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Casado pasa página y sacrifica Génova para salvaguardar las siglas del PP
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RUPTURA SIMBÓLICA CON EL PASADO

Casado pasa página y sacrifica Génova para salvaguardar las siglas del PP

El PP necesitaba un revulsivo. Tomar una decisión que le permitiera romper con los errores del pasado y empezar a construir la alternativa. Se irán de la sede, pero reivindican las siglas

Foto: La sede del PP en la calle Génova (Madrid). (EFE)
La sede del PP en la calle Génova (Madrid). (EFE)

El mensaje debía ser inequívoco. Hace dos semanas, Pablo Casado dijo unas palabras que no tenían vuelta atrás. “Ese PP ya no existe”, aseguró, en referencia a Luis Bárcenas y los distintos episodios de corrupción que tanto persiguen al partido. La actual dirección (en la que no hay miembros de anteriores etapas) llevaba días rumiando posibles decisiones y el momento de anunciarlas llegó en el comité ejecutivo de este martes tras la debacle electoral en Cataluña. Un revulsivo se hacía imprescindible para pasar página y el presidente comunicó que el PP se mudará de sede y Génova pasará a mejor vida. Las siglas, sin embargo, se quedan, a pesar de los rumores sobre si también debían ser sacrificadas para una ruptura real.

Fuentes de la cúpula de Casado aseguran que no habrá cambio de iniciales y que, justamente, la nueva localización de la sede es una decisión “con mucho simbolismo” para representar el final de una era y el inicio categórico de otra. “Esta es la última factura que vamos a pagar de ese pasado, se acabó”, anticipaba ya el secretario general, Teodoro García Egea, tras conocer los resultados del 14-F.

En todo caso, la marcha de Génova se complementa con la reivindicación de las siglas populares y “el verdadero legado” que existe detrás de ellas y que, afirman en el equipo de Casado, “nada tiene que ver con Bárcenas ni con la corrupción”.

Las hipotecas en política no son hereditarias. No podemos seguir pagando cuestiones que ni conocemos, ni tienen nada que ver con un legado impecable de defensa de la libertad y de España, que costó la vida a 24 compañeros”, afirmó Casado este martes tras el anuncio. Y en su discurso hubo dos ideas clave que estuvieron representadas por las dos palabras mágicas, 'Partido Popular', anticipando una defensa cerrada de reconstruir y ampliar el proyecto político que ahora lidera y que seguirá llevando ese nombre, al menos por el momento.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado. (EFE)

La primera, al afirmar que “el contexto actual exigirá un esfuerzo de unidad electoral que integre muchos millones de españoles alrededor de una agenda nacional compartida”. La frase acababa así: “Y ese proceso solo puede liderarlo el Partido Popular”.

Detrás, el convencimiento de que será imposible vencer a Pedro Sánchez en las próximas generales si tres partidos distintos pelean por el espacio del centro derecha. En román paladino: el PP seguirá con su objetivo de absorber a Ciudadanos y tratará de aglutinar bajo sus siglas todo el electorado de ese espectro ideológico, al que también quiere sumar a los socialdemócratas que salgan escaldados de la coalición PSOE-Unidas Podemos. La convención nacional prevista para otoño, de la que saldrá un documento político estratégico, tiene mucho que ver con eso: la construcción de una alternativa real para el próximo ciclo electoral, que pasa por ensanchar los apoyos a un lado y otro.

Foto: El candidato a la presidencia de la Generalitat por Ciudadanos, Carlos Carrizosa, y la presidenta del partido, Inés Arrimadas, comparecen para valorar los resultados electorales del pasado domingo. (EFE)

La segunda ocasión en que reivindicó las siglas sin complejos llegó al defender la continuidad de la hoja de ruta de ruptura con Vox y que, según explicó, permanecerá intacta. “Lo cómodo sería sumarse a las estrategias extremistas que están destruyendo nuestra convivencia y dar rienda suelta a la polarización por un puñado de votos. Pero el Partido Popular no busca eso. No existimos contra ningún español, sino a favor de todos”.

Era sin duda la segunda parte de la frase que marcó su discurso en la moción de censura propuesta por el partido ultra: “Señor Abascal, no es que no nos atrevamos. Lo que ocurre es que no queremos ser como usted”.

El anuncio del cambio de sede se llevó con sigilo hasta el mismo martes. Casado lo habló con su equipo más cercano, pero la mayoría de dirigentes (también los empleados de Génova) se enteraron de la mudanza con las palabras del presidente. Quería anunciar algo que lo cambiara todo. Según fuentes presentes en la reunión, Isabel Díaz Ayuso “celebró enormemente el cambio de sede”. Después defendió, públicamente a través de su cuenta de Twitter, “el proyecto de Casado” y se despidió de la etapa anterior: “Adiós Génova. Es el momento de nuevas ideas”.

placeholder El presidente del PP, Pablo Casado, y el secretario general, Teodoro García Egea (i). (EFE)
El presidente del PP, Pablo Casado, y el secretario general, Teodoro García Egea (i). (EFE)

Su tuit contrastaba con dirigentes pertenecientes a etapas anteriores como Rafael Hernando, portavoz parlamentario bajo el último Gobierno de Mariano Rajoy. “Tras abandonar la entrañable sede de la calle Silva nos fuimos a Génova. Allí he vivido tiempos de éxitos y de fracasos. Felices y no tan felices, pero siempre con dignidad y orgullo de pertenecer al PP. Hoy, triste”, afirmaba.

Algunos dirigentes reconocían que era la prueba irrefutable de que existen dos épocas. Casado insistió en su discurso en que “siempre ha defendido al PP en las peores circunstancias”, pero dejó claro que “defender el partido no es justificar las conductas individuales que hayan podido cometer personas concretas al margen de los órganos de dirección y del interés de los afiliados”. Y en esa línea se manifiestan muchos otros dirigentes, ahora en su núcleo duro o al frente de gobiernos autonómicos, que defienden el derecho de empezar de cero como la generación de nuevos políticos que son, sin tener que cargar con herencias y errores del pasado.

Fue el 17 de enero de 1983, según recogió el diario 'ABC' en su edición nacional, cuando Alianza Popular inauguró la nueva sede en Génova. En su primera reunión en el inmueble, la junta directiva nacional ratificó el acuerdo con UCD de cara a las siguientes elecciones locales y autonómicas. Ahora, el PP se marcha a una nueva sede para empezar de cero. Pero encima de la mesa también estará abordar la estrategia del próximo ciclo electoral... Y mucho tiene que ver con llegar a acuerdos (o fusiones) con otros partidos.

El mensaje debía ser inequívoco. Hace dos semanas, Pablo Casado dijo unas palabras que no tenían vuelta atrás. “Ese PP ya no existe”, aseguró, en referencia a Luis Bárcenas y los distintos episodios de corrupción que tanto persiguen al partido. La actual dirección (en la que no hay miembros de anteriores etapas) llevaba días rumiando posibles decisiones y el momento de anunciarlas llegó en el comité ejecutivo de este martes tras la debacle electoral en Cataluña. Un revulsivo se hacía imprescindible para pasar página y el presidente comunicó que el PP se mudará de sede y Génova pasará a mejor vida. Las siglas, sin embargo, se quedan, a pesar de los rumores sobre si también debían ser sacrificadas para una ruptura real.

Pablo Casado
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