prohibir el independentismo y quiere meternos a todos en la cárcel”. "Poned una puta bomba al fiscal de una vez”, añadió.

El acusado pretende evitar la cárcel al aceptar una pena de dos años y el pago de costas

El acusado ha reconocido los hechos, ha pedido disculpas y ha aceptado la pena de dos años de prisión más el pago de las costas, aunque no irá a la cárcel, según ha dicho el juez después de que el propio acusado se lo preguntara antes de aceptar la condena.

Tras reconocer tales extremos y aceptar una pena de dos años de prisión, su defensa ha solicitado la suspensión de dicha pena dado el arrepentimiento mostrado, los años transcurridos desde los hechos y que José Miguel Arenas Beltrán "ya no es la misma persona" que en aquellos momentos, una solicitud de suspensión ante la cual la Fiscalía y la AUGC no se han opuesto.

En principio, la defensa pedía cuatro años de cárcel y una multa de 3.600 euros por un delito de provocación para cometer un delito de atentado y tres años de cárcel en el caso de ser apreciado un posible delito de amenazas agravadas. Tras escuchar las disculpas, han modificado sus escritos de acusación reduciendo sus peticiones a dos años de prisión y el pago de las costas, por un delito de amenazas graves con la agravante de reincidencia y la atenuante de arrepentimiento.