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La sangría de ingresos por el 14-F no hace peligrar la sede de Cs: "No somos Génova"
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LA DEBACLE DE LAS CATALANAS

La sangría de ingresos por el 14-F no hace peligrar la sede de Cs: "No somos Génova"

Los presupuestos de Cs para 2021 ya contemplaban la debacle del partido. Las subvenciones con solo seis diputados serán mucho menores, pero el cuartel general (alquilado) está seguro

Foto: La sede de Ciudadanos (Cs) en la calle Alcalá 253 de Madrid. (EFE)
La sede de Ciudadanos (Cs) en la calle Alcalá 253 de Madrid. (EFE)

Con la mudanza del PP de la histórica sede situada en la calle Génova de Madrid, todas las miradas se han vuelto también hacia Ciudadanos. Ambos atesoran los peores fracasos de la noche electoral en Cataluña. La formación de Inés Arrimadas perdió 30 escaños el pasado domingo. Unos números que tienen consecuencias directas en el dinero público que reciben del Parlament y que conllevarán una caída de ingresos muy importante. Pero la sede de la calle Alcalá de Madrid, junto a la plaza de toros de las Ventas y convertida en el buque insignia de la formación, no corre peligro.

El partido tiene alquilada la sede naranja (con un coste aproximado de 25.000 euros al mes). No está en propiedad (como ninguna de las sedes por el resto de España) y, por eso, aseguran fuentes de la cúpula a este diario, no compromete su situación financiera. En realidad, el impacto mayor lo sufrirán en Cataluña, donde pierden ingresos y recursos humanos, empezando por los parlamentarios, asesores y asistentes técnicos que les corresponden.

En el ejercicio de 2019 (el último publicado por el Parlament), Ciudadanos contó con una subvención anual de 4,2 millones de euros gracias a su grupo de 36 diputados. Lo más importante en los Parlamentos autonómicos es contar con grupo propio (en el caso de Cataluña, a partir de los cinco diputados). Además, el régimen jurídico del Parlament establece unas horquillas de subvenciones fijas en función del tamaño que tienen los grupos y unas variables por cada diputado.

placeholder Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa, en la noche electoral catalana. (EFE)
Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa, en la noche electoral catalana. (EFE)

El PP, por ejemplo, que solo tenía cuatro diputados en la pasada legislatura, obtuvo en 2010 una subvención de 521.280 euros para ejercer sus funciones. Por eso, Ciudadanos, con seis diputados, podría contar con alrededor de 700.000 u 800.000 euros anuales, muy lejos de lo que le correspondía cuando era primera fuerza.

Las arcas de la formación notarán la caída de la representación parlamentaria, porque parte de los ingresos anuales del partido dependen de la aportación que hacen todos los grupos institucionales, desde el Congreso a las asambleas regionales o los ayuntamientos. Pero, según explican en la dirección nacional, las aportaciones se corresponden con los servicios que el partido presta a los grupos en materia de prensa, comunicación o técnicos. Es decir, en los pasados ejercicios, el grupo naranja en el Parlament aportaba a la sede nacional en torno a un millón de euros de los 4,2 que recibía. Ahora, con solo seis diputados, sus necesidades de asistencia bajarán y la aportación será proporcional a sus requerimientos.

Los presupuestos internos de 2021 se elaboraron teniendo en cuenta que habría una caída de diputados importante en Cataluña, según explican desde la cúpula que preside Arrimadas. El resultado electoral era impredecible y ni en el peor escenario esperaban una participación tan baja y retener tan solo seis diputados. Pero los estatutos de la formación sí recogen en su artículo 107 la elaboración de “un presupuesto especial” en el que se contemplen las previsiones de ingresos y gastos si durante un determinado ejercicio está prevista una convocatoria electoral. Y los presupuestos de este año (aprobados en diciembre por el Consejo General) ya contaban con la convocatoria catalana. De hecho, la previsión de las cuentas naranjas para diciembre se mantiene en que cerrarán el ejercicio con un superávit de 98.000 euros.

Foto: Periodistas y reporteros gráficos, en la sede del Partido Popular en la calle Génova. (EFE)

Coincidiendo con el anuncio de Pablo Casado, sin precedentes en partidos como PP o PSOE, Arrimadas sacó pecho afirmando que Ciudadanos “no tiene ese problema y afortunadamente no debe salir de una sede para que no se acuerden de la corrupción”. Miembros de la formación naranja consideran, como también algunos exdirigentes populares, que el cambio de sede se parece más a “una cortina de humo improvisada” para tapar lo sucedido en Cataluña y, en concreto, el sorpaso de Vox. De hecho, el partido de Arrimadas pone en duda que “esto realmente vaya a ser efectivo” y consideran que la mudanza no será suficiente. Incluso desde su cuenta de Twitter lanzaron un vídeo poniendo en evidencia ese mensaje y comentando el cambio de sede de sus rivales políticos. En el PP, no sentó nada bien, pero ellos insistían: “Nosotros no tenemos el problema del PP. No somos como Génova”.

Más de un millón de euros en la campaña

Además, el partido también decidió poner toda la carne en el asador para la campaña catalana, aun sabiendo que los resultados no serían buenos. El responsable de la misma, Carlos Cuadrado, decidió hacer una inversión significativa para lanzar un mensaje de confianza a dirigentes y bases, y dejar claro que la apuesta por Cataluña, cuna política del partido, era firme a pesar de los malos augurios en las encuestas. El gasto supera el millón de euros, una cifra nada desdeñable que en gran parte no se recuperará.

Ya con la debacle de las elecciones generales de 2019, el foco estuvo en la sostenibilidad financiera del partido, y la cúpula decidió poner todos los esfuerzos en mantener la sede de la calle Alcalá 253, símbolo del crecimiento experimentado en muy pocos años. Hace poco, de hecho, firmaron la renovación del contrato de alquiler por algunos años más.

Foto: El candidato a la presidencia de la Generalitat por Ciudadanos, Carlos Carrizosa, y la presidenta del partido, Inés Arrimadas, comparecen para valorar los resultados electorales del pasado domingo. (EFE)

En 2015, Ciudadanos escenificó su desembarco en la capital a solo 15 días del asalto nacional de Albert Rivera en el Congreso alquilando dos plantas de la sede por un periodo de tres meses. El objetivo era esperar a los resultados de las elecciones del 21 de diciembre para decidir si ampliaban el cuartel general a pisos superiores. Las cosas salieron bien y terminaron haciéndose con todo el edificio.

Es cierto que la repetición de 2019, que dejó al partido con solo 10 diputados, se produjo unos meses después de alcanzar los 57 escaños. Es decir, como explicaron algunos dirigentes entonces, no llevaban varios años con un grupo tan extenso al que se habían acostumbrado, sino que apenas dio tiempo a disponer de esos recursos. Partían, por tanto, de la actividad de los 32 diputados de la anterior legislatura.

Con la mudanza del PP de la histórica sede situada en la calle Génova de Madrid, todas las miradas se han vuelto también hacia Ciudadanos. Ambos atesoran los peores fracasos de la noche electoral en Cataluña. La formación de Inés Arrimadas perdió 30 escaños el pasado domingo. Unos números que tienen consecuencias directas en el dinero público que reciben del Parlament y que conllevarán una caída de ingresos muy importante. Pero la sede de la calle Alcalá de Madrid, junto a la plaza de toros de las Ventas y convertida en el buque insignia de la formación, no corre peligro.

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