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El madrileño barrio de Chamartín se vuelca en ayudar a reabrir el bazar chino calcinado
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TRAS CALCINARLO UN GRUPO DE JÓVENES

El madrileño barrio de Chamartín se vuelca en ayudar a reabrir el bazar chino calcinado

Los vecinos montan un 'crowfunding' mientras la parroquia estudia el modo de canalizar las ayudas de los fieles; decenas de personas mostraron su apoyo en una concentración junto a la tienda

Foto: El bazar quedó completamente calcinado. (EFE)
El bazar quedó completamente calcinado. (EFE)

"Susana lleva cinco días llorando". Así se expresó una de las vecinas del barrio madrileño de Chamartín el pasado jueves durante la concentración que tuvo lugar en el número 1 de la calle Puerto Rico para apoyar a los dueños del bazar calcinado el pasado lunes. La mujer se refería a la joven de 21 años hija del matrimonio de origen chino que regentaba el local. La chica estaba desconsolada, pero aun así acudió a la espontánea manifestación que inundó los aledaños del establecimiento. Sabía que toda aquella gente había ido allí para mostrar su repulsa hacia la agresión que habían sufrido sus padres y su apoyo a la familia, que no se quedará en la algo más de media hora de aplausos que protagonizaron la tarde.

Los vecinos quieren que el calor que demostraron el jueves siga vivo durante las próximas semanas y sirva para ayudar de verdad a los ciudadanos que perdieron todo su negocio. Algunos creen que, si finalmente se considera que fue un incendio provocado, es poco probable que el seguro sufrague los daños, valorados por la Policía Nacional en más de 100.000 euros. Por eso dedicaron el tiempo que duró la concentración también a barajar todo tipo de fórmulas que sirvan para sumar fuerzas con el fin de que los ciudadanos damnificados puedan reabrir su negocio cuanto antes.

Foto:  Bazar incendiado en el número 1 de la calle Puerto Rico. (Google Maps)

"Lo que vivimos ayer en la calle Puerto Rico frente al bazar fue totalmente increíble y emocionante", confiesa Paty Magee Seseña, la promotora de la concentración, que aún no cabe en sí de asombro ante la dimensión que tomó su iniciativa. "Me quedé anonadada de la respuesta vecinal", admite la mujer, que entiende que esta reacción "demuestra cómo es la gente de solidaria y de buena cuando pasan cosas de este calibre". "Pero lo que más me gustó es la ausencia total de espíritu revanchista frente a unos niños, presuntos autores del incendio, que sí, están detenidos, pero sobre los que nadie sabe nada, ni de su situación ni de la de sus familias", explica Paty, que insiste en que los que se concentraron estaban muy lejos de cualquier ánimo de linchamiento.

"Lo demostraron todos con creces", resume. De hecho, subraya, "una vecina incluso puso un cartel en el bazar con un proverbio de Confucio y una frase de Helen Keller, escritos en español y en chino, en los que solo se hablaba de la importancia de la amistad y de no caminar solo; no había ninguna alusión a cualquier sentimiento de venganza o violencia". Tampoco la hubo en las conversaciones que intercambiaban los asistentes, explica Paty, que considera que lo que tuvo lugar la noche del jueves fue "una increíble unión y solidaridad vecinal con esta familia".

"El modelo de país que queremos"

Alrededor de 200 personas se concentraron frente al bazar. La mayoría de ellos eran vecinos del barrio que fueron a mostrar su solidaridad, pero también había gente que venía de otros distritos de Madrid, como Rafa Fontán, que está muy ligado a Chamartín porque tiene varios amigos muy cercanos ahí, pero que en realidad vive en el sur de la ciudad. "Nos enteramos por nuestros amigos y no dudamos en acudir", explica Rafa, quien confiesa haber salido muy "impresionado" por el "sentido de barrio" que vivió, sobre todo cuando aparecieron los dueños del local con su hija y la gente no paraba de aplaudir y de darles ánimos. "Quedó claro el modelo de país que queremos, un sitio abierto, generoso y solidario", sentencia.

placeholder Mensajes de apoyo a la familia de origen chino cuyo local fue incenciado. (EC)
Mensajes de apoyo a la familia de origen chino cuyo local fue incenciado. (EC)

"Había gente de toda condición política y social; y todos salimos de allí con la idea de prolongar ese espíritu y de ayudar a esta familia porque todos compartíamos los mismos valores", explica el asistente, que también fue el precursor de una iniciativa que pondrá patas a esa idea de extender ese ánimo colectivo. Rafa ha puesto en marcha un 'crowfunding' para recaudar fondos y hacer menos abrupto el camino que le espera ahora al matrimonio de origen chino que ha sufrido la agresión. "El objetivo es que mucha gente pueda colaborar para que estas personas puedan reabrir su negocio lo antes posible con el menor quebranto económico", explica el impulsor de la idea, que ayer mismo se apresuró a montar.

Aunque el objetivo de la recaudación no es conseguir los 100.000 euros en los que se valoran los daños causados al bazar. "Los vecinos simplemente pretendemos ayudar a la familia a superar este momento", explica Paty, que considera que es ahora justo cuando peor lo están pasando los propietarios del local. Tras el ataque y la posterior denuncia comenzará previsiblemente un procedimiento judicial que determinará todos los pormenores, entre ellos quién se hace cargo de los daños ocasionados en la tienda.

En la misma línea de ayuda a paliar estos primeros momentos, el párroco de la cercana iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Fernando Artigas, ha expresado a El Confidencial su intención de ponerse a disposición de los vecinos para canalizar cualquier tipo de ayuda que hagan los feligreses. "He recibido varias propuestas con diferentes ideas de los vecinos sobre cómo ayudar; estamos viendo cuál puede ser la mejor para a esta familia, con la que me gustaría reunirme pronto", explica el párroco, que también acudió a la concentración del pasado jueves, que igualmente tuvo una fuerte presencia de comerciantes. Estos últimos empatizaban con lo que les había pasado a los dueños del bazar, pues podía haberles sucedido a ellos mismos.

Foto: Los bomberos, durante la extinción del incendio en la tienda de alimentación. (EFE)

Las primeras investigaciones de la Policía Nacional, que el mismo jueves detuvo a los tres presuntos autores del incendio que calcinó el local el lunes, apuntan a que los dos arrestados de más edad -dos chicos de 16 años- instigaron bajo amenazas al más pequeño -que apenas contaba con 12 años- a prender fuego en el interior del bazar. El más niño, que al ser menor de 14 fue entregado a sus padres tras la detención por ser inimputable, cogió un mechero y encendió unas lanas que había en el establecimiento junto a un montón de sprays y otros productos altamente inflamables que comenzaron a arder como la pólvora y a explotar como pequeñas bombas.

Al matrimonio apenas le dio tiempo a abandonar el local. La mujer, en concreto, pudo salir por la puerta principal, pues se encontraba más cerca de esta. El hombre, sin embargo, se quedó a medio camino, pues las llamas y las explosiones taponaron el acceso. Fue entonces cuando el dueño del local decidió salir por la puerta trasera, la de emergencia, que se encontraba al otro lado del inmueble. Los dos se reunieron a la salida y no pudieron más que contemplar cómo el fuego arrasaba lo que había sido su única vía de subsistencia durante los últimos siete años.

"Susana lleva cinco días llorando". Así se expresó una de las vecinas del barrio madrileño de Chamartín el pasado jueves durante la concentración que tuvo lugar en el número 1 de la calle Puerto Rico para apoyar a los dueños del bazar calcinado el pasado lunes. La mujer se refería a la joven de 21 años hija del matrimonio de origen chino que regentaba el local. La chica estaba desconsolada, pero aun así acudió a la espontánea manifestación que inundó los aledaños del establecimiento. Sabía que toda aquella gente había ido allí para mostrar su repulsa hacia la agresión que habían sufrido sus padres y su apoyo a la familia, que no se quedará en la algo más de media hora de aplausos que protagonizaron la tarde.

Agresión Policía Nacional
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