Pablo Cambronero, el diputado 'fantasma' al que Batet cedió la palabra y troleó a Moncloa

Marzo de 2021. Pablo Cambronero, diputado de Ciudadanos por Sevilla, comunicó a Inés Arrimadas que no seguiría un día más a bordo del barco. La fallida moción de censura en Murcia con el PP y de la mano del PSOE precipitó una fuga masiva de cargos del partido naranja, y él no fue una excepción. No renunció al acta, sino que continuó su periplo en el Congreso de los Diputados adscrito al Grupo Mixto para "defender el programa electoral que firmé". Fue entonces cuando el diputado comenzó una auténtica travesía por el desierto. En un año y medio, el sevillano no ha intervenido ni una sola vez en la Cámara Baja porque sus compañeros de grupo, asegura, han limitado al mínimo su participación política amparándose en el último acuerdo del pacto antitransfuguismo. Hoy ha conseguido romper ese silencio con motivo del debate sobre el estado de la nación, en el que Meritxell Batet le ha cedido la palabra.

Como bien ha señalado la presidenta del Congreso, son los grupos parlamentarios los que deciden los tiempos de intervención de cada uno de sus diputados. Durante meses, Pablo Cambronero ha venido denunciando en redes sociales que el Grupo Mixto le apartaba sistemáticamente de la actividad del Congreso. Nunca intervino en ningún pleno, de ahí la "sorpresa" con la que recibió la decisión de Batet de dejarle intervenir en la Cámara Baja durante tres minutos ante la "excepcionalidad absoluta" en la que se enmarca el debate de la nación. "No me había preparado nada", admitió el diputado, entre la burla de algunas señorías.

En su primer y seguramente último turno de intervención en el hemiciclo, Pablo Cambronero aprovechó el foco para señalar el "abandono" al que Sánchez tiene sometida a su provincia, Sevilla. "Es importante, porque acaba de perder esa provincia cuando nunca había sucedido", lanzó. Y no fue el último misil que dirigió a Moncloa. El exdiputado de Ciudadanos cargó contra las medidas desplegadas por el Gobierno, que "suenan más a una especie de espectáculo circense de humo para perpetuarse en el poder y podemizarse más", y citó a Cicerón para manifestar que "cuanto más cerca está la caída de un imperio, más locas son sus leyes".

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Cuando ingresó en el Grupo Mixto, la entonces portavoz, Ana Oramas, comunicó al dirigente que su actividad parlamentaria sería prácticamente nula. Forma parte de una comisión menor en el Congreso, la de Peticiones -que se reúne a puerta cerrada-, por lo que la única vía para canalizar su participación política es la de las preguntas parlamentarias, un total de 545 desde que abandonó Ciudadanos. Precisamente, ha aprovechado esta circunstancia para cargar contra el Gobierno entre las risas de la bancada socialista. ¿Le hace mucha gracia no? Dígale a sus asesores que a ellos les va a hacer poca cuando reciban mis peguntas este verano", contraatacaba. "Dígales que no se vayan de vacaciones", añadía.

El dirigente vagó durante meses por las diferentes dependencias del Congreso para realizar su trabajo parlamentario, ya que, en principio, al no tener grupo parlamentario, el Grupo Mixto no le concedió despacho en la Cámara Baja, lo que le costó al dirigente diferentes recursos a la Mesa. Tras dar la correspondiente batalla, Pablo Cambronero ya tiene una sala asignada en sede parlamentaria como el resto de representantes. "Poco a poco voy recuperando derechos. Es una lucha", se queja.

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El diputado sevillano ya no está solo en el grupo de no adscritos en el Congreso. La expulsión de Sergio Sayas y Carlos García Adanero de UPN tras romper la disciplina marcada por el presidente del partido, Javier Esparza, en la votación de la reforma laboral les ha llevado a sentarse en el gallinero del Congreso junto a Pablo Cambronero y demás representantes del Mixto. Este miércoles, Sánchez se ha dirigido a todos ellos en un tono especialmente duro. "Hay pocas cosas más mezquinas en política que traicionar a tus siglas, a tus ideas y a tus compañeros", censuró.