Vox apremia al PP a cerrar los gobiernos de Murcia y Aragón: "Tienen que aclararse de una vez"

La agitada relación entre el PP y Vox tiene todavía dos asuntos de calado pendientes. Las negociaciones en Aragón y la Región de Murcia continúan abiertas y sin avances significativos, mientras los dos partidos intercambian críticas y reproches por los resultados del 23-J. La tensión y la incertidumbre crecen a medida que pasan los días, hasta el punto de que la formación ultraconservadora ve a sus potenciales socios sin una dirección clara. No es una novedad, especialmente tras lo visto durante la campaña, pero lo cierto es que el tiempo apremia y la amenaza de una repetición electoral planea sobre los dos territorios. Los de Santiago Abascal urgen ya a los populares para que definan su estrategia y prioridades y desbloqueen la situación, aunque sin ceder en su exigencia de entrar en los ejecutivos. "Lo que tienen que hacer es aclararse de una vez. Que sepan quiénes son sus enemigos y quiénes son sus aliados", señalan fuentes de la dirección de Vox.

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El fiasco de las elecciones ha alterado las conversaciones en los dos ejecutivos pendientes. El punto de partida, según los implicados, es que las negociaciones se abordarían de forma paralela a otra cuestión, pero el contexto general es indivisible de lo que está en juego en los territorios. En la dirección de Vox, no ocultan su enfado por las declaraciones de Juanma Moreno de este fin de semana en El Mundo. La crítica del presidente de Andalucía, que defendió la necesidad de obviar a los ultraconservadores, ha generado un enorme malestar. "Para el señor Moreno Bonilla somos más peligrosos que ERC y Junts. No damos crédito", señalan las voces del partido consultadas.

Las palabras de Moreno apuntalan el argumento repetido por Santiago Abascal y otros dirigentes durante toda la campaña: que el PP prefiere pactar con el PSOE antes que con Vox. La dirección de la formación ultraconservadora sostiene que esta estrategia demuestra el "desconcierto" que reina en Génova y los reparos para avanzar en las negociaciones de Aragón y Murcia, condicionadas por la situación general en España tras los comicios.

"Para el señor Moreno Bonilla somos más peligrosos que ERC y Junts. No damos crédito"

El mensaje es el mismo tanto en público como en privado, con la denuncia de que los movimientos de los populares esconden una supuesta estrategia para que Alberto Núñez Feijóo consiga persuadir a las fuerzas nacionalistas y regionalistas para su investidura. "Nosotros esperamos que el PP convierta ese desconcierto en tranquilidad y sosiego. Y sobre todo que deje de utilizar a los murcianos y aragoneses como moneda de cambio para otras cosas", declaró este lunes el portavoz político de Vox, Jorge Buxadé, tras la reunión del Comité de Acción Política, donde reiteró su crítica a la estrategia del "voto útil".

Negociaciones dispares

Las negociaciones están en punto muerto. El escenario más complicado a priori, como informó este diario, está en Murcia. La última propuesta de Fernando López Miras, que planteaba "puestos de representación" para los ultraconservadores, no les ha convencido en ningún caso. Fuentes de Vox advierten de que no aceptarán ninguna oferta que no incluya un acuerdo programático y la entrada en el Ejecutivo. Las formas utilizadas por el líder popular en la región, además, tampoco han gustado en Bambú. "No se puede convocar a nadie a través de los medios. Lo mínimo es un mensaje", señalan respecto al planteamiento para José Ángel Antelo y los suyos.

La relación en Murcia es complicada. El PP ya maniobró hace semanas con el PSOE para arrinconar a Vox y dejarlo fuera de la Mesa de la Asamblea, pero la jugada no salió y disparó la tensión en la derecha. Y la situación no ha cambiado demasiado en este tiempo. La formación liderada por Santiago Abascal, con nueve diputados en esta comunidad, avisa de que la repetición electoral es una posibilidad si continúa el bloqueo. Votarán en contra de la investidura de López Miras si no atiende su exigencia de formar un Gobierno de coalición. Es una línea roja y no hay vuelta atrás.

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En Aragón, la situación parece menos enconada, pero ya se ha activado la cuenta atrás y se trabaja contra el reloj. Jorge Azcón, el candidato del PP, tiene hasta el próximo 23 de agosto para formar el Ejecutivo y las posturas siguen alejadas. El popular explora los apoyos de Teruel Existe y el PAR para lograr el objetivo, pero toda suma está condicionada por Vox. Como informó este periódico la semana pasada, Azcón forzará al máximo para armar un Gobierno en solitario, pero no descarta ningún escenario.

La dirección nacional de Vox pone como ejemplo las coaliciones cerradas en otros territorios semanas atrás y cuestiona los planteamientos de Moreno y otros dirigentes del PP, bajo el argumento de que atacar estas alianzas es atacar también a quien las ha aceptado entre los populares. Las fuentes consultadas insisten en que su posición no ha cambiado y mantienen una actitud de "mano tendida", pero repiten que no existen los cheques en blanco o los apoyos a cambio de nada.

Esta consideración es extensible a Alberto Núñez Feijóo y su propósito de conseguir una mayoría alternativa a Pedro Sánchez. Vox ya ha dicho que no formará parte de ningún bloque si el PNV forma parte de la ecuación y exige un trato diferencial para el País Vasco, aunque también ha dejado claro que no obstaculizará un Gobierno que evite la "destrucción nacional", como aseveró Santiago Abascal. No obstante, pese al clima de enfrentamiento entre ambas formaciones, Feijóo y Abascal mantuvieron una reunión presencial días después de las elecciones, donde analizaron los resultados y discutieron los pormenores de una hipotética investidura. Los dos líderes están condenados a entenderse y los gobiernos de Murcia y Aragón son el mejor ejemplo.