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La vuelta al campo: es posible crear una empresa en un pueblo de 431 habitantes
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LA DESPOBLACIÓN EN ZONAS RURALES

La vuelta al campo: es posible crear una empresa en un pueblo de 431 habitantes

Castilla-La Mancha, uno de los paradigmas de la España vaciada, cuenta con una ley específica para favorecer la implantación de pequeñas empresas y autónomos en el ámbito rural

Foto: Paula Calleja, creadora de Red Plantea. (Cedida)
Paula Calleja, creadora de Red Plantea. (Cedida)

El 80% de los pueblos de Castilla-La Mancha no supera los 2.000 habitantes y en ellos tan solo vive el 15% de la población. La región, uno de los paradigmas de la España vaciada, aprobó el pasado mes de mayo una ley para revertir la huida del campo a la ciudad. La norma, entre otras medidas, recoge importantes ayudas para favorecer la implantación de pequeñas empresas y autónomos en el ámbito rural. Y, aunque todavía es pronto para poder testar el alcance de la ley, diversas iniciativas impulsadas por aquellos que en su día decidieron dejarlo todo en la urbe han conseguido echar raíces y florecer. Proyectos de corte innovador o ligados a la recuperación de oficios artesanales que no solo han brindado una segunda oportunidad a sus creadores, también a aquellos pequeños municipios donde se han asentado.

"Soy de Soria y el medio rural y el frío no me espantan. En realidad, me engañaron por amor"

"Si yo he ideado Red Plantea y me he vuelto a Molina de Aragón (3.295 habitantes, provincia de Guadalajara) es para recoger champiñones los miércoles por la tarde en el campo con mis hijos". Paula Calleja, premio Emprendedora del Año por el Gobierno de Castilla-La Mancha, resume así lo que ha sido un auténtico proyecto de vida y un cambio total en su trayectoria laboral.

Trabajadora durante tres años en un parque natural de Guadalajara, su próximo destino en la administración autonómica era Toledo, algo que no le convencía en absoluto. "Yo soy de Soria y el medio rural y el frío no me espantan ni me son nuevos… En realidad, me engañaron por amor", sonríe mientras habla de Santi, su pareja, natural de esta localidad que da nombre a todo un Señorío y es una de las tierras más gélidas de España y Europa.

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Foto: Efe

"Con este clima nos hemos especializado en la planta de frío, evidentemente. Red Plantea es un centro de jardinería y floristería un poco especial, que tiene su sede en Molina de Aragón, pero que atiende 'online' a todo el mundo". Para Paula, sus hijos Jaime, Aitana y Alba —de nueve, siete y cuatro años— son esenciales. "Me ayudan a descargar el camión y tengo toda la tienda accesible para ellos… Y, por supuesto, el jardín, donde pueden salir a jugar sin ningún tipo de peligro".

De hecho, Red Plantea cuenta con el distintivo de entorno 'kids friendly' (amigable para los niños), pues también tiene una red de talleres que hace del centro de jardinería un lugar muy atractivo para el turismo familiar. Vienen padres y niños de Teruel, Zaragoza o Guadalajara que han encontrado el sitio en la red. "Soy la única colgada de España que ha hecho esto, pero solo puedo decir que hasta ahora me va bien. Yo no quería ser una de esas ejecutivas que pasa todo el día fuera de casa sin ver a sus hijos. Aquí están conmigo y me ayudan".

Su negocio es centro de jardinería y agricultura ecológica. Fue uno de los que recibió ayudas por parte de la Junta dentro de su política de lucha contra la despoblación y recibió la visita hace algunos meses del vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro. Por las mañanas abre la tienda de Molina y durante las tardes se dedica a atender los pedidos online y prepararlos. Se ha convertido en una auténtica especialista en flor preservada. "Después de Filomena, muchas fichas botánicas deberán revisarse, porque hemos comprobado que determinadas especies son mucho más resistentes al frío de lo que pensábamos".

De veinte años en Vodafone a las algas

Antonio Pellón, 44 años, pasó casi media parte de su vida como ejecutivo de una gran multinacional. Su experiencia laboral en Vodafone le permitió, no obstante, realizar un TFG (Trabajo Fin de Grado) en ADE, que le abrió los ojos y le hizo cambiar el prisma de su vida. Fue entonces cuando dejó Madrid, volvió a su Almonacid del Marquesado natal (431 habitantes, provincia de Cuenca) y montó Aldous Bio, una empresa que en poco más de cuatro años puede multiplicar por tres su tamaño.

"Yo me baso en datos objetivos y sobre ellos actúo. Siempre digo en algunas de las charlas que me invitan para emprendedores que no hay que pensar en lo que a uno le gusta, sino en lo que al cliente le gustaría y estaría dispuesto a pedir. Hay que trabajar sobre tendencias con valor añadido", señala. Por eso, enseguida comprobó que negocios ecológicos como el que ha puesto en pie, basado en alimentación saludable y vegetal, tenían un futuro clarísimo.

Dice, además, que ya ha descubierto dos líneas de negocio, una basada en precio y otra en calidad. Y ambas le funcionan muy bien, pues asegura que hay gente que no está dispuesta a pagar según qué cantidades, pero otras sí. Algas o espirulinas son algunos de los productos que trabaja al máximo nivel y que son demandados cada vez más por usuarios a través de internet.

placeholder Antonio Pellón, creador de Aldous Bio. (Cedida)
Antonio Pellón, creador de Aldous Bio. (Cedida)

"Venir al pueblo tiene unas ventajas indudables. Además, en Castilla-La Mancha tenemos un paraíso administrativo. Yo digo que aquí lo que hay son personas y no ventanillas. Además del lujo que supone que en una sola mañana puedas hacer todos los trámites en Cuenca", indica. "Lo fundamental es ser competitivo y aquí lo eres. El terreno, por ejemplo, con el que voy a levantar mi nueva fábrica en Almonacid es de 7.000 metros cuadrados y aquí el precio es de dos euros el metro cuadrado, algo razonable, impensable en una gran ciudad", rubrica.

Según Pellón, debes tener claro dónde puedes ser más competitivo que los demás para darle viabilidad a la empresa y a partir de ahí, no dejar de formarte ni reciclarte. Recientemente, ha venido de un encuentro internacional en Ginebra, donde se juntan los mayores especialistas del mundo en alimentación ecológica, saludable y vegetal. "Ahora puedo enviar pedidos tranquilamente a Alemania o Italia, por ejemplo. Amazon te lo entrega en veinticuatro horas. Y también Correos nos presta un buen servicio en las zonas rurales. La conectividad y el 5G son esenciales".

En la actualidad, cuenta con 14 trabajadores, aunque la buena marcha de la empresa indica que en poco tiempo ampliará plantilla con la nueva fábrica que construirá en Almonacid. "Nos han querido comprar ya cuatro veces, la última hace unas semanas, pero de momento, no quiero. Se nos ocurrió la idea en el garaje del abuelo de mi mujer. Y no soy de Silicon Valley, pero sí de Almonacid y yo quiero a mi pueblo", concluye.

El arte de la recreación histórica

Elena y Emilio son una pareja de Cuenca y Valencia que hartos de Madrid, se dieron la vuelta hacia la Serranía Conquense. Después de visitar varios pueblos, se instalaron en Tragacete (259 habitantes). "Es muy importante la administración local y cómo sea el alcalde. Nosotros nos entrevistamos con varios y vimos que Diego —Diego Yuste, primer edil de Tragacete— era el mejor. Es creativo, emprendedor y nos dio todo tipo de facilidades", señala Elena.

Plan B fue el inicio de su aventura hace un año, pero los meses y sobre todo la carga de trabajo de la empresa de productos de recreación histórica que ideó hace unos años su pareja, han determinado que finalmente los esfuerzos de ambos se dirijan hacia Northern Trader, especialista en artilugios de otros tiempos que concitan el interés de numerosos clientes, sobre todo, fuera de España. Han tenido pedidos importantes también de series o productoras. Para ambos, lo fundamental es fomentar la artesanía y los oficios que Emilio domina de manera espléndida, como la bisutería, el latón o el cuero. Elena se ha vuelto también una sibarita de los tejidos.

"Nos gusta el contacto con la naturaleza y el ritmo de vida en Madrid era muy alto. Llevábamos pensándolo tiempo y después de muchas cuentas, vimos que en Cuenca reduciríamos los gastos. Eso sí, hay que tenerlo todo muy claro y tampoco idealizar el medio rural. Debes plantearte una estructura del negocio, porque va a ser tu medio de vida. Hay que hacer muchos números", indica.

placeholder Emilio Ferrández, creador de Northern Trader. (Cedida)
Emilio Ferrández, creador de Northern Trader. (Cedida)

Por la mañana, reparten las funciones. Mientras Emilio trabaja en alguno de los pedidos formulados, Elena realiza envíos a través de Correos y se encarga de la logística más fundamental. "El objetivo con el que vinimos hace un año está cumplido. El balance es muy positivo, porque hemos encontrado un ritmo de vida mucho más lento, aire limpio y animales que te encuentras a tu alrededor. Además, el invierno no es para tanto, como nos decían al principio, y eso que el anterior fue duro. Nos sentimos afortunados y contentos con el cambio", resume.

Son más los proyectos que se están levantando en Castilla-La Mancha a la luz de la ley de lucha contra la despoblación y los incentivos que plantean. El último, por ejemplo, uno de carácter social impulsado por Cáritas que ha abierto en Letur (928 habitantes) un bar con personas en riesgo de exclusión social que pertenecían a la Fundación El Sembrador, con sede en Albacete. Las ideas surgen, fluyen y se concretan. No es el Beatus Ille de Horacio, pero en algo se le asemeja.

Radiografía demográfica

Castilla-La Mancha tiene una población de 2.049.455 habitantes, la novena de España y, curiosamente, es una de las regiones que durante el siglo XXI ha experimentado una subida en sus registros absolutos. Sin embargo, el crecimiento ha sido muy desigual. Mientras las capitales o zonas industriales aumentaban progresivamente, la población de los núcleos rurales disminuía. Su densidad de población además es una de las más bajas de España, al alcanzar únicamente los 26 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que la media del conjunto del territorio se sitúa en 94.

Foto: Foto: Reuters. Opinión

Las zonas de la Sagra en Toledo o el Corredor del Henares en Guadalajara han experimentado un crecimiento muy superior a la media, debido a su cercanía con la Comunidad de Madrid. Especial mención merece esta última provincia. Pese a haber experimentado un notable crecimiento en la zona del corredor, el resto, sin embargo, confirma el paradigma de lo que se ha dado en conocer España vaciada. Según el INE, de sus 288 municipios, 224 tienen menos de 200 habitantes, el 77,8%. Solo ocho de ellos supera los cinco mil habitantes.

Otras zonas como el campo de Montiel, en Ciudad Real, también han sufrido el fenómeno de la despoblación. Con 2.812 kilómetros cuadrados, cuenta solo con 27.903 habitantes, lo que deja una de las densidades de población más bajas de España, 9,92 habitantes por kilómetro cuadrado. El pueblo que da nombre a la comarca, Montiel, tiene en la actualidad 1.294 vecinos, mientras que en 2005, veintiún años atrás, contaba con 1.700. Es el lento goteo de la marcha y el éxodo rural.

Foto: Cerro Gordo de Calatrava. (Alamy)
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Sin embargo, la provincia que cumple las características principales de zona despoblada, hasta el punto de merecer atención especial de la Unión Europea junto a Soria y Teruel, es Cuenca. Aunque en 2020 experimentó una subida de doscientos habitantes por vez primera en los últimos diez años, su radiografía demográfica no deja lugar a dudas. Cuenta con una población de 196.139 personas para una superficie de 17.141 kilómetros cuadrados, lo que deja una densidad de población de 11,59 habitantes por kilómetro cuadrado.

Con un 3,4% de la superficie nacional, sin embargo, su población solo representa un 0,46% del total del país y el 10,3% de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Cuenca y Tarancón son los principales núcleos poblacionales. De los 238 municipios con que cuenta la provincia, 74 tienen menos de cien habitantes; 179, menos de quinientos y solo siete más de cinco mil.

El 80% de los pueblos de Castilla-La Mancha no supera los 2.000 habitantes y en ellos tan solo vive el 15% de la población. La región, uno de los paradigmas de la España vaciada, aprobó el pasado mes de mayo una ley para revertir la huida del campo a la ciudad. La norma, entre otras medidas, recoge importantes ayudas para favorecer la implantación de pequeñas empresas y autónomos en el ámbito rural. Y, aunque todavía es pronto para poder testar el alcance de la ley, diversas iniciativas impulsadas por aquellos que en su día decidieron dejarlo todo en la urbe han conseguido echar raíces y florecer. Proyectos de corte innovador o ligados a la recuperación de oficios artesanales que no solo han brindado una segunda oportunidad a sus creadores, también a aquellos pequeños municipios donde se han asentado.

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