López Miras advierte a Vox en su investidura que será "inflexible" con el Mar Menor

“Hoy sigo pensando que un gobierno en solitario era lo más adecuado, pero no fue posible”. Así ha arrancado el popular Fernando López Miras su segundo intento del año para volver a ser investido presidente en la Región de Murcia. El primero fue en julio, pero los desencuentros con Vox, su aliado necesario –pues el PP se quedó a dos escaños de la mayoría absoluta– le dejaron sin su apoyo. Tras semanas de idas y venidas, este mismo martes logró firmar un acuerdo express con los de José Ángel Antelo, el líder regional de Vox y, en adelante, su futuro vicepresidente. Como ocurrió con María Guardiola en Extremadura, el Partido Popular murciano tuvo que retractarse y admitir a los de su derecha en el próximo gobierno.

La nueva presidenta de la Cámara, la popular Visitación Martínez, abrió el primer día del debate de investidura. Se alargará hasta el jueves, aunque esta jornada tenía como único punto la intervención del candidato. Que ha lanzado un primer dardo a quienes serán sus socios en minoría, Vox: "Lo he dicho otras veces y lo repito ahora: soy y seré inflexible con el Mar Menor". López Miras se comprometía así a no reducir las medidas de protección que blindan a la laguna, en peligro por la contaminación que llega, principalmente, a través de los vertidos agrícolas.

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Sin embargo, aseguró que el próximo Ejecutivo en coalición brindará un mandato "fuerte y estable" que hable con "una sola voz". Algo difícil de lograr, al menos por lo que se ha visto hasta ahora. Hace apenas unos días los votos de Vox tumbaron, junto a los de PSOE y Podemos, la prórroga de la moratoria urbanística propuesta por el PP para el entorno del Mar Menor. Los primeros se negaron bajo el argumento de que las constructoras no tenían la culpa del desastre en la laguna, y que tratan de responsabilizarlas como antes se hizo "con los agricultores". Se refería a las críticas a su actividad por los vertidos que caen a las aguas. La izquierda, en cambio, lo que proponía era abandonar la moratoria para aprobar el Plan de Ordenación General que el PP lleva años postergando.

Pero para no tocar la llaga de su relación con Vox, prefirieron empezar el mandato con buen pie. El acuerdo de 30 puntos recoge algunos ámbitos de actuación previstos (reformas en infrastructuras, modernización del modelo educativo, revalorar a las familias y brindarles nuevos apoyos...) que también han sido mencionados por el candidato a presidente. Cuestiones como el agua y la "defensa del trasvase" Tajo-Segura o la reforma de la financiación autonómica, para las que dependen del Gobierno central, fueron reivindicadas como "fundamentales" para el Ejecutivo entrante.

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También defendió la colaboración público-privada como mejor estragia para mejorar el modelo educativo en la región. Aseguró que buscaría un plan educativo consensuado con los profesionales basado en "la libertad de las familias" –aunque sin mencionar el pin parental, la polémica medida impulsada por su ya exconsejera– o el "valor del esfuerzo y el mérito" del alumnado. En ese sentido, apostaba por "modernizar las infraestructuras" en instalaciones educativas y atender, eso sí, a las "necesidades climáticas" en las aulas.

De hecho, el candidato ha aseverado que el suyo será un gobierno "comprometido con la defensa del medio ambiente", pero "sobre todo" con la del Mar Menor. Volvió a repetir, como se vió en el acuerdo firmado el martes con Vox, que la laguna es su "prioridad. También la situación climática, para la que proponen la "promoción de energías renovables" ahora que las amenazas "se han convertido en hechos". Pero eso así, hay que cuidar el entorno aunque "sin dogmatismos ni adoctrinamientos". Además, vislumbró un pacto por la juventud centrado en facilitar su emancipación e inserción en el mercado laboral que aspira a poner en marcha "cuanto antes".

Se mostró también un firme defensor de la igualdad y proclamó que su "bandera" será lograr "que ninguna mujer se sienta discriminada por el hecho de serlo". Para luchas contra la "violencia de género", añadió, deberán "ir todos de la mano", imploró el candidato ante la atenta mirada del líder de Vox, presente en el hemiciclo. No dejó pasar la ocasión de comentar la situación política nacional. El líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, trata de atar apoyos imposibles para arrebatar la Moncloa a Pedro Sánchez, que poco a poco se acerca más a Junts, cuyos votos necesita si fracasa el gallego. López Miras advirtió que "no volverían a tolerar" que haya comunidades "de primera y de segunda", y reivindica su victoria en las elecciones como aval para impedirlo.

Los días previos

La antesala de la investidura no ha sido fácil. Primero López Miras se negó a meter a Vox en su próximo gobierno. Aunque al PP, por sí mismo, no le daban los números. Tras las elecciones autonómicas de mayo se quedaron en 21 diputados, a dos escaños de la mayoría absoluta en la Asamblea. Con los 9 parlamentarios de Vox, o al menos su abstención, el escenario cambia, aunque los de Antelo nunca estuvieron por la labor de facilitar la Presidencia a López Miras si con ello volvían con las manos vacías.

Finalmente el líder regional de Vox ocupará la Vicepresidencia con competencias en Interior, Seguridad y Emergencias, mientras que su partido logra también otra Consejería, la de Fomento. Se quedan sin la de Agricultura, que reclamaban a sabiendas del poder que tiene la industria agroalimentaria en la región, y también del granero de votos que la formación encuentra en el sector. En el acuerdo de investidura que suscribieron ambos partidos un día antes de esta sesión, muy cortos de tiempo, apenas se hacía mención a las medidas para proteger al Mar Menor. La laguna ha sido un punto de fricción entre PP y Vox, pues los segundos rechazaban la ley regional que la protege (e incluso exigieron derogarla) mientras que los populares solo se abrirían a modificarla y para ampliar el blindaje, no para reducirlo.

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Una segunda coalición

Finalmente, y para evitar contratiempos tempranos, el pacto se redactó entre sutilezas para no ahondar demasiado en posibles discrepancias. Eso sí, se hablaba de la recuperación de la laguna como una "prioridad" en la actuación del próximo gobierno. Es la segunda coalición que dirigirá la Región de Murcia. La última fue con Ciudadanos, y no acabó bien. Los naranjas sorprendieron al PP con una moción de censura que urdieron junto al PSOE para desbancar a López Miras y que Ana Martínez Vidal, entonces vicepresidenta y líder de Cs, ocupara su lugar.

La moción fracasó, la coalición se rompió y las consecuencias llegaron mucho más allá de Murcia: Isabel Díaz Ayuso deshizo su alianza con Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, convocó elecciones anticipadas, Pablo Iglesias dejó la Vicepresidencia del Gobierno central... y abandonó la política tras desembarcar como candidato de Podemos en la Asamblea madrileña.