Belarra y Garzón venden la tregua a las puertas del 28-M: "Seguiremos juntos mucho tiempo"

Podemos e IU escenifican la tregua a las puertas de que comience la campaña del 28-M. La tensión entre las dos fuerzas, que concurren juntas en 10 comunidades autónomas y más de un millar de municipios, está latente, pero ambas se empeñan en obviar el elefante en la habitación para arropar a sus candidatos. Ione Belarra y Alberto Garzón han apoyado este martes a Alejandra Jacinto y Roberto Sotomayor, candidatos a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de la capital, en un mitin en pleno centro de Madrid, bajo un sol de justicia y entre gritos esporádicos de "¡Unidad!", tras la intervención de Garzón.

El ministro de Consumo y líder de IU, firme aliado del proyecto político de Yolanda Díaz, Sumar, era quien hacía el gesto de enterrar, públicamente, el hacha de guerra ante Belarra, con quien se fundió en un abrazo tras meses de gelidez y tiranteces. El lunes, en la manifestación del 1 de mayo, Día del Trabajador, eran la número dos de Podemos, Irene Montero, y la propia Díaz, quienes aparecían retratadas juntas en una foto. La vicepresidenta segunda también se dejaba ver junto a Mónica García, candidata de Más Madrid, que compite con la lista de Podemos, IU y Alianza Verde, a la que distintas auguran un futuro muy incierto, con serio riesgo de no lograr representación. Garzón obviaba el malestar que atenaza a la izquierda y describía a Belarra como una "compañera y amiga", al frente de un partido "fundamental, en la historia, el presente y el futuro de nuestro país".

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Los morados, según Garzón, han contribuido a "mejorar la vida de las familias trabajadoras de este país", y por eso defendía que seguirán "trabajando juntos y juntas mucho tiempo". Incluso reconocía el rol de la secretaria general de Podemos a la hora de impulsar la ley de vivienda -"La ha puesto en marcha la compañera Ione"-. Era Belarra quien daba el paso de abrazarle, para después desgranar una intervención sin nuevas propuestas políticas, y construida sobre el diagnóstico de que "la valentía" de Podemos les hace necesarios.

La secretaria general de Podemos, en su línea, defendió que su partido seguirá haciendo "lo que mejor sabemos hacer: decirle la verdad a la gente". Por eso remachó que son los únicos que se atreven a tildar de "antipatriotas" a los grandes empresarios que están logrando "beneficios multimillonarios" mientras hacen "crecer la inflación"; o a denunciar que España no tiene "una democracia plena", sino "limitada". En el camino, cargaba contra Alberto Núñez Feijóo y las "derechas asalvajadas" que "van a derogarlo todo", y golpeaba también al PSOE. "No se frena a estas derechas siendo timorato"; "Necesitamos llevar a cabo cambios estructurales más rápido", apuntaba.

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Junto a Belarra y Garzón, Jacinto y Sotomayor reivindicaban la ley de vivienda del Ejecutivo central, y ambos torpedeaban a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, acusándola de "dejar morir" a más de 7.000 personas en las residencias durante la pandemia. "Hoy ni siquiera nos ha puesto una silla", decía la candidata autonómica, en referencia a la polémica protocolaria entre Ayuso y el Gobierno de Pedro Sánchez. "Está claro a quién teme", relataba Jacinto, reclamando el voto para un gobierno "de los cuidados" y de los derechos, frente al actual Ejecutivo "del maltrato" y "de derechas".

Apenas treinta personas gozaban de sillas, y el resto asistían de pie, intentando escapar del sol, en la plaza de San Ildefonso, en el barrio de Malasaña, uno de los pocos feudos de la izquierda en el centro de la capital. En el escenario, Sotomayor acusaba al Gobierno de Ayuso de dedicarse a "generar odio". Consideraba a José Luis Martínez Almeida "el peor alcalde de la historia de Madrid", y criticaba que la oposición "se lo ha puesto fácil" a ambos candidatos del PP, "blanqueando su figura", o evitando ponerles en más ocasiones "contra las cuerdas".

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Sotomayor sí hacía mención al trabajo de Garzón para limitar la publicidad de las casas de apuestas, Belarra y Jacinto no le reconocían méritos concretos al ministro de IU. Y era la número dos por la Asamblea, Carolina Cordero (IU), quien se atrevía a hablar, por primera vez, del elefante en la habitación. "Somos la candidatura que apuesta por la unidad"; "lo fácil es mirarse el ombligo", disparaba contra Más Madrid. En la misma línea, decía desconfiar "de los proyectos políticos que quieren gustar a todo el mundo". Sus compañeros, sobre el escenario, aplaudían. No hubo mención alguna a Díaz; tocaba vender la imagen de la tregua tras meses normalizando el fuego amigo.