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El nuevo "Cs de izquierdas" pone rumbo a las europeas y mira a los históricos del PSOE
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ANTE LA "CONVULSIÓN" DE LA VIEJA GUARDIA

El nuevo "Cs de izquierdas" pone rumbo a las europeas y mira a los históricos del PSOE

Con figuras como la de Nicolás Redondo Terreros, recientemente suspendido de militancia del PSOE, y el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León por Ciudadanos, Francisco Igea, lleva tiempo compartiendo análisis

Foto: El secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, durante un acto junto a socialistas críticos con el Gobierno de Sánchez. (EFE/Sergio Orduñez)
El secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, durante un acto junto a socialistas críticos con el Gobierno de Sánchez. (EFE/Sergio Orduñez)
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En algunos casos hay relaciones personales que vienen de atrás. En otros, respeto intelectual mutuo. Sin embargo, el verdadero nexo son las coincidencias políticas o, al menos, su lectura compartida sobre la actual coyuntura. Los impulsores del nuevo proyecto partidista "socialdemócrata" provienen fundamentalmente de Ciudadanos, de su sector fundacional de "izquierdas", pero buscan recalar en la vieja guardia del PSOE para converger. Con figuras como la de Nicolás Redondo Terreros, recientemente suspendido de militancia del PSOE, y el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León por Ciudadanos, Francisco Igea, que llevan tiempo compartiendo análisis. Ya en 2020, en plena pandemia, lanzaron una declaración conjunta para reclamar un gobierno de "unidad". Ahora, Igea es una de las caras visibles de este nuevo proyecto que vuelve a reclamar una gran coalición y repudia la política de bloques con dependencia de la ultraderecha, a un lado, y del soberanismo, al otro.

Su hoja de ruta pasa por construir un proyecto "socialdemócrata de izquierdas" con su primera parada electoral en los comicios europeos de junio del próximo año. No descartan dar antes el salto si se produce una repetición electoral, aunque sus impulsores reconocen que necesitan tiempo para madurar la iniciativa y, sobre todo, para "dialogar" con los sectores del PSOE a los que miran. Todos aquellos que "ven con buenos ojos defender la igualdad, que va en contra de pactar con Junts o los señores de Neguri [PNV], los servicios públicos de calidad, la transparencia y la regeneración", asegura Igea, recalcando su vocación "progresista". Su hueco y su punto de encuentro con la vieja guardia del PSOE, lo argumenta por el hecho de que "ahora el PSOE renuncia a la igualdad, al apostar por las oligarquías burguesas de Junts y capitalistas del PNV".

Foto: Fernando Savater, en una imagen de archivo. (Ana Beltrán)

"Nuestra tarea es intentar hacer de nexo, de confluir con esa otra gente", concluye el todavía procurador en las Cortes de Castilla y León por Ciudadanos, en referencia a los históricos socialistas. Ninguno de ellos está en el germen de la iniciativa, que tiene dos patas. Por un lado, la asociación Nexo, de la que participa también el exdiputado naranja en el Congreso, Edmundo Bal. Por otro, el manifiesto Tercera España que firman intelectuales y fundadores de Ciudadanos, como Fernando Savater, Francesc de Carreras, Gabriela Bustelo, Francisco Igea, Fernando Navarro, Elvira Marcos o Andrés Trapiello, además del propio Igea. Este último considera que si sale adelante la investidura de Pedro Sánchez, con el apoyo del bloque soberanista y un acuerdo para amnistías a los encausados por el procés, "es probable que haya una convulsión en el sector histórico del PSOE".

"Ellos mismos dicen que no se pueden rebasar ciertos límites, que piensan que se debe defender lo que nosotros defendemos y que si algo no es de izquierdas es lo que está ocurriendo", explica en referencia los últimos posicionamientos públicos de Felipe González y Alfonso Guerra. "El mensaje de quienes dicen que los impuestos del barrio de Salamanca se recogen allí y se reparten allí es lo menos progresista que hay. En eso coincidimos, por lo que tenemos que ponerlos de acuerdo y tender puentes", añade Igea.

El expresidente Felipe González rechazaba de pleno este mismo miércoles, durante un acto en el Ateneo de Madrid junto a Alfonso Guerra, la negociación con ERC y Junts. "No se puede ceder al chantaje, las mayorías se tienen que respetar", sentenciaba. Guerra, por su parte, recriminó que "yo no he sido desleal, no he sido disidente; ha sido disidente el otro, que va cambiando", en referencia a Sánchez. Antes del 23-J, González defendió también el gobierno de la lista más votada y ahora ha reiterado la necesidad de un acuerdo entre los dos grandes partidos para poder sacar adelante reformas, en línea con los postulados de este nuevo espacio.

"Ellos mismos dicen que no se pueden rebasar ciertos límites y que piensan que se debe defender lo que nosotros defendemos"

Más allá de atraer a estas figuras de la vieja guardia críticas con Sánchez, buscan también conectar con lo que denominan "tercera España". Un espacio sociológico que, dicen, está "huérfano de representación". Lo identifican en buena medida con "mucha de la gente que fue a votar al PSOE para no tener que aguantar a Vox ni estar dispuestos a sufrirlos en un gobierno, pero que entienden que la alternativa no puede pasar por esto".

"Algunos no ven lo que se nos viene y otros no lo quieren ver, pero yo no me resigno", se quejaba Guerra en su acto con González, donde visibilizaron su divorcio con la actual dirección del PSOE. Junto a González, considera que la amnistía y la posibilidad de autodeterminación serían puntos de no retorno en la supervivencia de España como país. Con todo, el exvicepresidente lanzó un mensaje que alienta proyectos como los que impulsan los promotores de La tercera España: "Esto no durará, no puede dar, porque la libertad y la democracia anidan en el corazón de muchos socialistas", concluyó con una suerte de llamada a la rebelión a la militancia del PSOE.

Antinacionalismo

Desde Nexo y la Tercera España defienden asimismo la necesidad de recuperar "valores e instituciones de la Transición española", con una retórica similar a los posicionamientos expresados por el denominado PSOE caoba. Un guiño para atraer a los sectores críticos del PSOE y, de dar el paso presentándose a las elecciones, dirigirse al votante socialista descontento con un hipotético acuerdo de investidura con los partidos del bloque soberanista.

En el aterrizaje programático, sus líneas maestras beben directamente del proyecto que dio pie a la fundación de Ciudadanos. No en vano, la mayoría de sus promotores lo fueron también de la plataforma cívica que dio origen al partido naranja, Ciutadans de Catalunya. Socioliberal, reformista en lo institucional y regeneracionista en lo político.

En el plano económico, abogan por una economía de mercado, pero con un cierto intervencionismo estatal, y por eliminar los "prejuicios contra la empresa privada". En el plano institucional, apuestan por profundizar en la separación de poderes, y más concretamente en la independencia judicial, como uno de sus pilares. También por reducir el peso de las estructuras públicas, con un "elevado número de funcionarios". En lo político, su apuesta por la regeneración pasa por disminuir lo que consideran privilegios de políticos o partidos, como los aforamientos o "ventajas" de las organizaciones políticas "anticonstitucionales y sobrerrepresentadas en el Congreso".

En algunos casos hay relaciones personales que vienen de atrás. En otros, respeto intelectual mutuo. Sin embargo, el verdadero nexo son las coincidencias políticas o, al menos, su lectura compartida sobre la actual coyuntura. Los impulsores del nuevo proyecto partidista "socialdemócrata" provienen fundamentalmente de Ciudadanos, de su sector fundacional de "izquierdas", pero buscan recalar en la vieja guardia del PSOE para converger. Con figuras como la de Nicolás Redondo Terreros, recientemente suspendido de militancia del PSOE, y el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León por Ciudadanos, Francisco Igea, que llevan tiempo compartiendo análisis. Ya en 2020, en plena pandemia, lanzaron una declaración conjunta para reclamar un gobierno de "unidad". Ahora, Igea es una de las caras visibles de este nuevo proyecto que vuelve a reclamar una gran coalición y repudia la política de bloques con dependencia de la ultraderecha, a un lado, y del soberanismo, al otro.

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