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La paradoja del pucherazo: por qué el escándalo del voto por correo deja una buena noticia
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Una oportunidad para mejorar

La paradoja del pucherazo: por qué el escándalo del voto por correo deja una buena noticia

Con la aparición de varios escándalos en distintos municipios de España, se ha puesto en duda el sistema electoral español, pero lo ocurrido tiene otra lectura: hay agujeros, sin embargo, el sistema es robusto y los contrapesos funcionan

Foto: Foto: EFE/Raquel Manzanares.
Foto: EFE/Raquel Manzanares.

Melilla, Mojácar, Zamora, Murcia... En los últimos días, se ha multiplicado el número de escándalos aparecidos en la prensa por presuntos intentos de amaño electoral. Y, con ellos, han empezado a crecer las dudas sobre las estructuras del sistema español, los términos como pucherazo o fraude electoral vuelven a dispararse en las redes sociales y hay quien pide incluso impugnar las elecciones. Pero lo ocurrido puede dejar otra lección. Según los expertos, la parte positiva es que los contrapesos están funcionando y estos casos ofrecen una oportunidad para mejorar los procesos, tapando esos agujeros que quedan incluso para las circunscripciones más pequeñas.

En Melilla, el caso más grande de los aparecidos hasta ahora por el número de sufragios afectados, las alarmas saltaron cuando se dispararon las peticiones de voto por correo. Tras conocerse que casi un 20% de la población de la ciudad autónoma había solicitado esta opción, las autoridades empezaron unas investigaciones que culminaron estos días. En el caso de Mojácar, fue una denuncia anónima realizada hace unos meses la que inició las pesquisas, y, en Albudeite, llegó a través de otro caso relacionado con el tráfico de drogas. Además, en pueblos como Moraleja de Sayago, han sido los otros partidos los que han elevado la queja para que sea estudiada por las autoridades.

Foto: Desaparecen las colas en Correos de Melilla tras la orden de pedir el DNI a los votantes. (EFE/Paqui Sánchez)

"Creo que decir que hay agujeros que hay que cerrar y que todo esto nos debería ayudar a poner aún más garantías en los procesos: no es poner en duda el sistema. Es más, que hayan aparecido estos casos da una idea de los espacios en los que hay que trabajar para eliminar cualquier posible problema", explica el politólogo Pablo Simón. Como conocedor de este tipo de procesos, recalca en todo momento que el sistema electoral español es robusto. Tanto el voto presencial como el conteo o, incluso, buena parte del voto por correo cuentan con todo tipo de refuerzos para evitar grandes amaños. "Para que ocurrieran, deberían ponerse de acuerdo miles de voluntades que, además, muchas compiten entre ellas. Cualquier ciudadano puede seguir el conteo, la fuerza que vigila las votaciones son cuerpos que se renuevan para cada ocasión, y además cuentan con presencia de los partidos. Por lo que todas esas dudas sobre el papel de Indra, que es un clásico que vuelve cada año, ya se demostraron falsas", explica.

Lo acontecido estos días ha resucitado el fantasma del fraude electoral, que en los últimos años ha ido cogiendo fuerza con el caso de Donald Trump en Estados Unidos y otros mandatarios que han calcado su estrategia en otros países. Aquí es algo que se ha ido recuperando en cada cita electoral, teniendo como objetivo favorito el papel de Indra como entidad que procesa y transmite los datos de los recuentos. También se ha puesto la vista sobre Correos en determinadas ocasiones por supuestas alteraciones en la recogida de los votos. Todas esas teorías se han desmontado en cada paso por las urnas. Sin embargo, estos escándalos abren un nuevo escenario con situaciones diferentes. No se habla de grandes amaños, sino de pequeñas alteraciones en plazas que se juegan en pocos votos.

"Creo que es ahí donde hay que incidir más visto lo de estos días. Estos casos lo que muestran es que los intentos de amaño a pequeña escala pueden ser algo influyente e interesante para los grupos en lugares con unas elecciones tan reñidas que se decidan por muy pocos votos. Aquí el tema no es un fraude a gran escala, porque en esas situaciones se antojan algo muy difícil, sino que lo que hay que mejorar es para garantizar el juego electoral hasta en los lugares más pequeños y evitar la mínima sospecha", comenta Simón. El caso de Melilla es un buen ejemplo de que, si se busca maniobras a gran escala, es fácil que salten todas las alarmas.

Los números avalan esto. Una tesis doctoral realizada por José Abreu en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre la corrupción en el país mostraba los procedimientos relacionados con fraude electoral en España desde el 2000 al 2020. Dicho estudio contaba hasta 72 casos que habían acabado al menos con investigados, de los cuales el 79% sucedieron en poblaciones inferiores a 10.000 habitantes. Además, la mayoría han estado relacionados con PP (49%) o PSOE (22%) y solo 17 han acabado en condenas.

Obviamente, relata el politólogo, siempre va a haber quien quiera vender su papeleta, pero hay que seguir minimizando al máximo el interés de la compraventa. Que hayan saltado los escándalos para casos de municipios tan pequeños habla bien de los contrapesos, pero no se puede depender solo de que estos actúen cuando haya sospechas. "Hay medidas sencillas que pueden ayudar mucho y acabar con estas situaciones". Este es un momento perfecto para estudiarlas e implantarlas.

El verdadero problema viene el 29-M

Simón hace "una carta a los Reyes Magos" y habla de hasta tres medidas que ya se aplican en otros países y que podrían mejorar el proceso en España. La primera, obligar al voto en cabina, para evitar presiones en municipios pequeños o incluso poner en duda los beneficios de la compra de algún voto. "Es algo que se exige en multitud de territorios. La cabina te da privacidad y seguridad para votar más libremente", comenta.

Las otras servirían para el proceso electoral fuera del colegio. Es decir, para el voto por correo. "Está claro que es en esa parte donde el sistema puede dejar más dudas. Ya no solo por lo que hemos visto estos días, sino porque todo el proceso que debe llevarse hasta el recuento final es delicado. Hay medidas que se siguen en otros países que podrían estudiarse, como la colocación de una urna anticipadamente. Es decir, dejas una urna en un lugar al que cualquiera pueda acudir vigilada por funcionarios y quien lo necesite puede llevar su papeleta allí antes del día de las elecciones". Además, cree, sería una forma de evitar las presiones familiares o de los círculos más cercanos, igual que ocurre con las cabinas, y son un componente a tener en cuenta en estas situaciones.

Por último, hace una recomendación que llega a los propios partidos y su financiación. Según explica Simón, no todos los grupos que se presentan pueden permitirse el envío de papeletas a los electores, por lo que ahí ya tenemos un problema en la competición en total igualdad. Por ello, cree que esto debería llevar a que la propia Junta Electora Central se encargue de los envíos de forma centralizada de los sufragios y así no existan esas diferencias. "Todas estas medidas pueden ayudar a mejorar la competición y garantizar que todo elector efectúa el voto libremente", comenta.

Simón ve este instante un momento perfecto para estudiar los cambios y poner mejoras que den todavía más garantías, pero no solo por lo aparecido estos días. Cada vez, explica, el voto por correo es más importante en nuestro país. Con los años, ha ido creciendo la movilidad de los ciudadanos y cambiado los hábitos, pero es que, además, España cuenta con un fenómeno muy particular: la gente no se empadrona donde vive. O al menos tarda bastante en hacerlo. Por lo que el voto por correo se convierte en la única salida para todos esos emigrados que prefieren mantener su padrón en su vivienda anterior. "Cuanto más crezca esta opción, más necesario será que se refuercen todas las medidas posibles para garantizar un proceso sin agujeros", cierra el experto.

Melilla, Mojácar, Zamora, Murcia... En los últimos días, se ha multiplicado el número de escándalos aparecidos en la prensa por presuntos intentos de amaño electoral. Y, con ellos, han empezado a crecer las dudas sobre las estructuras del sistema español, los términos como pucherazo o fraude electoral vuelven a dispararse en las redes sociales y hay quien pide incluso impugnar las elecciones. Pero lo ocurrido puede dejar otra lección. Según los expertos, la parte positiva es que los contrapesos están funcionando y estos casos ofrecen una oportunidad para mejorar los procesos, tapando esos agujeros que quedan incluso para las circunscripciones más pequeñas.

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