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Al menos tres jóvenes detenidos por el ataque a un bazar chino de Madrid
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TRES JÓVENES CALCINAN UNA TIENDA

Al menos tres jóvenes detenidos por el ataque a un bazar chino de Madrid

Agentes de la Policía Nacional han identificado y detenido a tres menores de edad como presuntos responsables de un delito de incendio, tras quemar el lunes un bazar chino

Foto: Los bomberos, durante la extinción del incendio en la tienda de alimentación. (EFE)
Los bomberos, durante la extinción del incendio en la tienda de alimentación. (EFE)

Al menos tres menores de edad han sido detenidos por el ataque a un bazar chino en el distrito de Chamartín, donde causaron daños por un valor de 100.000 euros. El autor material de este ataque es un joven de 12 años, de nacionalidad española, que fue entregado por sus progenitores. Los otros dos jóvenes de 16 años, españoles de origen dominicano, han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores por amenazar al más pequeño para que atacara esta tienda.

Los dueños del bazar chino al que estos jóvenes prendieron fuego el pasado lunes están desconsolados. Tras siete años yendo a trabajar a diario al establecimiento, el matrimonio se levantó ayer sin tener ninguna tarea por delante, más allá del pertinente telefonazo al seguro y la atención a los investigadores de la Policía Nacional que tratan de aclarar lo sucedido. Toda su vida se había calcinado en unos pocos segundos y se encontraban desolados. Así lo describe la hija de la pareja, Susana, que tampoco puede contener las lágrimas ante el panorama que tiene en casa.

"Tiraron el artefacto y huyeron sin más", cuenta la chica, de apenas 22 años. Poco antes de las 15:00, tres jóvenes de entre 12 y 17 años, según las descripciones dadas por los testigos, se personaron en la tienda situada en el número 1 de la madrileña calle Puerto Rico, en pleno distrito de Chamartín. Dos apenas se quedaron en la entrada del establecimiento mientras el tercero accedía por completo. Ante la atónita mirada del matrimonio de origen chino, el visitante arrojó un artefacto explosivo contra el fondo del local, donde se encontraban ovillos de lana, esprays y otros artículos que pronto actuarían como multiplicadores del estallido.

Foto:  Bazar incendiado en el número 1 de la calle Puerto Rico. (Google Maps)

Acto seguido, el agresor y sus cómplices salieron a toda prisa y comenzaron a correr sin apenas mirar atrás. Todo empezó a arder y a explosionar como si de un castillo de fuegos artificiales se tratara. Los petardazos provocaron que la dueña saliera despavorida por la puerta principal. Su marido, sin embargo, no pudo seguirla. Una de las explosiones "taponó la entrada y le dejó atrapado", recuerda Susana. Afortunadamente, reaccionó y se dirigió a la salida de emergencia, que le permitió abandonar el local por la parte de atrás.

El hombre dio la vuelta al edificio para reunirse con su mujer y ambos contemplaron la horrenda escena. Ante sus ojos, se quemaba como si fuera un montón de servilletas el resultado de siete años de trabajo, su único modo de vida, el pan de su hija y de ellos mismos. Con la que estaba cayendo del coronavirus, las restricciones, la crisis económica, y ahora esto. No podían creerlo, pero era tan cierto como sus propias existencias. "A los cinco minutos, ya solo quedaba humo", recuerda la única hija del matrimonio, que no estaba en ese momento, pero acudió tan rápido como pudo para horrorizarse junto a sus padres.

La joven no pudo ver a los que habían hecho eso a su familia, pero sus padres le dijeron quiénes habían sido. "Los tres chavales habían comprado otras veces en la tienda", asegura Susana. Ninguno de ellos, sin embargo, había molestado a los propietarios en ningún momento. "No habíamos sufrido ataques antes, ni de ellos ni de nadie", explica la chica, visiblemente afectada y superada por la situación. La Policía investiga el caso desde que varios agentes se personaron en el bazar el pasado lunes. Desde entonces, miembros del grupo de Policía Judicial de la comisaría de Chamartín han trabajado para localizar a los tres chicos, que según los vecinos están escolarizados en un instituto cercano al bazar del que salían justo antes de ir al establecimiento a lanzar el explosivo. El Confidencial se puso en contacto con el centro escolar, que no quiso atender la llamada.

La Policía habló con los propietarios del local para tener un perfil físico de los agresores y ha entrevistado a los vecinos que presenciaron los hechos. Algunos de ellos pudieron ver casi toda la escena, con lo que también pudieron describir a los jóvenes que protagonizaron el pirómano ataque. Pero el papel de los vecinos no se queda en la mera testificación procesal. Fueron ellos los que primero alertaron a la Policía Nacional, que se personó pocos minutos después ante el calcinado establecimiento junto a efectivos de los Bomberos y del Samur, que incluso tuvo que atender a varios afectados por el humo. La Policía desalojó temporalmente el edificio que acoge el bazar también por la gran cantidad de humo que salía del local, aunque ya por la noche permitió que los vecinos retornaran a sus casas.

Concentración vecinal

El suceso ha afectado a los vecinos no solo a nivel físico, sino también moral. Los propietarios de la tienda son gente muy querida en la zona. De hecho, decenas de vecinos pasaron por el local a tratar de ofrecerles su consuelo y su apoyo. Algunos, además, han convocado una concentración junto al bazar mañana para protestar contra la agresión, que ha provocado incluso el interés de un grupo político municipal. Paty Seseña, la vecina que ha hecho la convocatoria, está sorprendida de cómo está circulando por redes su llamamiento. "La concentración es solo para apoyar a la familia, que es muy querida en el barrio, y como repulsa a este acto de vandalismo que no sabemos aún si fue accidental o intencionado, pero que la Policía determinará", explica la convocante, que no quiere que el acto se politice.

"La Policía está investigando y, cuando sepan con exactitud lo que ha pasado y por qué, ya habrá tiempo para otras cosas; igual entonces habrá que hacer una marcha contra el racismo, pero eso será en otro momento", detalla Paty, que promueve también una colecta para ayudar a los propietarios del establecimiento calcinado. "No habrá pancartas ni gritaremos nada, será solo algo pacífico y simbólico como muestra de rechazo a lo que ha pasado y de apoyo a los dueños de la tienda", insiste la vecina de Chamartín, que defiende que quiere que todo el barrio siga siendo tranquilo como hasta ahora.

Varios miembros de Más Madrid, por su parte, se desplazaron el mismo lunes hasta el lugar para conocer lo ocurrido de primera mano y hablar con los afectados y con los vecinos. La concejala del partido adscrita al distrito, Mar Barberán, y la vocal vecina del partido, Ana Pellicer, fueron dos de las que acudieron a la tienda. Barberan explica a El Confidencial que su formación está tratando ya lo ocurrido como un delito de odio. "Ni siquiera mediaron palabra alguna, llevaban un artefacto explosivo y querían prender fuego", resume la edil de Más Madrid, que considera que "los mensajes xenófobos tienen este tipo de consecuencias".

Barberán dice esto último en referencia a unos carteles que recientemente han aparecido por el barrio negando la existencia del covid que su grupo propuso retirar. "Cuando unos jóvenes cometen un delito de esta gravedad, tenemos que preguntarnos qué puede llevarles a hacerlo", reflexiona la edil, quien añade que "todos tenemos que ser cautos con los mensajes que trasladamos". "Hay personas y fuerzas políticas que lanzan mensajes de odio que tienen influencia y pueden tener consecuencias graves", agrega la concejala, que asegura que acudirá mañana a la concentración convocada por los vecinos.

Al menos tres menores de edad han sido detenidos por el ataque a un bazar chino en el distrito de Chamartín, donde causaron daños por un valor de 100.000 euros. El autor material de este ataque es un joven de 12 años, de nacionalidad española, que fue entregado por sus progenitores. Los otros dos jóvenes de 16 años, españoles de origen dominicano, han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores por amenazar al más pequeño para que atacara esta tienda.

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