Un 'afgano español', entre los fallecidos de la explosión en el aeropuerto de Kabul

Una de las decenas de víctimas fallecidas el pasado viernes en un atentado en el perímetro del aeropuerto de Kabul es el hijo de una limpiadora afgana que trabajó para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Según informan a El Confidencial fuentes próximas a la familia y han confirmado desde el Ministerio de Exteriores, el fallecido apenas tenía 20 años de edad. Se llamaba Ghulam N.

Hasta ahora no se conocía la existencia de ninguna víctima de entre el colectivo de colaboradores de España en la explosión que le costó la vida cerca de 170 personas, entre ellas una docena de militares de EEUU. Los soldados españoles desplegados en Kabul estuvieron desplegados cerca de donde se produjo el ataque, pero ninguno de ellos resultó herido. Tampoco la veintena de policías nacionales. Desde Exteriores tratan de esclarecer por completo los detalles del suceso.

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El atentado fue obra del ISIS-K, la marca de Estado Islámico en la zona y enemigo de los talibanes. Les reprochan haber traicionado los valores del islam y sus contactos con potencias internacionales. Colocaron una bomba cerca de uno de los accesos en el aeropuerto de Kabul donde se agolpaban desde hacía días decenas de miles de personas que trataban de subir alguno de los aviones de los países occidentales. Este ataque supuso de facto el final de las tareas de evacuación que venían desarrollándose por parte de los países occidentales desde que los talibanes tomaron la capital del país.

El joven fallecido era el hijo de una mujer que trabajó para la Aecid hace ocho años, en concreto para una de las empresas que prestaba servicios para esta institución española. No son de Kabul, sino de Badghis, la región en la que durante años estuvieron desplegadas las fuerzas españolas en el marco de la misión internacional de la OTAN en Afganistán. Desde allí se desplazaron hasta la capital con el aval de contar con un documento de España asumiendo el riesgo de ser interceptados por un 'checkpoint' talibán. Iban la mujer, su hijo ahora fallecido y otros miembros de la familia. Este periódico se ha puesto también en contacto con la mujer, pero no habla ni español ni inglés.

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Al menos ella portaba uno de los salvoconductos extendidos por España a sus excolaboradores, pero no llegaron a alcanzar la puerta ni a ser identificados por las autoridades españolas. En lugar de quedarse en Kabul, esta familia ya ha retornado a Badghis para celebrar el funeral, según las fuentes consultadas.

En torno a cien familias permanecen en Afganistán con salvoconductos de España. Son los que no lograron ser evacuados por los vuelos organizados por el Ministerio de Defensa (más de 2.200 personas). Su situación es dramática, ya que muchos de ellos también proceden de fuera por lo que no tienen apenas medios y dinero para subsistir a la espera de una evacuación.

Recuerdan además que en muchos casos fueron y volvieron del aeropuerto casi a diario por lo que tuvieron que franquear varias veces los controles talibanes. Temen, por tanto, que estén identificados como personas que quisieron salir del país por haber prestado servicios contra países occidentales que combatieron a los talibanes. Otro de los testigos afganos consultados por este periódico informan incluso de que los talibanes les hacían fotos mientras hacían colas en el perímetro del aeropuerto.

Este lunes ha comparecido en el Congreso de los Diputados el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien todavía no tenía conocimiento de esta noticia (Exteriores se enteró en torno a las 17:00 del lunes). Ha asegurado que España no se plantea reconocer oficialmente a los talibanes. La relación con el nuevo Gobierno "impuesto por la fuerza" en Afganistán se limitará a "contactos operativos" en coordinación con los aliados occidentales, con los que además seguirá impulsando los esfuerzos de evacuación del personal local "por otras vías" más allá de este martes 31 de agosto, fecha límite para la salida de las tropas extranjeras del país.