Los mossos que abatieron a los yihadistas en Cambrils: "Creí que me quedaba allí muerta"

Uno tras otro, el tribunal escuchó este lunes a los mossos d'esquadra que abatieron a cinco terroristas la madrugada del 18 de agosto de 2017 en Cambrils. Horas después de la masacre de Las Ramblas de Barcelona, la célula yihadista se presentó en este municipio de Tarragona, donde se produjeron nuevos atropellos y apuñalamientos hasta que los agentes abrieron fuego. Una mujer fue asesinada en la zona del club náutico y otras doce personas sufrieron lesiones, entre ellas una mossa d'esquadra que resultó gravemente herida. "Pensé que me quedaba allí muerta", explicó este lunes ante la Audiencia Nacional la agente que fue atropellada.

Tanto ella como su compañero habían montado el control en la entrada al club náutico, que esa noche contaba con una gran afluencia. Sobre la una de la madrugada, un vehículo irrumpió a gran velocidad en el paseo y atropelló a la agente: "Vi que salieron del coche con chalecos bomba, que uno venía hacia mí gritando 'Allahu Akbar' y cuando estaba a pocos metros le disparé con un subfusil y le abatí", explicó este lunes su compañero ante el tribunal. "Seguidamente, cuando ya no tenía munición en el subfusil, otros tres vinieron corriendo hacia mí gritando 'Allahu Akbar', pero pude sacar mi otra arma reglamentaria y abrir fuego contra ellos y los abatí".

A continuación, su compañera relató los minutos posteriores a que fuera atropellada: "Vi que tenía sangre, a una señora en el suelo que no se movía, el vehículo volcado y a unos individuos en el suelo con cinturones con botes de aluminio que se estaban levantando", explicó. "Vi que era un atentado y comencé a disparar, me quedé sin munición, se colocó delante de mí uno moviendo los brazos, le dije que no se acercara y se dio la vuelta y se fue en dirección contraria". A partir de ahí, un "silencio aterrador" que solo se rompió tras coger la emisora para relatar lo sucedido. Ambos mossos d'esquadra se encuentran de baja y sufren secuelas psicológicas.

Tras ellos, llegó el turno de un mosso que participaba en el dispositivo de paisano. Declaró que, tras el aviso de su compañera, se encontró al terrorista que había huido sentado en el suelo, junto a un local lleno de gente. "Llevaba un chaleco bomba con un objeto en la mano que pensaba que podía ser un detonador y gritaba 'Allahu Akbar' con la mirada ida, vino hacia nuestro vehículo y como hizo caso omiso al decirle que fuera al suelo, disparé contra él", explicó. "Estando en el suelo, se volvió a levantar gritando 'Allahu Akbar' riéndose y diciéndome con la mirada o me matas tú o te mato yo, dio dos pasos y volví a disparar", recordó el agente.

Otros dos mossos d'esquadra que se desplazaron desde Salou a Cambrils explicaron a continuación que, una vez en el lugar, vieron a sus compañeros de paisano con este terrorista, aún con vida. Uno de ellos indicó que, al advertir que llegaban agentes uniformados, el terrorista volvió a incorporarse y se dirigió hacia ellos. Al no deponer su actitud, le dispararon a las piernas, ya que temían que explosionara el cinturón. Un compañero del anterior añadió minutos después que el terrorista "comenzó a moverse otra vez, alzó el puño hacia el cielo con un dedo extendido hablando en árabe, volvimos a dispararle y cuando hizo un movimiento en dirección al cinturón le abatimos".

Los agentes recordaron que había mucha confusión. No sabían si había más terroristas y había mucha gente escondida en locales. También personas que venían de la playa, a oscuras, con heridas. Mientras relataban lo ocurrido, uno de los tres acusados, Driss Oukabir, se movía en la pecera de seguridad. Su hermano era uno de los terroristas que fueron abatidos en Cambrils. Oukabir se levantó incluso de la pecera para irse, pero el presidente del tribunal no se lo permitió.