El anuncio de Sánchez de enviar armas a Ucrania rompe en dos el Gobierno

El anuncio de Pedro Sánchez de enviar armamento de forma directa a Ucrania para defender el país de la invasión de Rusia ha abierto una profunda crisis en el Gobierno de coalición, según confirman a El Confidencial fuentes de Podemos. Los morados se desmarcan de la decisión anunciada por Sánchez en el pleno del Congreso de este miércoles porque consideran que supone que España se implique directamente en una posición belicista. La rectificación se ha justificado porque, según el presidente del Ejecutivo, algunos grupos parlamentarios ponían en cuestión esta posición no intervencionista, por lo que se ha tomado en favor de buscar la unidad política de todo el Congreso. La primera muestra de unidad ha sido la ovación conjunta de toda la Cámara al encargado de la Embajada de Ucrania que asiste al pleno del Congreso como invitado, pero se ha roto desde el flanco de la coalición.

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El PSOE trasladó en la noche de este martes a Yolanda Díaz que Sánchez se estaba valorando este anuncio, transmitiéndole el apoyo a su decisión. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares fue el encargado de avisar a la ministra de Podemos Ione Belarra, mientras que su respuesta fue totalmente diferente. Los morados pidieron que no se tomase esta decisión porque supondría cambiar de posición, según ha podido saber este diario. Al mismo, tiempo advirtieron que rompería la estabilidad del Gobierno.

Cuando Sánchez ha avanzado la medida, la primera reacción de los morados ha sido la de decir que no apoyarán la implicación militar de España, ya que supone un paso al frente en el que no quieren participar. El portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha enarbolado el 'no a la guerra' y ha lamentado que "no se está haciendo de manera suficiente" la exploración de vías diplomáticas.

Sobre el envío de armas, Echenique ha trasladado desde la tribuna que "es un error". "Lo haga España o cualquier otro país es un error porque no es eficaz", ha insistido, explicando que la resolución del conflicto no pasa por "armar a la sociedad civil". En esta línea, ha establecido el antagonismo entre apostar por la vía diplomática o la escalada, posicionando a Podemos en la primera opción frente a la segunda que habría tomado Sánchez.

Ni Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, ni Irene Montero, titular de Igualdad, se han levantado a aplaudir al jefe del Ejecutivo, como sí lo hicieron el resto de miembros del Gobierno. Tampoco lo ha hecho Enrique Santiago, número dos de Belarra. Sí ha aplaudido junto al resto de la bancada azul, sin embargo, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, evidenciando las diferencias que existen en el área de Unidas Podemos en el Gobierno. Mientras desde la parte morada del Ejecutivo señalan su "preocupación" por el anuncio del presidente y también sobre las consecuencias en la coalición de una escalada bélica con la participación de España, Díaz ha manifestado en los pasillos del Congreso "todo el apoyo" a Sánchez.

La líder de Podemos ha rechazado la decisión de Sánchez, argumentando que "contribuir a la escalada bélica no va a resolver antes el conflicto y puede llevarnos a un escenario completamente incierto y muy peligroso de conflicto mundial". Belarra ha criticado la intervención del presidente del Gobierno porque "hemos echado en falta referencias a las vías diplomáticas y eso evidencia que España y la UE no están poniendo todo el esfuerzo que deberían en reforzar las vías diplomáticas y que podamos tener una solución dialogada y pacífica al conflicto".

La cacofonía dentro de las filas de Unidas Podemos es notoria. Este martes, el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, sí se abría al envío de armas, aunque dentro del marco de la UE y por la legitimidad dentro del derecho internacional. "La resistencia del Ejército ucraniano a la invasión es legítima, por eso también nos parece legítimo que la comunidad internacional preste ayuda a un Estado que ha sido agredido". Eso sí, priorizaba también la vía humanitaria y la de las sanciones económicas a Rusia, al tiempo que mostraba su respaldo a las decisiones que está adoptando el presidente del Gobierno.

La decisión tensa al máximo la estabilidad del Gobierno de coalición de cara a lo que resta de legislatura. Existe un profundo malestar en Podemos por varias razones. En primer lugar, porque consideran que enviar armas a la resistencia ucraniana sería ineficaz. El segundo lugar, porque consideran que sus socios del PSOE no han aguantado la presión de la bancada de la derecha. Y, en tercer lugar, porque Podemos prefería apostar hasta el final por la vía diplomática. De hecho, denuncian que el presidente del Gobierno no ha hecho ni una mención a esta solución diplomática durante toda su intervención.

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De los países europeos, solo Hungría mantenía una posición similar a la de España antes de la rectificación de Sánchez. El argumento que se esgrimía desde Moncloa hasta ahora era que se contribuiría a la dotación de armamento militar para hacer frente a la invasión rusa de Ucrania solo si la Unión Europea realizaba una compra centralizada. Pese a todo, Sánchez sigue priorizando que la respuesta militar europea sea coordinada porque "este ataque es a la UE" y "por eso apoyamos la activación del Fondo Europeo de Ayuda para la Paz". Este fondo se acordó en 2019 y se extiende hasta 2027 con una dotación de más de 5.000 millones de euros.

El Gobierno sugería hasta ahora que con su contribución al fondo está financiando también el envío de armas, aunque sea de manera indirecta, al contribuir con parte del reembolso que recibirán los países que apuesten por enviar material letal. Sin embargo, según las directrices establecidas, son los Estados miembros los que compran aquel material que quieren hacer llegar a Ucrania y, después, reciben un reembolso por parte del Fondo Europeo de Ayuda para la Paz. En el Diario Oficial de la Unión Europea se especifica quiénes son los encargados de ejecutar esta decisión europea: una larga lista con los 27 ministerios de Defensa de los distintos Estados miembros. Incluso tendrán que ser los propios países los que se encarguen del traslado del material hasta Ucrania.