Feijóo busca en la calle el apoyo que no tendrá en el Congreso: "Es un acto de campaña"

El PP busca una imagen coral y multitudinaria con la que rearmarse ante un panorama incierto. Un "gran acto" en el que los aplausos, la música y los vítores a Alberto Núñez Feijóo enjuaguen el mal trago que el líder popular pasará en el Congreso 48 horas después. El partido engalana ya su evento del próximo 24 de septiembre en Madrid, en el que el candidato a la investidura volverá a fotografiarse con Mariano Rajoy y José María Aznar, de nuevo juntos en el escenario. La instantánea sirvió para dar un empujón al dirigente hace meses en Valencia, cuando la nueva dirección se preparaba para su primera gran aventura electoral. Los dos expresidentes del Gobierno expresaron entonces su "apoyo sin fisuras" a Feijóo, y volverán a hacerlo ahora, cuando el camino del gallego a la Moncloa se ha llenado de obstáculos.

Aunque nadie lo admita en público, los tambores de una nueva convocatoria a las urnas han comenzado a repiquetear en la sede nacional de los populares. Y hay quien, incluso, ve el acto de la próxima semana en la capital como un "primer acto de campaña". "Todo está pasando muy rápido. Es un mes crucial, en el que tenemos que sacar petróleo de donde no lo hay", analiza un miembro de la dirección nacional del PP. Las fuentes consultadas apuntan a que comienzan a ver "mucho ruido" en la negociación entre Pedro Sánchez y Junts. También "cosas raras" que sugieren que "el Gobierno no tiene atada la investidura de Sánchez".

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Aunque sostienen que el jefe del Ejecutivo en funciones "es capaz de cualquier cosa para mantener el poder", algunos episodios de los últimos días han encendido las luces de alarma en la sede del PP. Mencionan, entre otros, las declaraciones de Yolanda Díaz en las que dudó de la posibilidad de tener aprobada la amnistía antes de la investidura de Sánchez, tal y como pide Carles Puigdemont; o el clamor contrario a la amnistía más allá de las puertas de la derecha. La carta de Javier Cercas en El País, en la que advertía que la medida de gracia "deslegitimaría la democracia entera", o la suma de voces críticas en el PSOE que alzan la voz contra la intención de despenalizar el procés reabre, según los populares, la ventanilla de una repetición electoral.

En el PP no son tampoco ajenos a que Sánchez puede jugar la baza de plantarse ante Junts para enfrentarse a las urnas con garantías de resistir. Como publicó El Confidencial, el escenario de volver a las urnas ha dejado de ser un tabú para el PSOE y han moderado también sus expectativas sobre las posibilidades de conseguir un acuerdo con los de Puigdemont, que sigue en posiciones "de máximos". Todas las cartas están encima de la mesa, y el PP no quiere perder la segunda y posiblemente última oportunidad que tenga de llegar a la Moncloa. Capitalizar el malestar contra Sánchez frente a Vox forma parte de esa hoja de ruta.

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Los populares apuntan a que abarrotar la céntrica Avenida de Felipe II con un grito unánime a favor de Feijóo y en contra de los "desmanes" de Sánchez y de la amnistía puede ser una imagen poderosa para afrontar las próximas semanas. El líder del PP enfrentará ese apoyo social a la derrota que, casi con toda seguridad, experimentará en el Congreso la última semana de septiembre. Feijóo cuenta con 172 síes garantizados, pero el bloque contrario sigue siendo superior. En el partido hace días que dan por imposible mover del no al PNV, por lo que el líder de la formación tratará de sacar el mayor rédito posible a los focos parlamentarios. La derrota está más que asumida.

Feijóo planteará en su discurso que el principal motivo por el que no logrará formar Gobierno es por su negativa a pactar con los que quieren "destruir el país" y "negar la existencia de la democracia en España", contraponiendo estos "principios" a los de Sánchez. El líder de los populares volverá a apelar a los socialistas para que le dejen gobernar a cambio de un acuerdo que garantice que solo estará en el poder dos años, los justos para llevar a cabo seis grandes pactos de Estado. Aprovechará para desplegar los principales ejes de su programa, compromisos electorales que, al menos de momento, no podrá poner en marcha.

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Génova reactiva así el piloto electoral, aunque asume que "la última palabra la tiene Puigdemont". Y si el expresident da su sí o rebaja sus peticiones, Feijóo tendrá que ponerse al frente de la oposición y capear la posible marejada interna por la falta de resultados. Pero esa es otra pantalla. Por el momento, la hoja de ruta pasa por presentar al líder de la formación como el único antídoto a las "exigencias ilegales" de los independentistas y movilizarse por todas las vías posibles, institucional, judicial y social. El PP ha abierto su acto del próximo domingo a la sociedad civil y a "cualquier ciudadano" sin vinculación política y, además, se adelanta a Vox arrebatándole una de sus principales armas de oposición: la de la calle.