Page y Lambán censuran el cambio del delito de sedición que apoya la mayoría de barones

Contestación interna en el PSOE, pero limitada y sin que haya riesgo de extenderse en forma de rebelión. La supresión del delito de sedición por el que fueron juzgados los líderes del procés se ha encontrado con la oposición de los barones socialistas en Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page, mientras que la gran mayoría la apoyan o prefieren evitar el ruido y hacer de esta cuestión un enfrentamiento público cuando restan menos de 200 días para las elecciones municipales y autonómicas. En lo que sí coinciden todos los líderes socialistas es en no caer en la contraofensiva del PP, que está presentando mociones en ayuntamientos y parlamentos autonómicos para intentar retratar a los socialistas.

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EFE

Tras conocerse las intenciones del Gobierno, desde Génova buscan las costuras a los socialistas al apuntar que "el silencio de sus mandos intermedios" supone "una traición a los valores que un día decidieron representar". El propio Lambán, crítico con la supresión del delito, ha votado en contra de la iniciativa de los populares en las Cortes aragonesas para rechazar "cualquier rebaja del delito de sedición".

La consigna pasa por no ser utilizados como "arietes" contra Pedro Sánchez. El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que habitualmente se ha mostrado crítico con las concesiones al independentismo, se ha mantenido en una posición intermedia. Vara ha evitado apoyar la medida, pero poniendo en valor que "hace cinco años con el actual Código Penal, al gobierno del PP le hicieron dos referéndums de independencia y una DUI (Declaración Unilateral de Independencia)". Entonces, recordaba esta mañana a través de las redes sociales, "España se rompía". "Hoy, con otro gobierno, lo que se ha roto es el independentismo y el procés, concluía.

La marejada interna es menor a cuando el Gobierno tramitó los indultos a los presos independentistas, a la que también se opusieron Lambán y Page, tras abrir la veda el expresidente Felipe González. El presidente castellano-manchego, que entonces cargó las tintas contra una decisión que, según sus palabras, "más que una medida de gracia, me parecería una desgracia'' y que se convertiría en una "condena" para su partido, mantiene ahora un tono más suave y alejado de la confrontación.

No comparte el planteamiento del Gobierno, según ha reconocido públicamente, aunque subrayando que pese ello entiende la necesidad de "buscar entre todos la mayor convivencia en Cataluña". Este es precisamente el principal argumento del Gobierno para justificar la supresión del delito de sedición. Asimismo, Page matiza sus diferencias en una cuestión de tiempos: "Primero que pagan y luego tipificamos como abordar futuras intentonas".

En otros territorios gobernados por los socialistas, como Comunidad Valenciana y Baleares, se muestran abiertamente favorables a la reforma del Código Penal. La misma posición que defienden los socialistas catalanes o los andaluces. En el entorno de Ximo Puig priorizan que "haya convivencia y diálogo", mientras que la presidenta de Baleares, Francina Armengol, se ha mostrado "absolutamente de acuerdo" sobre un paso que considera "necesario". El líder del PSC, Salvador Illa, ha coincidido con el argumento utilizado por el Ejecutivo al destacar que "es de sentido común incorporar la experiencia de la aplicación de algunos tipos delictivos a los hechos que pasaron en Cataluña en 2017".

El PSOE de Andalucía, completamente alineado con Sánchez desde que Juan Espadas desalojó a Susana Díaz de la sede de San Vicente, tampoco se sale del guion. "El PSOE está intentando devolver estabilidad y serenidad", apuntan desde la dirección socialista, muy críticos con la reacción del PP al anuncio del presidente del Gobierno.

En el PSOE andaluz descartan que la reforma del delito de la sedición vaya a suponer un nuevo golpe en su electorado. "Tiene el recorrido que tiene, que es poco", afirman estas fuentes, que admiten que las relaciones del Gobierno central con partidos independentistas como ERC o Bildu solivianta a parte del votante clásico del PSOE andaluz. "Hay que pensar que al jubilado al que ahora le suben la pensión tiene que darle las gracias a ERC por apoyar la propuesta del PSOE", zanjan desde la cúpula del partido en Andalucía. Una posición similar a la que defienden los socialistas valencianos, negando que esta decisión les vaya a pasar factura en las urnas, tanto por su efectividad para desinflamar la situación en Cataluña como porque no se trata de un tema candente en la opinión pública, sino más enmarcado en la opinión publicada.