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Sumar divide a los fundadores de Podemos: Monedero cierra filas con Díaz e Iglesias le marca el paso
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Sumar divide a los fundadores de Podemos: Monedero cierra filas con Díaz e Iglesias le marca el paso

El líder histórico arremete contra Díaz, e integrantes de la ejecutiva recuerdan que acordaron una tregua que él ha roto. Monedero arenga a sus filas para que voten a Sumar aunque tengan que "taparse la nariz"

Foto: El exvicepresidente del Gobierno de España Pablo Iglesias (i) y el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero (d). (Europa Press/Alberto Ortega)
El exvicepresidente del Gobierno de España Pablo Iglesias (i) y el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero (d). (Europa Press/Alberto Ortega)
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Juan Carlos Monedero pide ir a votar a Sumar, aunque sea con la nariz tapada; Pablo Iglesias enmienda la estrategia de Yolanda Díaz a poco más de 10 días de las elecciones generales, y hasta desliza que su candidata no tiene proyecto "para gobernar" si no, más bien, "para intentar evitar que haya una mayoría absoluta de PP y Vox". El primero asegura que "toca no equivocarse, votar Sumar y seguir avanzando", después de que Podemos le entregase el "testigo". El lunes, el segundo reconoció que "hay que votar" y "estar en el Gobierno", pero lo hizo destacando que "mirar para otro lado" ante materias como las cargas de los antidisturbios contra una protesta de trabajadores del metal, en Vigo, "no es inteligente; es absurdo". Como disparaba contra Díaz por no dar la batalla cultural en lo que toca al feminismo o al referéndum catalán: "Ahora parece que estamos asustaditos, en la esquinita del tablero".

Monedero e Iglesias, dos de los cofundadores del partido, escenificaban esta semana dos de las posiciones existentes en el partido morado a cuenta de su relación con Sumar. El primero dirige su fundación y cuenta con voz en la ejecutiva; el segundo es presidente del Instituto República y Democracia, y goza de un predicamento indiscutible en la formación de la que fue secretario general hasta mayo de 2021, seis años después de que Monedero dejase sus cargos orgánicos. El domingo, el veterano profesor de la Universidad Complutense protagonizó un monólogo en su programa, que emite la televisión que dirige Iglesias, animando a sus filas a dejar de "llorar por las esquinas y salir a pelear cada voto". Como Monedero, hay dirigentes morados que exigen un cese total de hostilidades, como se abordó en la propia ejecutiva del partido. Los mensajes de supuestos simpatizantes de Podemos en redes, reclamando votar a Sumar solo en las provincias en las que los morados ostenten posiciones de salida, generan preocupación entre algunos dirigentes. En los territorios, los candidatos participan, pero en Madrid los aliados de Sumar acusan a la cúpula de estar de brazos caídos.

Ambos han discrepado en varias ocasiones —irónicamente, Monedero fue, durante años, mucho más duro que Iglesias sobre Íñigo Errejón, hoy en Sumar— y también se han lanzado algunos recados desde los medios. Sin embargo, ante una decisión tan trascendental, nunca habían mostrado posiciones tan visiblemente alejadas. Distintas fuentes de la ejecutiva detallan que, en los debates en este órgano, cuando se encaró la posible alianza con Sumar, Monedero abogó por una decisión rotunda, por apoyar férreamente a Sumar, sin fisuras, si ese era el rumbo escogido. "Se habló claramente de apoyar a nuestros candidatos, de generar el menor ruido posible", reconoce un dirigente.

Ambos referentes morados han evidenciado que consideran que Díaz ha humillado a Podemos; ambos han cargado contra el veto a Irene Montero —aunque Iglesias no la mencionara el lunes—, y los dos llevan meses cuestionando abiertamente sus decisiones. La diferencia está en que Monedero deja ver que hoy no toca criticar a Díaz por los errores que le atribuye hasta que firmaron el pacto de confluencia —"No es momento de ahondar en los errores previos de Sumar, ya se ha hecho hasta el hastío"—, mientras Iglesias enmienda casi por completo su estrategia. Uno reclama a los potenciales votantes que no se confundan de adversario, el otro evita incluir estos llamamientos en sus mensajes.

Foto: Pablo Iglesias. (EFE/ Kai Forsterling)

De hecho, el primero critica alguno de los nombramientos o propuestas de Díaz, mientras pide a los suyos que se remanguen; el segundo pone en cuestión la letra y hasta la música. Por reclamar, Monedero exige recuperar "la radicalidad que nació del 15-M" desde su perfil en Twitter, pero insiste en un alto el fuego hasta el 24-J. "Ni un solo militante o votante debiera hacer una cosa diferente a la que ha marcado la dirección. Trabajar políticamente implica alinearse con decisiones que no son siempre las que te pide el cuerpo".

Desde el discurso de ambos exdirigentes en la Uni de Otoño del partido, cuando coincidieron en exigir "respeto" a Podemos, la cúpula morada ha cargado contra Díaz y Sumar, sugiriendo que sus posiciones son tibias, o que se apoya en buena parte de los que consideran traidores, del propio Errejón a Alberto Rodríguez, ex número tres del partido de Ione Belarra. Dirigentes de fuerzas que comparten confluencia con Sumar dentro de Podemos, incluso entre quienes han lanzado dardos a los morados en las últimas semanas, llevan tiempo avisando de que la situación podría enquistarse, hasta el punto de favorecer la abstención o el voto útil al PSOE, volando cualquier opción de reeditar el Gobierno de coalición.

Foto: Pablo Iglesias, en el acto de este domingo. (EFE/Mariscal)

Entre las filas moradas, hay quienes no entienden este "día de la marmota" cargado de críticas a Díaz, toda vez que han acordado ir juntos, rebajar decibelios y permitir que la candidata lidere, con las manos libres. Más, apuntan, cuando el núcleo duro morado copa la mayoría de puestos de salida, con algunas candidatas, como Lilith Verstrynge (cuarta por Barcelona) o María Teresa Pérez (dos por Córdoba), situadas haciendo encaje de bolillos. La primera nació en Madrid, la segunda en Alicante. Tampoco comprenden que Iglesias siga dedicando guiños a ERC —llevó a su líder, Oriol Junqueras, a su televisión, Canal Red, hace una semana— o a EH Bildu, dos fuerzas que compiten con Sumar en Cataluña y Euskadi. Ni que parezca hablar desde su "interés" al frente de un proyecto audiovisual.

Este mismo lunes, entre sus críticas a Díaz desde RAC 1, Iglesias reivindicó el papel que, a su juicio, deben tener las formaciones independentistas en la "dirección de Estado". Algo que ni Díaz ni Pedro Sánchez quieren mencionar siquiera a las puertas de unas elecciones, como la vicepresidenta segunda no quiere ni oír hablar de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, porque entiende que hay otras prioridades en la agenda, y considera que Cataluña ya no es un problema de primera magnitud. El problema es que si los simpatizantes de Podemos no acuden en masa a las urnas, como en su día hizo parte de la militancia de IU, tras el pacto entre Iglesias y Garzón para concurrir juntos en las generales de 2016, esos votos se perderán.

Hasta en sus dardos a los moderadores del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo medían de forma distinta. El primero cargaba contra Ana Pastor y Vicente Vallés en un tuit, y el segundo lo hacía en dos programas de su televisión. La hipótesis de que los medios de comunicación funcionan como actores políticos, con más capacidad de influencia que los partidos, es compartida, pero cada uno dimensionaba, a su manera, el esfuerzo para señalarles, algo que saben que Sumar rechaza.

Con todo, Monedero guardaba varios dardos contra Sumar, pero acotados al momento posterior a que firmaran el pacto: "Es el primer intento de frente amplio", aunque "es más amplio que frente"; "Las 14 formaciones más pequeñas se han empeñado en dejar fuera a la más grande", que ha sido "enormemente generosa", dijo. También reclamó "analizar las decisiones de Sumar, "que van a marcar el rumbo", y que "tiene que debatir" también Podemos."No ha sido la mejor de las decisiones poner de número dos a un embajador alineado con Marruecos [Agustín Santos Maraver], porque lesiona la tradicional solidaridad de la izquierda española" con el Sáhara.

Foto: El número 2 de Sumar por Madrid, el diplomático Agustín Santos Maraver. (EFE/Ángel Colmenares)

No le gusta, tampoco, el nombramiento de Elizabeth Duval como portavoz en materia de feminismo e igualdad, por ser un perfil "polémico", como era Montero, y como se esgrimió para excluirla. "No es sensible, con la evidente necesidad de diálogo con el feminismo aún pendiente". Y cuestiona la herencia universal, una de las medidas planteadas por Díaz, pero lo que reclama es debatir sobre ella, explorar escenarios paralelos. "Si no hay una mayoría de Sumar con el PSOE, los barones socialistas van a obligar a Sánchez a que se abstenga para que gobierne el PP". "Me gustaría que el escenario fuera más hermoso (...) pero este es el país que tenemos y al que la izquierda tiene que confrontar con inteligencia". El diagnóstico sobre Díaz es parecido, pero uno vende que toca acatar, y el otro sigue mostrando que no casa con el rumbo marcado. "Así nos va".

Juan Carlos Monedero pide ir a votar a Sumar, aunque sea con la nariz tapada; Pablo Iglesias enmienda la estrategia de Yolanda Díaz a poco más de 10 días de las elecciones generales, y hasta desliza que su candidata no tiene proyecto "para gobernar" si no, más bien, "para intentar evitar que haya una mayoría absoluta de PP y Vox". El primero asegura que "toca no equivocarse, votar Sumar y seguir avanzando", después de que Podemos le entregase el "testigo". El lunes, el segundo reconoció que "hay que votar" y "estar en el Gobierno", pero lo hizo destacando que "mirar para otro lado" ante materias como las cargas de los antidisturbios contra una protesta de trabajadores del metal, en Vigo, "no es inteligente; es absurdo". Como disparaba contra Díaz por no dar la batalla cultural en lo que toca al feminismo o al referéndum catalán: "Ahora parece que estamos asustaditos, en la esquinita del tablero".

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