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Una carta del abogado de Puigdemont alimenta la coartada de sus 'mossos' de escolta
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Una carta del abogado de Puigdemont alimenta la coartada de sus 'mossos' de escolta

Uno de los acusados de encubrir al expresidente cuando le arrestaron en Alemania aportó un correo de su letrado a la Fiscalía para defender que iba a ponerse a disposición de la Justicia

Foto: El abogado belga de Puigdemont, Paul Bekaert.
El abogado belga de Puigdemont, Paul Bekaert.
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Una carta firmada por el abogado belga de Carles Puigdemont, Paul Bekaert, es el principal elemento en que sustenta su coartada el séquito que acompañaba al expresidente huido de Cataluña cuando fue detenido en Alemania. Entre ellos, se encuentran dos 'mossos' procesados en la Audiencia Nacional por un delito de encubrimiento.

El documento obra en el sumario del caso al que ha tenido acceso El Confidencial y trata de acreditar que no estaban facilitando la huida del líder independentista, sino todo lo contrario: le acompañaban para que se pusiera a disposición de la Justicia, pero en Bélgica. El plan pasa por tratar de probar que si no hay fuga, no hay encubrimiento.

Puigdemont confió su suerte a este letrado y a su equipo, en el que también se encuentra Gonzalo Boye. Bekaert es un experimentado abogado con numerosos contactos en los tribunales de su país y acostumbrado a plantear batalla a la Justicia española durante años asumiendo, por ejemplo, la representación de etarras que eran detenidos en territorio belga. Casi cuatro años después del desafío soberanista en Cataluña, Puigedmont sigue sin ser extraditado.

Bekaert, a la Fiscalía belga: "Están dispuestos a presentarse voluntariamente"

“Los clientes están dispuestos a presentarse voluntariamente, conjuntamente conmigo, en la oficina de policía que usted indique”, escribió Bekaert directamente al correo del fiscal belga Dirk Merkx. Lo hizo el sábado 24 de marzo de 2018 a las 9:09 tras presentarse como el representante del expresidente y los exconsejeros también fugados Clara Ponsatí y Toni Comín. El día anterior, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena había reactivado su orden de detención internacional al conocer que Puigdemont iba a salir de Bélgica para pronunciar una conferencia en Helsinki (Finlandia).

placeholder El documento remitido por el abogado de Puigdemont al fiscal belga.
El documento remitido por el abogado de Puigdemont al fiscal belga.

El mismo abogado es el que informa al fiscal de esta novedad: “El Tribunal Supremo español ha emitido una nueva orden de detención europea. Supongo que en unos días será remitida a la Fiscalía belga. Le ruego tome nota de mi intervención. Solicitamos un procedimiento en neerlandés”. Bekaert deja incluso varios números de teléfono personales de contacto. “Me puede llamar”, le dice al fiscal.

Al día siguiente, Puigdemont fue arrestado en Alemania cuando regresaba de dar la conferencia. Iba en el asiento de atrás de un Renault Espace cuando las autoridades alemanas le dieron el alto avisadas por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional española. Una vez superada la frontera con Dinamarca, fue interceptado junto a otras cuatro personas: dos 'mossos' en activo, Carlos de Pedro y Xabier Goicoechea, y dos personas de su confianza, el empresario Josep Maria Matamala y Josep Lluís Alay.

En poder de la Audiencia Nacional

Fue Alay quien introdujo la comunicación de Bekaert en la Audiencia Nacional por medio de un escrito en que pedía al juez que archivase la investigación contra él. Este miembro del séquito de Puigdemont la presentó con una traducción jurada al castellano para que valiese como prueba válida.

“Es evidente que no se dan los elementos del tipo por cuanto Carles Puigdemont no estaba intentando sustraerse de la acción de la Justicia, sino al contrario, presentarse en la mayor brevedad posible ante los tribunales belgas, al ser ese el lugar de su residencia”, alegaba Alay, quien logró que el juez le levantara la imputación con el visto bueno de la Fiscalía. La misma suerte corrió el empresario amigo de Puigdemont, Josep Maria Matamala.

Los dos 'mossos' —que podrían recibir una sanción adicional del cuerpo en caso de condena— sí se sentarán en el banquillo de los acusados desde el próximo 24 de mayo porque en su caso pesa la condición de funcionarios policiales. La Fiscalía pide para cada uno de ellos tres años de cárcel por un presunto delito de encubrimiento y otros tres años de inhabilitación. El ministerio público no se cree la coartada de los agentes y sostiene que su intención “era ayudar a Carles Puigdemont" en un camino de vuelta a toda prisa para alcanzar su refugio belga "y evitar su identificación en algún lugar donde pudieran ejecutar la orden europea de detención”.

Una carta firmada por el abogado belga de Carles Puigdemont, Paul Bekaert, es el principal elemento en que sustenta su coartada el séquito que acompañaba al expresidente huido de Cataluña cuando fue detenido en Alemania. Entre ellos, se encuentran dos 'mossos' procesados en la Audiencia Nacional por un delito de encubrimiento.

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