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Los mayores, primeros en vacunarse, pero minoría en los ensayos: ¿qué puede pasar?
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AstraZeneca, la que más dudas genera

Los mayores, primeros en vacunarse, pero minoría en los ensayos: ¿qué puede pasar?

Como en Reino Unido, España también da prioridad a la tercera edad en la futura campaña de vacunación del covid. Sin embargo, su efectividad todavía no está clara en este tramo

Foto: Keenan, la primera persona en recibir la vacuna fuera de un ensayo. (EFE)
Keenan, la primera persona en recibir la vacuna fuera de un ensayo. (EFE)

Este lunes, Margaret Keenan, de 90 años, se convertía en la primera persona en recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech, más allá de los voluntarios en los que se ha probado previamente. "Si me la pueden dar a mí a los 90 años, te la puedes poner tú también", dijo tras recibir la dosis.

Reino Unido, como España, ha priorizado en su vacunación contra el covid a los más mayores. La pandemia ha dejado claro que son los que de manera más grave sufren las consecuencias del virus. Sin embargo, los distintos ensayos de las farmacéuticas pecan de un problema común: no contar con suficiente muestra en los tramos de más edad.

"Si se la pones a uno de más de 80, ¿qué va a ocurrir? Puede que no haya ningún problema, pero realmente todavía no sabemos cómo van a responder a la inoculación de la vacuna porque apenas se ha probado en ellos", se pregunta Juan Manuel Martínez, geriatra y presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores.

La tercera edad suele ser prioritaria en las distintas campañas de vacunación por conformar el grueso de los grupos de riesgo. La edad aumenta, en general, la vulnerabilidad a la hora de sufrir infecciones graves. Pero también disminuye la sensibilidad a la vacunación debido al proceso inflamatorio propio del envejecimiento, lo que tradicionalmente está relacionado con una peor respuesta a la vacunación o "inmunosenescencia". "El problema por encima de los 55 años es el mismo que con el virus: el sistema inmunitario va perdiendo intensidad en su respuesta, tanto para una infección como ante una vacuna", explica el doctor Fernando Moraga-Llop, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología.

"El problema por encima de los 55 años es el mismo que con el virus: el sistema inmunitario va perdiendo intensidad en su respuesta"

El problema está en la falta de voluntarios para esos rangos de edad, que permitiría medir mejor su efectividad antes de salir al mercado. También en la combinación con otras patologías que suelen darse con frecuencia en la tercera edad y que, en ocasiones, impiden su inclusión en las distintas fases de ensayo. "La mayoría de las vacunas y fármacos, no solo de covid, están muy bien testadas entre los 18 y los 55 años, pero en grupos de gente mayor no incluyen tantos pacientes mayores con pluripatologías, dependencia funcional o deterioro cognitivo", explica José Gutiérrez, coordinador del grupo de trabajo de vacunas de la Sociedad Española de Geriatría. "Esto no quiere decir que no sean seguras, pero sí que hay que ofrecer una adecuada vigilancia farmacológica cuando empieza a ponerse a la población para ver sus efectos".

Este mismo viernes, Sanofi y GSK anunciaban que su vacuna, esperada para el segundo semestre de 2021, no estará lista hasta finales de año, precisamente por la "respuesta insuficiente" encontrada entre las personas mayores de 49 años que podría deberse a una "concentración insuficiente de antígenos".

En España, el plan de vacunación también arrancará previsiblemente con las dosis de Pfizer, la primera farmacéutica en ofrecer resultados y una eficacia por encima del 90%, aunque también tiene ya comprometidos acuerdos a través de la Comisión Europea con AstraZeneca y Moderna. La representación de la tercera edad en los ensayos de cada una de ellas varía mucho de unas a otras.

La vacuna de AstraZeneca es la que más dudas genera sobre su efectividad

En el caso de Pfizer, los resultados de su tercera fase del ensayo muestran que la eficacia entre los mayores de 65 años es del 94%, prácticamente similar al resto de la población, que es del 95%. Para llegar a esa conclusión, explican que el 41% de los participantes del ensayo tenían entre 56 y 85 años, pero la compañía no ha desglosado cuántos de ellos son mayores de 65, por lo que es difícil saber cómo varía la eficacia a medida que el vacunado se adentra en la tercera edad. Sí han concluido que, a medida que son más mayores, los participantes de su ensayo tendían a informar menos efectos secundarios y, cuando lo hacían, eran menos graves que en el resto de la población.

La vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca es la que más adolece de falta de datos entre los mayores. En su fase II solo se había probado con 240 personas por encima de los 70 años que, además, no tenían otras patologías de salud graves, por lo que la muestra era poco representativa. En los resultados preliminares de la fase III, publicados este miércoles en 'The Lancet' y para los que se ha contado con casi 24.000 voluntarios ingleses y brasileños, se reconocía que el 82% de los participantes seguían teniendo entre 18 y 55 años. Las personas de más edad se reclutaron más tarde, por lo que los efectos en este rango, reconocen los autores, "se estudiarán en los análisis futuros del ensayo".

En el caso de la vacuna de Moderna, ha contado en su tercera fase con 7.000 voluntarios americanos mayores de 65 años. Sin embargo, más allá de su 94,5% de efectividad general, por el momento también se desconocen las diferencias por rangos de edad. El único dato al respecto lo ha dado Moncef Slaoui, el asesor científico jefe del programa de desarrollo de la vacuna del Gobierno de EEUU (Operation Warp Speed), quien explicó que su eficacia en adultos mayores era del 87%.

placeholder Foto de archivo de una vacuna contra el covid-19. (Reuters)
Foto de archivo de una vacuna contra el covid-19. (Reuters)

¿Puede pasar como con los alérgicos?

Este miércoles, dos días después de lanzar la campaña de vacunación, Reino Unido alertaba de posibles riesgos en personas con un historial alérgico "considerable", después de que la vacuna generase efectos secundarios a dos sanitarios con este problema. Pero Gutiérrez no cree que pueda ocurrir lo mismo con las personas mayores: "En todas las vacunas hay grupos excluidos porque no se conocen bien los efectos secundarios en ellos. En el caso de Pfizer son embarazadas, personas en tratamiento de quimioterapia y ahora con reacciones alérgicas. Pero sabemos, gracias a los estudios, que son seguras para el grueso de la población, incluidos los mayores. Ahora hay que confirmar lo que dicen los estudios".

Tampoco cabe esperar efectos secundarios más graves para los más mayores debido a las patologías asociadas a la edad, ya que en los distintos estudios se han analizado sus posibles contraindicaciones. "Por ejemplo, la vacuna de Pfizer viene con una precaución en Reino Unido, que no contraindicación, para las personas que estén con tratamientos anticoagulantes", añade Moraga-Llop.

El posible riesgo en los mayores, más que en generar efectos secundarios, está en que no sea tan efectiva como con el resto de población, algo que ya ocurre con otras vacunas. Un estudio de la Universidad de Siena de 2018 señalaba que para la vacuna antigripal había una eficacia de entre el 70% y el 90% en niños y adultos, mientras que para mayores de 65 descendía entre el 30% y el 50%. "La eficacia de la vacunación en los ancianos está fuertemente reducida en comparación con los adultos más jóvenes, principalmente debido a la alteración de su sistema inmunológico, donde algunos componentes inmunológicos disminuyen mientras que otros, como la inflamación, aumentan".

Una cosa es la eficacia, que se ve en los estudios, y otra la efectividad, que se ve en la calle

Una manera de resolver este problema es la incorporación a las vacunas de adyuvantes específicos (sustancias que mejoran y amplifican la respuesta inmunitaria al antígeno de la vacuna). Así se consigue estimular el sistema inmunológico de las personas mayores teniendo en cuenta ese componente inflamatorio que empieza a darse a partir de los 65 años. Actualmente, solo las vacunas chinas de Sinovac, Sinopharm, IMB/CAMS, la estadounidense Novavax y la desarrollada por Sanofi Pasteur-GSK cuentan con adyuvantes para mejorar la respuesta inmunológica. Pero, según aclara Gutiérrez, esto no quiere decir que el resto no solventen ese inconveniente. "Depende de la estructura de cada vacuna, solo las que trabajan con virus atenuados llevan adyuvantes. No es el caso de la de Oxford, que lleva un plasminógeno activador para lo mismo; o la de Pfizer o Moderna, que utilizan ARN mensajero y están envueltas en partículas lipídicas", explica.

Desde la Asociación Española de Vacunología confirman que el único problema que puede darse por la falta de ensayos en gente mayor es esa menor efectividad de la vacuna, algo que también podría solucionarse aumentando las dosis una vez se vaya viendo la respuesta de la población cuando empiece la vacunación. "En el caso de la gripe, por ejemplo, este año el Ministerio de Sanidad adquirió vacunas de dosis altas para la población mayor de 65 años en residencias de Cataluña, con 4 veces más contenido antigénico que la normal", explica Moraga-Llop. "Cabe suponer que pueda pasar lo mismo con la del covid. Porque una cosa es la eficacia, que se ve en los estudios, y otra la efectividad, que es cuando está en la calle y se ve realmente su impacto".

Este lunes, Margaret Keenan, de 90 años, se convertía en la primera persona en recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech, más allá de los voluntarios en los que se ha probado previamente. "Si me la pueden dar a mí a los 90 años, te la puedes poner tú también", dijo tras recibir la dosis.

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