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'Vía Mañueco': los pactos con Vox se imponen en ayuntamientos y comunidades
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Investidura en Castilla y León

'Vía Mañueco': los pactos con Vox se imponen en ayuntamientos y comunidades

El 'efecto Feijóo' agranda la brecha con los de Abascal, pero siguen siendo la llave en la mayoría de los territorios. La ultraderecha exigirá entrar en los gobiernos

Foto: Mañueco, junto a Núñez Feijóo, en el congreso de Sevilla. (EFE/Raúl Caro)
Mañueco, junto a Núñez Feijóo, en el congreso de Sevilla. (EFE/Raúl Caro)
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Los votos de Vox harán hoy presidente de Castilla y León a Alfonso Fernández Mañueco. Será el primer Gobierno de coalición con el partido de Santiago Abascal. Un hecho histórico que promete repetirse tras las elecciones autonómicas y municipales de 2023. Entre los barones y alcaldes del PP hay confianza en que el subidón que reflejan las encuestas tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo les permita obtener "mayorías suficientes" para mermar la dependencia de la formación de ultraderecha. La demoscopia refleja que el PP está al alza, pero como explican los más veteranos en esto de las tendencias, en un año no dará tiempo a frenar a Vox. La crisis económica está movilizando el voto indignado. "La gente se cabrea cuando echa gasolina, va a la compra o ve que sus ahorros pierden valor. El malestar se disparará cuando la inflación alcance los dos dígitos", pronostica un alto cargo popular que concluye que ese votante es el que engorda a la ultraderecha.

La guerra a causa de la invasión rusa de Ucrania está favoreciendo a los extremistas. El tirón de Marine Le Pen en las presidenciales francesas que se celebraron ayer viene a constatar la consolidación de perfiles duros en la derecha. El cambio de liderazgo en el PP ha arrebatado en pocos días al PSOE la primera posición de cara a unas elecciones generales. Los populares suben y agrandan su distancia con el partido verde al rozar casi el 30% del voto, pero siguen dependiendo de Vox para sumar los 178 escaños en el Congreso que les permitan gobernar. En los territorios, la fotografía es la misma, pero con un fuerte crecimiento de Vox. Las estimaciones que manejan los barones los llevan a ser optimistas, aunque ninguno podría ser investido sin la venia de la ultraderecha. Un ejemplo es el barómetro del Grupo de Investigación de la Universidad de Murcia, que daba una abultada victoria al PP. Las entrevistas se realizaron en plena convulsión y ya recogían el fin de la era Casado. El presidente López Miras obtendría 19 diputados en la asamblea regional y un 36,6% de los apoyos. Sumaría más que la izquierda, ya que entre los 15 del PSOE y los tres de Podemos no alcanzarían a formar un Gobierno alternativo. La clave es que los de Abascal doblarían el resultado obtenido en 2019 y pasarían de cuatro a ocho representantes. En Andalucía, que será la primera en ir a las urnas, Vox suma 10 escaños más, según el CIS andaluz. El escenario se repite en la Comunidad Valenciana o en La Rioja. El PP se dispara, Vox decide.

Foto: La diputada de Vox, Macarena Olona. (EFE/Mariscal)

La esperanza entre alcaldes y presidentes autonómicos pasa por seguir el 'modelo Ayuso': apoyo parlamentario de Vox y gobierno en solitario. Analizando cómo han sido las negociaciones en Castilla y León tras hablar con los protagonistas, esta pretensión es más un deseo que una realidad. Por primera vez, los de Abascal han entrado en un Gobierno y fuentes del partido confirman que lo harán siempre que las urnas les den el "peso suficiente" para gobernar. ¿La medida? El porcentaje de votos que tenía Ciudadanos. Durante las conversaciones para desbloquear la investidura de Mañueco se han mantenido firmes. Han llegado a poner sobre la mesa una repetición electoral. Mañueco no se lo podía permitir. Encuestas de Génova que se realizaron tras el 13-F ante la posibilidad de no llegar a un pacto reflejaban que los castellanoleoneses votarían igual. El PP subía un poco y Ciudadanos desaparecía. Sus votos se repartían entre populares y socialistas. El mismo tablero.

placeholder Santiago Abascal, durante una intervención en el Congreso.
Santiago Abascal, durante una intervención en el Congreso.

En Andalucía, si son determinantes, irán a por todas y pondrán a Juanma Moreno contra las cuerdas. "Si el PP piensa que puede gobernar sin nosotros, se miente a sí mismo", concluye un destacado representante de Vox. Entre los populares, también hay quienes tienen claro que les tocará ir a una coalición. Los alcaldes son más pragmáticos. En los pasillos del congreso de Sevilla se escuchaba que lo importante era no tanto pactar con Vox, sino qué se pacta. En esto ha estado Mañueco en los últimos días. Ha habido cesiones, como una ley de violencia intrafamiliar o de la concordia, pero se han mantenido las normas de violencia de género y frenado el choque con los tribunales ante la exigencia de los verdes de derogar la Ley de Memoria Histórica. El programa será lo que permita al PP que no lo contaminen más de lo necesario sus gobiernos con la ultraderecha. No ante su votante, que los tolera, sino ante la campaña de la izquierda. En el reparto de cargos, Vox ha optado por consejerías con perfil bajo para no quemarse en la gestión. Busca entre ex del PP para tapar huecos porque no cuenta con cantera. Mañueco compensará con la incorporación de más mujeres en busca de la paridad, lo que llevará a alguno de sus consejeros a no repetir.

Feijóo ha marcado distancias desde su llegada con los de Abascal. Su estrategia pasa por evidenciar las grandes diferencias que hay con Vox. No son partidos homologables para el gallego y por eso no duda en etiquetarlos como ultraderecha. Es cierto que ha ido modulando el discurso. El pacto en Castilla y León aprieta. Su hoja de ruta está marcada y pasa por ensanchar al PP por el centro e incluso por la derecha. Con un PP fuerte, buscará siempre que el PSOE le preste los votos necesarios. No ha variado en su intención de proponer un gran pacto para que gobierne la lista más votada. Al PSOE, a tenor de las encuestas, no le interesará, pero a los alcaldes populares tampoco. Hay feudos socialistas en las grandes ciudades a tiro de la pinza PP-Vox. Feijóo dará libertad a los suyos para pactar con los de Abascal. Siempre tendrá la coartada de que no hay alternativa. Cuando le toque a él, ya se mojará.

Los votos de Vox harán hoy presidente de Castilla y León a Alfonso Fernández Mañueco. Será el primer Gobierno de coalición con el partido de Santiago Abascal. Un hecho histórico que promete repetirse tras las elecciones autonómicas y municipales de 2023. Entre los barones y alcaldes del PP hay confianza en que el subidón que reflejan las encuestas tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo les permita obtener "mayorías suficientes" para mermar la dependencia de la formación de ultraderecha. La demoscopia refleja que el PP está al alza, pero como explican los más veteranos en esto de las tendencias, en un año no dará tiempo a frenar a Vox. La crisis económica está movilizando el voto indignado. "La gente se cabrea cuando echa gasolina, va a la compra o ve que sus ahorros pierden valor. El malestar se disparará cuando la inflación alcance los dos dígitos", pronostica un alto cargo popular que concluye que ese votante es el que engorda a la ultraderecha.

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