Feijóo y Abascal pugnan por capitalizar el pulso de la calle contra Sánchez

Alberto Núñez Feijóo ha sentado ya las bases para una "oposición dura" con la que busca desdibujar también la influencia de Vox. Génova sacará todas sus armas en las próximas semanas para acentuar el desgaste de Pedro Sánchez por la vía institucional y judicial, pero también social. No es una cuestión menor. Es el flanco por el que la formación ultraconservadora siempre se ha crecido y que el PP, en los últimos años, ha dejado libre al rival situado a su derecha. Esa dinámica se ha acabado en Génova, pero Vox tampoco cederá fácilmente esa batalla. Abascal, a través de la fundación DENAES, ha convocado una protesta contra la amnistía "y el golpe de Sánchez" para el próximo 29 de octubre en la Plaza de Colón de Madrid.

Feijóo no consiguió los números para ser investido presidente del Gobierno, pero en Génova apuntan a que el rol que desempeñó en la Cámara Baja no solo afianzó su liderazgo a nivel interno. También más allá de sus muros. En el PP creen que la votación fallida sirvió como antídoto a la fragmentación de la derecha y ven margen para ensanchar su espacio político a costa de Vox. Pese a multiplicar su poder territorial, los de Santiago Abascal se dejaron el 23-J casi una veintena de escaños, y en la dirección popular creen que el hundimiento del partido ultraconservador podría ir a más si las elecciones se repitiesen el próximo 14 de enero. Con todo, en algunos sectores de la formación hacen un llamamiento a la prudencia y advierten que Feijóo sigue sin tener garantizada la suma necesaria si vuelven a abrirse las urnas.

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El PP se adelantó a los ultraconservadores cuando convocó la primera —y multitudinaria— protesta contra la amnistía, que desbordó las previsiones y reunió a más de 45.000 personas en el centro de Madrid. Feijóo, además, situó en primera fila a algunas de las voces con más impacto entre el votante de Vox, como José María Aznar o Isabel Díaz Ayuso, que exhibieron una defensa cerrada a su jefe de filas. Fuentes de Génova no descartan impulsar nuevas movilizaciones si se materializa la ley, y ese clamor comienza a mover también a los barones territoriales. Sin ir más lejos, y como publicó El Confidencial, Juanma Moreno plantea una gran movilización en Andalucía si hay cesiones a los independentistas: "Ahora nosotros somos el partido más pegado a la calle".

Por lo pronto, la dirección popular confirmó el pasado lunes que el líder del PP asistirá a la manifestación que Sociedad Civil Catalana (SCC) ha convocado para este domingo en Barcelona. Feijóo no ha hecho oídos sordos a los consejos procedentes de sus propias filas para no ceder el terreno ganado y seguir capitalizando ese descontento social en detrimento de Vox. Por ejemplo, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido una de las voces que ha defendido con mayor contundencia la necesidad de una movilización social constante, aunque ello implique compartir pancarta con Santiago Abascal. "Se debe ir de la mano de todos", sentenció Ayuso en una entrevista para La Razón. En Génova apuntan a que la posibilidad de repetir una foto de Colón ya no penaliza a Feijóo, que debe presentarse como un líder capaz de "unir" todas las sensibilidades, a izquierda y derecha, contrarias al "desafío" de Sánchez con el independentismo catalán.

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El PP intentará echar el resto y demostrará su capacidad de convocatoria enviando al evento del domingo a sus propios simpatizantes, aunque, eso sí, esta vez sin banderas. Feijóo acudirá "como un ciudadano más", pero flanqueado por distintos barones populares, como Juanma Moreno, la propia Ayuso o el aragonés Jorge Azcón. El objetivo, dicen, es volver a mandar un "mensaje claro" del rechazo de la ciudadanía a la amnistía y a una posible "consulta" sobre la autodeterminación. La presencia de Santiago Abascal y de parte de la cúpula de Vox ya no incomoda. Con esta decisión, Génova vuelve a bloquear un excesivo protagonismo del partido ultraconservador. Y lanza un mensaje claro a sus competidores: "El PP estará en todas las batallas".

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Vox, por su parte, trata de no quedarse rezagado en la pugna por la calle. Este lunes, tras su audiencia con el Rey, Santiago Abascal advirtió de una "movilización permanente" contra Sánchez que su formación está dispuesta a "encabezar" cuando "sea necesario". Y no ha tardado en poner fecha a su primera protesta. El partido ultraconservador vuelve a su bastión de confianza, la Plaza de Colón de Madrid, para movilizar a simpatizantes contra "el golpe a la igualdad, al Estado de Derecho y a la Nación que prepara Sánchez desde la Moncloa", tal y como publicó el propio Abascal en redes sociales.

Vox se sube al carro de las movilizaciones contra el Ejecutivo en funciones tras suspender su particular convención anual que, en pasadas ediciones, obligó a colgar el cartel de completo en el Palacio de Vistalegre. La formación ha visto laminado su protagonismo en las últimas semanas, en parte por la sobreexposición de Alberto Núñez Feijóo, pero hará valer su peso y voz en los territorios donde cogobierna con el PP.

El partido de Abascal ha perdido en la presente legislatura algunas de sus grandes bazas de oposición. No tiene ni voz ni voto en la Mesa del Congreso, y tampoco puede optar ya a presentar recursos en el Tribunal Constitucional o liderar mociones de censura por contar con un número insuficiente de parlamentarios. Aunque oficialmente niegan discrepancias internas, Vox sigue peleando por mantener unidas a sus filas. El último en deslizar críticas veladas a la dirección del partido ha sido Javier Ortega Smith, que aseguró en una entrevista para Europa Press que su partido "no puede convertirse en una agencia de colocación" de amigos ni "dormirse en los laureles" tras la pérdida de apoyos el 23-J. El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, evitó ir al choque con su compañero de filas para apagar la polémica.

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Santiago Abascal hace borrón y cuenta nueva tras el fracaso parlamentario del líder popular. Fuentes de la cúpula de Vox deslizan que el pacto de no agresión con Alberto Núñez Feijóo solo aplicaba a los márgenes de su intento para sumar una mayoría en el Congreso. Superada esa etapa, la formación se lanza a defender su espacio político casi con el mismo empeño con el que el PP busca capitalizarlo. Pedro Sánchez encara ya su propia negociación, y la posibilidad de que resulte investido con los votos de Junts es un escenario que contemplan en las dos fuerzas conservadoras. En este contexto, PP y Vox pugnarán por encabezar una oposición sin tregua al PSOE con el objetivo de blindar o ensanchar su fuerza a costa del otro.